RADIOGRAFÍA DE LA COMUNIDAD

Aragón tras once años de prudente 'marcelinato'

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Aragón tras once años  de prudente 'marcelinato'
Aragón tras once años de prudente 'marcelinato'
HERALDO

Se ha podido constatar en Aragón un exigente cuidado de las formas de la convivencia, muy alejado de los exabruptos comunes en otros horizontes políticos. Esto, inevitablemente, ha provocado un aumento de lo que podríamos calificar como civilidad democrática, salvando deshonrosas excepciones". José Luis Rodríguez, catedrático de Filosofía de la Universidad de Zaragoza, comparte con muchos observadores de la realidad política y social este análisis para referirse a los 11 años de lo que popularmente se conoce ya como el 'marcelinato'. Y esta apreciación se enmarca dentro de un periodo de once años en el que "los cambios estructurales en la etapa más acelerada de la globalización -subraya Rodríguez- han afectado contradictoriamente a todos los países".

Iglesias, del que nadie apostó para ocupar el sillón del Pignatelli en 1999, pues en la memoria de la militancia del PAR se guardaba el sentimiento de venganza contra su partido tras la oscura moción de censura seis años antes de Marco, logró un acuerdo en el que los nacionalistas consiguieron mucho más poder del que le ofrecía el PP de Lanzuela. Tardó poco para que el poder financiero le otorgara la carta de normalidad a la alternancia política.

La estabilidad de la coalición ni siquiera se vio distorsionada por los ceses, precedidos de sendos escándalos, de José Porta, consejero de Industria, (febrero de 2002), y el de Víctor Longás, de Medio Ambiente, (diciembre de 2004), ambos del PAR. A su vez, la polémica ley de lenguas ha venido muy bien a ambos partidos para marcar diferencias ante una próxima campaña electoral en la que Iglesias ya no será candidato. El PSOE hace un guiño a Chunta e IU. Al PAR le permite conservar algo de los pocos signos de identidad que le quedan. Y, también, el verano pasado, cuando Biel y Marcelino amagaron con romper la baraja por el espinoso asunto de la financiación, más pareció una escenificación teatral de cara a los votantes.

200.000 aragoneses más

Iglesias se encontró en 1999 con un Aragón de 1.186.849 habitantes. Once años después, la cifra se ha disparado, a causa de la inmigración, hasta casi un millón cuatro cientos mil. Cifra muy lejana del objetivo planteado alguna vez por el presidente de llegar a largo plazo a los dos millones. La evolución demográfica, en todo caso, ha sido similar al resto de las comunidades, por lo que en términos de representatividad política seguimos pintando muy poco en Madrid.

Si Aragón suele dar la media española, el periodo analizado responde al mismo esquema. Hemos crecido en una década un 2,3%, evolución idéntica a la del resto de España. Pero hemos ganado posiciones en el ranquin del PIB regional pasando del séptimo puesto al quinto. Otro dato a tener en cuenta. El porcentaje de los presupuestos gestionados por la Comunidad, en relación con el Producto Interior Bruto, es similar al conjunto de las comunidades autónomas: un 17,98% en 2009, siete puntos y medio, por encima de 1999, cuya ratio con respecto al PIB era del 10,58 %. En términos absolutos, Iglesias y Biel se encontraron con un presupuesto del equivalente en euros de 1.919 millones de euros para pasar este año a 5.720. El triple.

Asesores y gasto público

Lo peor viene ahora. Tras un crecimiento económico del PIB real -según datos del INE- del 5,2% en 2000, se ha pasado al crecimiento negativo del 4,4% en 2009 y, aunque estos últimos meses volvamos a crecer tímidamente, en el caso de la destrucción de empleo ya no somos el espejo de España. Se destruyen puestos de trabajo a una velocidad mayor que la media. Y aunque seguimos estando ocho puntos por debajo de la tasa española, en abril pasado se llegaron a 96.082 personas sin trabajo. Es decir, este periodo de bonanza económica se ha roto y ahora ya no sirve el irredento optimismo interesado tan propio del presidente aragonés, en una actitud que sintoniza muy bien con la de Zapatero.

