Sandra Blasco: "Es trascendente el movimiento de mujeres por la paz"

Nacida en Huesca en 1989, la investigadora vive en Madrid en la actualidad porque disfruta del prestigioso contrato postdoctoral Juan de la Cierva en la Universidad Autónoma de Madrid.

Sandra Blasco fue distinguida en los premios Aragón Investiga.
Sandra Blasco fue distinguida en los premios Aragón Investiga.
Oliver Duch

Tiene una destacada trayectoria académica, docente e investigadora, ¿qué faceta prefiere?
Sigo estudiando, porque al final la investigación y la docencia también son campos de estudio, pero no aspiro a tener más títulos. La investigación es más analítica, y en la docencia aprendes cómo transmitir lo que estás investigando. Lo importante no solamente es hacer análisis sesudos, sino transmitirlos a la ciudadanía.

Ese es uno de los objetivos que se marca una investigación, que lleguen sus mensajes, ¿no?
Claro. Lo fundamental es poder aportar a la sociedad. Y desde el punto de vista de la historia contemporánea, saber analizar qué es lo que ocurrió en el pasado nos permite mejorar la convivencia y vivir mejor.  

Esa trascendencia también se tuvo en cuenta cuando le concedieron la distinción especial ‘María Andresa Casamayor’ en los premios Aragón Investiga 2023, ¿cómo valora este reconocimiento?
Muy positivamente, estoy muy agradecida. Es un orgullo porque soy de Aragón y he hecho aquí toda mi carrera académica. Ahora estoy en Madrid, pero sigo muy vinculada a mi tierra. 

Fue reconocida por un trabajo sobre pacifismo en el siglo XX desde una perspectiva feminista.
Sí, valoro también que se reconozcan los estudios que ponen en el centro el trabajo de las mujeres a lo largo de la historia. Es un trabajo que tiene mucho que decir, porque ha incidido, incluso, en las relaciones internacionales. Y eso que las mujeres han sido sujetos políticos sin derechos, porque desde el punto de vista biológico se les atribuía una serie de estereotipos que estaban más encaminados hacia el ámbito de la crianza y del cuidado de los demás. Sin embargo, muchas de ellas transgredieron ese rol e intentaron influir a través de una propuesta pacifista y feminista.

¿Se refiere a algún movimiento en concreto?Hace 10 años, inicié un trabajo en el Seminario de Investigación para la Paz, con su presidenta, Carmen Magallón, sobre una asociación de mujeres feministas y pacifistas que se llama la Liga Internacional de Mujeres por la Paz y la Libertad, que nació en plena Primera Guerra Mundial y continúa a día de hoy. Se organizaron más de 1.000 mujeres y establecieron unos acuerdos que, posteriormente, fueron enviados a la mayoría de los gobiernos de los países enfrentados. Y hemos descubierto que esas resoluciones fueron la antesala de los 14 puntos de Wilson y de la posterior Sociedad de Naciones, que es, digamos, la antesala de la ONU. 

Pero su trabajo se centraba en España y Latinoamérica.
Sí, porque conforme avanzaba la investigación, nos dimos cuenta de que había muchos nexos en común con las mujeres ibéricas y latinoamericanas. Al trabajar sobre la época de la transición en Aragón, empezamos a sacar muchas experiencias feministas en los barrios, en las fábricas, en las facultades... En definitiva, hay un movimiento de mujeres por la paz trascendente que merece la pena investigar y que traza una línea cronológica que, incluso, podría abarcar todo el siglo XX.

¿Llegar a este punto ha sido fruto de una vocación?
Las primeras manifestaciones en las que estuve de adolescente fueron contra la guerra de Iraq. Y la Historia siempre ha sido una de las asignaturas que más me gustaban. Además, tuve la oportunidad de ir al campo de concentración nazi de Mauthausen a los 16 años, con deportados, personas que habían estado ahí y eso me marcó mucho. 

Se oye mucho hablar de la mujer en la ciencia estos días, ¿se puede incluir la perspectiva de género en todas las disciplinas?
Desde luego, pero lo importante es que cada experto en su rama proponga cuál es el mejor método para incorporar esta perspectiva y, para ello, faltarían libros de innovación docente. Vemos que en la medicina, por ejemplo, puede haber una sintomatología propia para las mujeres y que, a la hora de construir un coche, cómo poner los airbag o implantar otros mecanismos de seguridad puede incurrir en un mayor número de muertes de mujeres. Igualmente, si vas a los libros de historia, tradicionalmente no recogían su aportación.

¿Diría que el sufrimiento de las mujeres en el transcurso de una guerra también es específico?
Por un lado sufren como parte de la sociedad civil pero, además, sufren violencias específicas, por ejemplo, por las violaciones, que se incrementan exponencialmente en tiempos de guerra. También son ellas las encargadas de cuidar a los niños, ancianos... son las principales sostenedoras de vida, por eso es fundamental escuchar lo que tienen que decir.

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