Nuevos datos del cólera en Zaragoza: una decena de muertos y más de 500 infectados

Dos investigaciones de la Universidad de Zaragoza desvelan nuevos datos sobre la incidencia de la epidemia que hubo en Aragón en 1971 y que contravienen la versión oficial de la época.

La gran epidemia de cólera que azotó Zaragoza se produjo en 1885 donde murieron 1.400 personas.
La gran epidemia de cólera que azotó Zaragoza se produjo en 1885 donde murieron 1.400 personas.
Víctor Meneses

En el verano de 1971 aparecieron en Épila y Rueda, varios casos de cólera. En concreto y según fuentes oficiales, 7 personas fueron afectadas por esta enfermedad bacteriana. Todas ellas con síntomas leves. El brote fue rápidamente controlado y, según la versión oficial, no hubo ningún muerto ni contagios fuera de la zona origen, el valle del Jalón. 

Sin embargo, dos trabajos de fin de grado de Medicina realizados por Javier Martínez Lite y María Rico bajo la dirección de Javier Martínez, profesor de Historia de la Medicina de la Universidad de Zaragoza han desvelado nuevas informaciones que contravienen totalmente los datos que facilitaron las autoridades de la época tanto a los medios de comunicación como a los zaragozanos.

“Con la pandemia de covid se recordó la epidemia de cólera que hubo en la provincia de Zaragoza en 1971 y se puso de ejemplo la campaña de vacunación masiva que se llevó a cabo en la que más de 600.000 personas recibieron la vacuna contra esta enfermedad”, dice el profesor de la Universidad de Zaragoza Javier Martínez. “Pero en esas informaciones no había ninguna novedad respecto a los datos de los 70 por lo que quisimos tratar cuál fue la escala real del brote, la respuesta e impacto que tuvo en Zaragoza capital y reconstruir las cifras”, enumera.

"Hemos constatado que los datos de nuestra investigación difieren bastante de la versión oficial".

 “Lo que hemos constatado es que difieren bastante de la versión oficial”, afirma Martínez. “En ese momento se dijo que había 7 casos diagnosticados en el valle del Jalón, pero tras la investigación hemos llegado a la conclusión de que no solo hubo casos en el Jalón sino también en Zaragoza capital, una novedad de la que no se habló en su momento”, informa el profesor.

No solo eso, en la versión oficial se aseguraba que no había habido muertos. Sin embargo, “hemos constatado más de una decena de fallecidos por este brote de cólera, más de 500 positivos, cuando en teoría, solo hubo 7 y más de 2.000 sospechosos de padecerlo. Estos datos si que se dan imagen más real de un brote que justifica las medidas tan amplias de prevención que se aplicaron”, asegura Martínez.

El Pignatelli como hospital de campaña

Y es que en los hospitales zaragozanos se habilitaron salas específicas para atender a los coléricos o a los sospechosos de serlo. “Se estima que en el Hospital Miguel Servet hubo cerca de 200 afectados, en el Hospital Provincial hay registradas 198 personas ingresadas por cólera, dos de ellas figuran como fallecidas a causa del mal”, continua el profesor. Allí, se habilitó el antigua ala de tuberculosos, aislada del resto del edificio, para albergar a los afectados por la nueva epidemia. Sin embargo, “como hubo tantos casos y no cabían todos en este pabellón, tuvieron que ocupar otras salas del hospital". 

"Se habilitó el ala de tuberculosos del Hospital Provincial para albergar a los coléricos".

Además, "se creó una sala de convalecientes con 300 camas en el Hogar Pignatelli, la antigua Casa de Misericordia y Hospicio de la ciudad, hoy conocido como edificio Pignatelli, sede del Gobierno de Aragón”, añade. “A los internos del edificio se les evacuó y se habilitó ese gran espacio como hospital. Se instaló un quirófano de campaña, se le dotó de personal sanitario, se movilizó a los alumnos de medicina porque no había suficientes médicos para atender a todos los enfermos que iban llegando e incluso las brigadas de la Cruz Roja se instalaron allí”, asevera el director de las investigaciones.

"Se creó un hospital de campaña con 300 camas en lo que hoy es la sede del Gobierno de Aragón".

En zonas del Jalón, origen del foco, también hay testimonio de la existencia de hospitales de campaña como el de Épila, “que se instaló dentro de un convento y en el que se estima que fueron atendidas medio centenar de personas. Tan solo en el valle del Jalón hay constancia de más de 350 afectados. Son imágenes que nos recuerdan mucho a la pandemia del Covid donde también se crearon hospitales de campaña”, recuerda.