Croquetas o cócteles de gambas

Lo inquietante es que la opinión púbica no detecta una reacción política adecuada. Se ha congelado el presupuesto, pero Biel e Iglesias tan apenas hablan de empleo. Tampoco se aprecian gestos que vayan más allá de rebajar la dotación para el fiesta del 23 de abril o de servir unos aperitivos institucionales en los que haya más croquetas y menos cócteles de gambas. Sigue inamovible la estructura y el número de departamentos y la cifra de los 213 altos cargos y asesores, sin saber en el último caso qué es lo que hacen algunos. Y aunque pueda ser el chocolate del loro si se compara con el total del presupuesto de la Comunidad, los aspectos formales son muy importantes. Frente a los sindicatos que han guardado un silencio que genera malignas interpretaciones, el presidente de los empresarios aragoneses, Jesús Morte, propuso en diciembre limitar "la orgía de gasto" en las instituciones a las que acusó de vivir aisladas de la sociedad. Un ejercicio de austeridad, según Morte, "sería un ejemplo que nos vendría bien". Sus palabras tienen un especial significado por haberse destacado Morte, junto a los sindicatos, de llegar a pactos con el Ejecutivo en materia de empleo, en una línea, que es una virtud en la conducta de Iglesias.

"Iglesias ha sabido -afirman sus cercanos- contentar a todos". Y allí están sindicatos, patronal, Iglesia (en sus primeros años acordó con los colegios privados la gratuidad de la enseñanza infantil), las cajas, los regantes o la Universidad. Y ha dado juego a los medios, con la participación en la producción de contenidos de Aragón Televisión.

Poder regional y empresarial

"Ahora, como nunca, estamos en condiciones de considerarnos un país y enfrentarnos a los problemas de un territorio desvertebrado", sentencia el sociólogo David Baringo. Un ejemplo, aunque se trate de un proyecto cuyos resultados y concepción sean dudosos y cuestionables: "A finales de siglo era imposible pensar en Gran Scala. Sencillamente no existía una administración capaz de lanzarlo".

¿Ha ido este incremento de poder político y de gestión acompañado de un poder económico regional? La respuesta no es fácil si, como señala Luis Germán, profesor universitario de Historia Económica, se tiene en cuenta "que hasta los setenta la presencia de empresas de capital extranjero en Aragón era excepcional y que desde los años ochenta se produjo un rápido proceso de internacionalización". Pero aún así, Germán se atreve a afirmar que "Aragón pudiera haber perdido iniciativa empresarial, en relación con la media española a la vista de los datos relativos a nuestra densidad empresarial ". Por otro lado, añade que, en el grupo de las mayores empresas, estas siguen representando en torno a la mitad por lo que "el poder empresarial de capital local parece mantener posiciones". Baringo, por su parte, pone el grito en el cielo ante la venta de Galerías Primero pues era el único caso que quedaba de una cadena de alimentación: "Si los dueños son de fuera ¿quién velará por nuestros productos". Y cita a Sabeco, Eroski, Mercadona o Simply.

Baringo está preocupado, además, por el futuro de las cajas, al menos de la posible fusión de una de ellas, pues, tras no quedar ningún grupo bancario ni siquiera con el nombre de Aragón, mantener estas entidades financieras con capital aragonés es fundamental. De nuevo, Germán destaca que Ibercaja y CAI han mantenido su peso en el conjunto del sector durante esta década. "Ello es relevante -recalca- tras la perdida de cuota de mercado de CAZAR que se produjo entre 1970 y 1995 (pasó del 6,1 al 3,4 %) mientras en el 2000 ya era del 3,8% y en 2007, del 3,7%.

El agua redentora

Ha habido un frente significativo que Iglesias ha sabido resolver con éxito y habilidad. El empujón lo dio el PAR, que era a quien le correspondía, pero los resultados electorales se los llevó el PSOE. Iglesias, amigo personal del trasvasista Borrell (comparten vecindad comarca, una misma lengua y más de una cena familiar en el Pirineo de Cataluña y Aragón), supo desmontar el discurso socialista convenciendo tanto a Zapatero como a los socialistas catalanes, con las penosas consecuencias electorales para el socialismo de Murcia y Valencia. Además, ha cumplido su compromiso de que los nuevos pantanos no afecten a ninguna casa, en el caso de Biscarrués y Yesa. Mientras, persuadió a los regantes del canal de Aragón y Cataluña para que las regulaciones se hicieran en la zona regable, con el embalse de San Salvador. Desapareció la espada de Damocles sobre el Ésera.

Si con Cataluña ha habido entendimiento en materia de agua, no ha pasado lo mismo con los contenciosos de las obras de arte de las parroquias de Aragón Oriental o el Archivo de la Corona de Aragón. Unos conflictos que siempre lamentará no haber podido resolver. Como, a pesar de las energías destinadas, tampoco convencer a la UE y a Francia y España de la bondad de perforar los Pirineos.

No ha ido mal en educación donde Aragón se sitúa en la cuarta posición de calidad en ESO, según un estudio de Educación, Trabajo y el INEM, aunque la presencia de inmigrantes en las aulas -un total de 12.500 (15%) en todos los tramos- no haya sido repartida de manera equitativa, según resalta Félix Rubio, jefe de Estudios del colegio Joaquín Costa de Zaragoza. La privada absorbe el 28% mientras la pública un 72%, a pesar de que los centros públicos representan un 55% y los privados un 45%. Y si, en general el proceso de integración ha sido aceptable, para el próximo curso se incrementa la ratio de alumnos por aula como consecuencia de una falta de previsión o la imposibilidad de hacer frente al aumento de estudiantes.

