aragón es agua

Del oficio de navatero al filón del turismo: "Antes el río era una aventura"

Aragón es la segunda Comunidad Autónoma con más empresas de turismo activo, más de 500, y el esquí, la actividad lúdica ligada al agua que mayor volumen económico genera.

Enrique Fernández (derecha), que ejerció de guía en el río, y Félix Buil, de Navateros del Sobrarbe, preparando las navatas.
Enrique Fernández (derecha), que ejerció de guía en el río, y Félix Buil, de Navateros del Sobrarbe, preparando las navatas.
Verónica Lacasa

El Cinca es este domingo protagonista de un gran acontecimiento, la fiesta de las navatas, en recuerdo de los viejos oficios del río. Desde hace cuatro décadas se rememora el titánico esfuerzo de los habitantes del Sobrarbe en la misión de bajar la madera de los bosques del Pirineo a las tierras bajas del Ebro, con la corriente como medio de transporte. Sobre las balsas de troncos navegarán Félix Buil, heredero de esa tradición, y Enrique Fernández, que representa además a las nuevas profesiones ligadas al turismo deportivo y de naturaleza, ya que fue 30 años guía de río.

"El río sustentó el oficio de los navateros que nosotros intentamos dar a conocer. Era un modo de vida", explica Buil, presidente de la asociación Navateros del Sobrarbe. Su abuelo materno, Joaquín García Morillo, fue uno de los últimos en dedicarse al transporte fluvial y él experimenta una vez al año la dureza del oficio. "Manejar las maderas, atarlas y bajar el río no es algo liviano ni sencillo", asegura.

Enrique Fernández coincide en que se trata de "una actividad bastante más peligrosa de lo que parece a simple vista". Él pasó de la experiencia de bajar sentado en una canoa a hacerlo de pie sobre maderos. Formó parte de la primera promoción de guías de aguas bravas que hubo en España y desde hace años aporta su saber del río para formar parte de la tripulación de las navatas.

El oficio se acabó con la construcción de las presas y la mejora de las carreteras, y dio paso a nuevas profesiones y posibilidades de negocio ligadas al turismo de naturaleza y deportivo. "Antes se veía el río como una gran aventura, ahora se ha popularizado. Además, ofrece la posibilidad de ver fauna acuática y aves, garzas reales e imperiales, quebrantahuesos…", explica el exguía y navatero Enrique Fernández.

Desde su nacimiento a la sombra de los últimos glaciares en el valle de Pineta, el río es protagonista de la fiesta de las navatas, antiguo oficio al que han dado el relevo los guías y el turismo de aventura en la zona. Presas, como la de El Grado, completan su paisaje, que culmina en las fincas de regadío de los Monegros, donde el agua ha convertido los secanos en fértiles.
Desde su nacimiento a la sombra de los últimos glaciares en el valle de Pineta, el río es protagonista de la fiesta de las navatas, antiguo oficio al que han dado el relevo los guías y el turismo de aventura en la zona. Presas, como la de El Grado, completan su paisaje, que culmina en las fincas de regadío de los Monegros, donde el agua ha convertido los secanos en fértiles.

En 2022, el año del ‘boom’ tras la pandemia, visitaron Aragón 7,8 millones de turistas. Entre las diferentes razones que impulsaron a los viajeros, además de las ferias y congresos, están las actividades vinculadas con el medio natural y el deporte, como el esquí, el barranquismo, el montañismo, las aguas bravas..., más populares todavía en la época postcovid.

Según datos del anuario estadístico del Gobierno de Aragón, ese año 2022 había registradas 533 empresas de turismo activo, y doce meses después eran casi un 10% más. No han dejado de crecer en los últimos tiempos y la Comunidad Autónoma es ya la segunda en España (el 80% concentradas en Huesca), solo por detrás de Andalucía.

Destaca por cifras el esquí, la actividad lúdica ligada al agua que genera un mayor volumen económico. En Aragón ocupa una posición privilegiada al contar con seis de las 30 estaciones alpinas que operan en España, además de ocho circuitos de esquí nórdico. El informe del Consejo Económico y Social de Aragón recogió que en el invierno 2021-2022 las estaciones españolas recibieron más de 4,5 millones de visitantes y casi la mitad fueron en Aragón. El esquí demanda agua, pero la Confederación Hidrográfica del Ebro no prevé a futuro un crecimiento para la innivación artificial, dado que la mayoría de centros invernales disponen ya de balsas donde hacen acopio.

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