Una versión oficial descafeinada

Si buceamos en las noticias de ese momento sobre el brote de cólera no se encuentra ninguno de estos datos, por los que, a día de hoy, suponen toda una novedad sobre lo que ocasionó esa epidemia en nuestro territorio. “No salen en las noticias porque en 1971 estamos todavía en dictadura y no había una gran transparencia en esos años. Lo que ha llegado hasta nosotros es la versión oficial y en ella no se habla de muertos y solamente se constatan 7 casos localizados en el valle del Jalón”, apunta Martínez. 

“De lo que sí que se informa mucho es de la gran campaña de vacunación que se puso en marcha en la provincia. Solo en la capital hubo 23 puntos de vacunación, además de los que estuvieron localizados por el resto del territorio. A eso sí que se le dio publicidad”, matiza. La capital aragonesa tenía todavía el recuerdo fresco de la anterior epidemia de cólera que había sufrido, en 1885, y que acabó con la vida de cerca de 1.400 personas, por lo que las autoridades hicieron un llamamiento a la vacunación de todos sus habitantes.

Heraldo de Aragón recordaba en 1971 la epidemia de cólera que azotó a Zaragoza en 1885.
Heraldo de Aragón recordaba en 1971 la epidemia de cólera que azotó a Zaragoza en 1885.
Archivo Heraldo de Aragón

En tan solo dos días se vacunaron en Zaragoza y en su provincia 429.000 personas y se organizaron largas colas de ciudadanos a las puertas de los centros de vacunación, esperando su turno. Al final de la campaña, más de 600.000 ciudadanos habían recibido la vacuna. “Toda la población de Zaragoza se halla prácticamente vacunada y se han cubierto enteramente vastas zonas de la provincia, dedicando especial atención a la zona del Jalón y a la cuenca del Ebro, hasta Caspe”, puede leerse en la portada de HERALDO del día 23 de julio.

Portada de Heraldo de Aragón del día 23 de julio de 1971 con motivo de los casos de cólera en Zaragoza.
Portada de Heraldo de Aragón del día 23 de julio de 1971 con motivo de los casos de cólera en Zaragoza.
Archivo Heraldo de Aragón

En cambio, “de la parte asistencial no se dice nada a pesar de que fue un brote de una escalar muy elevada. Fue un episodio de emergencia que ahora, tras la Covid, nos resulta muy familiar”, atestigua el profesor. “Los más afectados fueron las personas mayores y los niños pequeños. En los registros investigados se reflejan operaciones de urgencia realizadas a bebés para salvarlos del cólera”, asegura.

Altos mandos de la OMS, supervisando la epidemia

“La atención de los medios nacionales e internacionales y la versión oficial se centraron en la provincia de Zaragoza, pero el brote de cólera fue algo nacional. En Barcelona hubo muchos casos y no trascendió nada”, afirma Martínez.

Esta situación fue suficiente para movilizar a autoridades de nuestro territorio y de extranjero, ante el peligro de que estos casos solo fuesen el comienzo de una epidemia que llevaba causando estragos en nuestro continente desde mediados del siglo XIX. Por este motivo, todas las miradas se volvieron hacia Zaragoza. “La OMS envió a una persona experta en cólera a Zaragoza, el investigador Haruo Watanabe, para ver lo que estaba pasando y saber la magnitud de la epidemia de primera mano, al que acompañó el subdirector general de esta entidad sanitaria mundial en la época, el doctor L. Bernard”, informa el profesor.

La paradoja de la España de los 70

“En esa época, una epidemia de cólera en un país occidental se salía de lo normal y en otros países europeos nunca ocurrió”, constata Martínez. Esto es porque en España se da una paradoja interesante y es que es un país en el que todavía hay muchas zonas en las que no hay agua corriente, en la que el agua no es potable y con una escasa red de tratamiento de aguas residuales por lo que era factible que se produjese este tipo de infecciones. 

Por el contrario, “estábamos en una época en la que la atención sanitaria ha cobrado importancia, hay más recursos destinados a ella y el país cuenta con medios y vacunas para hacer frente a una epidemia, por lo que se logra controlar rápidamente evitando mayor número de contagios. El desequilibrio que existía en España y el riesgo de cólera en nuestro país era conocido por las autoridades europeas que ya sabían que esto podía pasar y que existía el riesgo de que el cólera pasase a Europa a través de España”, concluye.

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