Peor balance presenta la Universidad de Zaragoza que, además de pagar la hipoteca de su aportación al equilibrio territorial, no consiguió la Excelencia y quedó excluida de las 15 mejores de España. Pese a estar bien preparada en carreras tecnológicas y ser la séptima de España en producción científica, facultades como Filosofía y Letras están esperando como agua de mayo una rehabilitación antes de que las goteras las corroan, en una responsabilidad compartida por un equipo rectoral poco batallador y un Gobierno bastante rácano.

Empresas públicas

El Gobierno de Iglesias, que se ha sabido repartir los papeles entre los dos partidos, ha tenido varios ejes estratégicos para cuyo impulso se ha servido de las empresas públicas que cuentan con un capital de 50 millones (no llega a un 1% del presupuesto total de la comunidad autónoma). Cuestionadas por ser susceptibles de nepotismo y clientelismo, el consejero delegado de la Corporación, José Luis Murillo, afirma que el esquema ha sido copiado en otras comunidades. Frente a las críticas de opacidad, Murillo responde que están sujetas, además de al control del Parlamento, a las auditorias propias de las sociedades limitadas o mercantiles con el añadido de que sus cuentas son expuestas periódicamente en la web. Esta argumentación se complementa con la tesis de que muchos de los proyectos no se podrían llevar a cabo si no existieran estas herramientas con métodos de gestión privada más eficaces. Y estos ejes son las nuevas tecnologías, en Walqa, criticada por el sociólogo Mario Gaviria por "el excesivo número de becarios"; logística en PLAZA, donde trabajan ya más de 10.000 personas pero que no acaba de lograrse una plataforma logística para lo que sería necesaria la Travesía Central de los Pirineos, y la nieve, que según los cercanos al poder regional ha conseguido, a través de Aramón, lograr una notable imagen de marca de referencia en toda España. A su vez, con Motorland (Alcañiz), el último éxito ha sido el espaldarazo derivado de conseguir ser sede de una prueba puntuable del campeonato del Mundo de motociclismo. La frustración viene de que la escudería USF1 no establezca finalmente su sede de operaciones, condición necesaria, junto al tren y la autovía -a semejanza de la conexión con Cuenca-, para dar el salto tecnológico y de I+D+i.

Aragón está a la cabeza de las energías renovables, algo que gusta mucho a Gaviria, quien pone como contrapunto que se haya perdido el control hidroeléctrico con casos como Mequinenza, en manos italianas. Para Gaviria, Aragón ha dejado el derrotismo y va bien, pero lamenta perder ocasiones: " GM no ha traído nada de su tecnología, a pesar de las ayudas recibidas".

Fleta y Goya

En el debe de la cultura, y a la espera del resultado de la remodelación de Museo Pablo Serrano, figura no haber sabido dar una salida al teatro Fleta, después de las ideas descabelladas del consejero Callizo, la ralentización de Sijena y San Victorián, así como no haber sacado rendimiento cultural y promocional a la Seo, por evitar conflictos con la Iglesia. El catedrático de Historia Económica, Eloy Fernández Clemente, califica de punto débil el espacio Goya, al tiempo que, en el ámbito general, destaca el "tono amable, digno y sereno del presidente", y el "acierto de apoyar la Expo". Por el contrario, el escritor Félix Romeo denuncia "la ignorancia y olvido de Zaragoza", y que, a pesar de que algunos proyectos institucionales han funcionado, "no han respondido a un programa político, social o cultural". Frente al avance, en palabras de José Luis Rodríguez, de la "civilidad democrática", Romeo contrapone que "la estabilidad ha venido acompañada de una fuerte sensación de asfixia que ha hecho que la débil sociedad civil de Aragón sea invisible." "Un panorama -añade Romeo- , ligado directa, y, obviamente, al clientelismo político". Un clientelismo que algunos ven en la comarcalización, "proyecto que no ha contribuido a reducir otras administraciones y que no acaba de funcionar creando a veces desdoblamientos", según Gaviria.

José Luis Rodríguez pone un apunte en este panorama: "Se ha alimentado un aragonesismo trufado de rasgos socioculturales obsoletos, nutrido básicamente de dudosas recuperaciones históricas: 'leiv motiv' de todo nacionalismo." Fernández Clemente sentencia: "Hay épocas vibrantes y otras de avanzar sin ruido, y esta suya ha sido de las últimas".