Las Urgencias, en primera persona: "En verano se nota la vuelta de la gente a los pueblos y se debería reforzar el personal"

Jorge Sánchez, médico de Urgencia Hospitalaria en el Ernest Lluch de Calatayud, anima a la nueva generación mir a que se quede en Aragón.

Jorge Sánchez, en un box del servicio de Urgencias del Ernest Lluch, esta semana.
Jorge Sánchez, en un box del servicio de Urgencias del Ernest Lluch, esta semana.
Macipe

A sus 29 años, Jorge Sánchez Melús -que ejerce como médico de Urgencia Hospitalaria en el Ernest Lluch de Calatayud, donde nació- ya habla con el poso que le da casi un lustro de experiencia en un centro que presta servicio a cuatro comarcas aragonesas y otras poblaciones de Guadalajara y Soria. Allí y en el centro de salud ha hecho sus cuatro años de residencia y desde junio de 2023 cubre una sustitución. "Sabemos que vamos a llevar mal verano porque al medio rural, a sitios como Brea, Ariza o Daroca, va la gente en estos meses y eso se nota, porque se ponen malos y aumenta el volumen de casos, por lo que se debería reforzar el personal", valora.

En este tiempo, y especialmente el último año, Sánchez reconoce que ha sido una experiencia "intensa". "Tenía ese miedo de al tener menos número de casos, la casuística fuera menor y menos compleja, pero el paciente se pone malo donde se pone y Calatayud, al ser zona de paso entre Madrid, Zaragoza y Barcelona, hace que también haya casos supercomplejos. Me han tocado casos de código infarto, código ictus… No he notado que, por estar aquí, mi formación sea peor que en otro sitio más grande y sí que creo que te puedes implicar con el paciente de otra manera", subraya.

Sin embargo, no pone paños calientes y apunta a cómo ve la realidad: "Desgraciadamente no tenemos todos los medios que nos gustaría: desgraciadamente no tenemos uci y desgraciadamente hay menos especialistas y donde hay menos gente que la que necesitamos". A pesar de todo ello, Sánchez apoyándose en la máxima de hacer de la necesidad virtud, valora que trabajar en un centro comarcal permite "conocer el contexto de los pacientes mucho mejor" y de ahí extrae que "la soledad en el medio rural perjudica mucho a las personas mayores".

En cuanto a sus jornadas suelen ser de 12 horas, de nueve de la mañana a nueve de la noche, o guardias de 24 horas. "Cuando llegamos, se valora cómo ha ido la guardia: si hay algún paciente que queda pendiente de pruebas o de alguna cosa en concreto, o si hay que prestar más atención… Por las mañanas suelen ser las interconsultas con los especialistas que vienen a urgencias y aprendes mucho", apunta. A eso le sigue todo un misterio porque "son días imprevisibles y con pacientes que presentan patologías que no aparecen en el libro".

Así, se encuentran también con prealertas del 061 para preparar un box concreto y también les toca mucho trabajo de revisión. "Miras la historia del paciente, los antecedentes que ha tenido, las visitas, comprobar las analíticas y se valora lo que hacer", concreta, indicando que depende de la disponibilidad de los especialistas "que no siempre es la que nos gustaría a todos". En general, calcula que "hay mañanas que se pueden llevar 15 o 20 pacientes, e intentando que estén lo menos posible en la sala de espera".

Y sobre la hora de salida, Sánchez asume que "por implicación personal, se busca dejar el paciente 'solucionado', habiendo pedido las pruebas que hagan falta", a lo que suma que "si hace falta, alguna mañana se viene a echar una mano".

Futuro de incertidumbre

Con la vista en el horizonte, Sánchez reconoce que su contrato actual, tras uno de nueve meses, es por medio año más, lo que le genera "incertidumbre". Además, tras protagonizar un vídeo de la DGA para animar a que los mir se queden en Aragón, confiesa que ha leído comentarios que le han hecho daño como un "este en cuanto pueda se irá". "Me duele porque para estar aquí he rechazado contratos mucho mejores. En Soria me ofrecían tres y cuatro años de contrato; en Noruega, con viajes pagados, con vivienda gratis y un sueldo superior; en Francia…".

"Se debería valorar y devolver algo de lo que damos y el esfuerzo que hacemos. Si no esto irá a peor y los afectados son los pacientes", sentencia. Y no es su único caballo de batalla, como bilbilitano de nacimiento pide: "No ponernos palos en las ruedas y ver lo bueno que tenemos". A este respecto, considera que la ciudad cuenta con servicios y opciones que deberían ser atractivos, tanto en su sector como en otros, y entre los que incluye "las comunicaciones, por la autovía y el AVE; la UNED, la Escuela de Idiomas…", enumera.

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