Universidad de zaragoza

La matrícula de doctorandos remonta en Aragón: "Es fundamental para seguir la carrera investigadora"

Este curso hay 474 alumnos de nuevo ingreso en la Universidad de Zaragoza y en total 2.474 están cursando la máxima titulación académica. 

La investigadora Beatriz Parejo, en el laboratorio del Hospital Miguel Servet de Zaragoza donde desarrolla su trabajo.
La investigadora Beatriz Parejo, en el laboratorio del Hospital Miguel Servet de Zaragoza donde desarrolla su trabajo.
Francisco Jiménez

Beatriz Parejo ha compaginado su tesis doctoral con la competición deportiva de alto nivel (forma parte del equipo nacional absoluto de sóftbol) y la maternidad. Un camino "enriquecedor" de más de cuatro años, pero en el que también ha vivido momentos complicados.  "La clave está en hacer el doctorado en un grupo donde todos los miembros se apoyen entre sí y haya calidad humana y mentorazgo. Por suerte, ese ha si sido mi caso en el grupo de Patricia Sancho", destaca esta joven investigadora que leyó su tesis el pasado mes de octubre. 

Ella es un ejemplo más de que llegar a este punto no es una tarea fácil. Se trata de la más alta titulación universitaria, su acceso se produce tras cursar los cuatro años de grado e invertir entre uno o dos más en un máster y en muchas ocasiones llega carente de financiación. "Aproximadamente un 22% de los estudiantes de doctorado tienen una beca del Gobierno de Aragón o del de España. Hay gente que tiene otro tipo de financiación, otros que lo compaginan con un empleo, pero queda una parte no pequeña que lo hace por amor al arte", detalla Fernando Sanz, director de la Escuela de Doctorado de la Universidad de Zaragoza. 

Aun así, este último curso han remontado los alumnos de nuevo ingreso. Son 474 frente a los 413 del año anterior y en el conjunto total se alcanzan los 2.474 matriculados, que de media dedican más de 4 años a desarrollar su tesis doctoral. "Son cifras que suben muy despacio, pero es una opción que en el mercado europeo se valora mucho", puntualiza Sanz, quien reconoce que en España todavía queda "un trecho por recorrer" aunque las empresa e instituciones sí que estiman que una persona sea doctor. 

El director de la Escuela recuerda que este año se cuenta con tres programas nuevos, dedicados a las relaciones laborales y recursos humanos, la didáctica de las ciencias experimentales y la salud global, por lo que la oferta se eleva a 50. 

Esto deriva en un incremento de las tesis leídas. En el curso 2021-2022 fueron 244 y en el 2022-2023, último del que se tienen datos completos, se alcanzaron las 279. Y, de ellas, el 87,8% obtuvieron el reconocimiento 'cum laude', la máxima calificación posible. Esta cifra se mantiene prácticamente invariable con el paso de los cursos. 

Respecto al tipo de defensa más allá de la habitual, hasta un 17,2% se llevaron a cabo por compendio de publicaciones. Se trata de un modelo en el que el doctorando no elabora de manera directa la tesis de principio a fin, sino que esta se basa en varios artículos. También está la opción de hacerla por cotutela con otra tesis extranjera (3,23%) o con mención internacional, es decir, cuando el alumno ha estado al menos tres meses fuera del país desarrollando su tesis (29,4%). Otra de las posibilidades es el doctorado industrial, que se hace en una empresa (1,43%).

El director de la Escuela de doctorado señala la existencia de dos tendencias crecientes. Por un lado, durante los últimos años se han incrementado los estudiantes que llegan desde otras universidades. Ahora alcanzan el 44% mientras que hace diez años apenas eran el 29%. "Tenemos unas líneas y grupos de investigación sólidos. Eso atrae a los investigadores de campus cercanos y otros no tan próximos. Además, Zaragoza es referencia para los países de América Latina", destaca Sanz. 

De hecho, en la actualidad, el 20% de los matriculados son extranjeros. Hasta 53 han llegado de Colombia, hay otros 52 de Italia, 42 de Ecuador, 42 de Cuba y 31 de China. 

Otra tendencia que también va en aumento en los últimos años es la de compaginar la tesis doctoral con un empleo, es decir, llevarla a cabo a tiempo parcial. Hace una década apenas suponían el 12% y ahora son alrededor del 42%, cifra en la que se encuentra estabilizada prácticamente desde el inicio de la pandemia de la covid.

La defensa presencial vuelve a ser la norma

Respecto a la defensa de las tesis doctorales, Sanz recalca que, una vez superadas las restricciones y el miedo por la covid, la presencialidad vuelve a ser la norma: "La gente quiere verse y, además, los tribunales suelen aprovechar para ir a seminarios y se quedan un día o dos. Es el acto académico más importante que hay". En el curso pasado ya fueron el 75%, mientras que en el anterior apenas habían superado el 50%. Por su parte, las que se llevan a cabo íntegramente por videoconferencia se reducen y ya solo suponen un 6%. 

Sí que se mantienen con cierto tirón las mixtas, que han subido y rondan el 20%. En estas gran parte de los miembros participan de manera presencial, pero alguno, generalmente porque vive muy lejos, se conecta 'online'. "Si tiene que venir un investigador de Vietnam, con los costes que supone, se valora esta opción que permite que sea gratis", ejemplifica Sanz, quien sostiene que es un "sustitutivo muy válido". 

Una investigación contra el cáncer

Parejo llegó al doctorado tras cursar un grado superior de Anatomía patológica y citología, que después la llevó al grado en Ciencias biomédicas y al máster en Inmunología avanzada, todo ello en Barcelona. "Durante el periodo de prácticas en un laboratorio de investigación me di cuenta de que quería profundizar mi conocimiento a través de la investigación del cáncer", recuerda. 

Y así lo hizo. Su tesis se centra en diferentes estrategias terapéuticas contra las subpoblaciones celulares más agresivas en el cáncer de páncreas, es decir, las células madre tumorales pancreáticas. "Sobreviven tras los tratamientos convencionales con quimioterapia y son las responsables de que el tumor recrezca al cabo del tiempo", explica. 

Como parte de su estudio, han descubierto dos proteínas independientes que son especialmente importantes para la funcionalidad de estas células tan agresivas y han comprobado que, tras su inhibición terapéutica, "la agresividad de los tumores pancreáticos disminuye en ratones". De hecho, la lectura se llevó a cabo en la sede zaragozana de la Asociación Española contra el Cáncer, que permitió que se retransmitiera de manera 'online'. 

Su tesis la desarrolló a través de diferentes contratos. Los dos primeros años los hizo con uno de técnico de laboratorio asociado a proyecto, para el tercero consiguieron financiación a través de una campaña de tres meses de micromecenazgo en la plataforma Precipita y en el último obtuvo una beca de la asociación Apadrina la Ciencia. Toda una aventura con un único objetivo: seguir avanzando en la investigación.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión