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La labor del Instituto Confucio: "Es importante que el talento que sale de la Universidad de Zaragoza sepa chino"

El interés por el idioma y la cultura china van en aumento. Desde su creación, en 2017, el número de matrículas individuales superan las 5.000 y este curso académico alcanzan las 900.

La profesora Dan Zhou durante una clase de iniciación al chino, este lunes en la Facultad de Educación del campus aragonés.
La profesora Dan Zhou durante una clase de iniciación al chino, este lunes en la Facultad de Educación del campus aragonés.
Ruben Losada/FotografiArte

En una de las paredes del despacho de Rafael de Miguel, director del Instituto Confucio de la Universidad de Zaragoza, cuelgan dos mapas: uno de las provincias de China y el otro, de Nanjing (la capital de Jiangsu, la quinta provincia más poblada del gigante asiático). "Son 80 millones de personas; la población de Alemania. Y su PIB, 1,5 veces el de España", observa.

No es casual ni baladí que De Miguel hable de Nanjing. Dicha ciudad imperial alberga la Nanjing Tech University, una de las universidades más importantes del mundo en ciencia y tecnología (es la número 19 en ingeniería química). Y se da la circunstancia de que es socio del Instituto Confucio en Aragón; un elemento clave para entender la relevancia de la labor que este realiza. "En paralelo se creó un centro de investigación conjunto, que coordinamos desde aquí. Para la Universidad de Zaragoza, no es solo una plataforma de lengua y enseñanza de la cultura china sino sobre todo poder hacer cosas juntos de investigación de primer nivel e incluso empezar a trabajar en patentes. Hemos mandado investigadores a China y al revés", informa.

"Para la Universidad de Zaragoza, no es solo una plataforma de lengua y enseñanza de la cultura china sino sobre todo poder hacer cosas juntos de investigación de primer nivel"

Tampoco es habitual (ni debe pasar desapercibido) que un embajador de la República Popular China visite Zaragoza, como recientemente hizo Yao Jing coincidiendo con la celebración del Año Nuevo Chino del Dragón (29 de enero). Su presencia evidencia la importancia que nuestra Comunidad tiene para su Gobierno. Su apretada agenda de aquella jornada arrancó en el Paraninfo -donde se hizo entrega del premio global al mejor instituto confucio y fue recibido por el rector José Antonio Mayoral-, le siguió su participación en el desfile por las calles zaragozanas, continuó con una recepción con la alcaldesa Natalia Chueca y finalizó con una visita a la Facultad de Educación del campus San Francisco (sede del Instituto Confucio).

"Viene aquí porque sabe que Aragón es un territorio estratégico para China en inversiones. Somos un líder en energías renovables y logística y está el sector de la automoción. Por eso es tan importante que el talento más cualificado que sale de la Universidad de Zaragoza -sobre todo con titulaciones técnicas experimentadas- sepa chino. Eso le va a dar un valor añadido y va a crear unas oportunidades de inversión, conocimiento y contactos para la Comunidad que si no se van a desaprovechar", asegura De Miguel, quien subraya que dominar el español, el inglés y el chino es "fundamental" para la economía aragonesa.

Sus palabras revelan uno de los retos del centro que dirige: que más universitarios de Unizar -de grado y máster- se apunten a estudiar el idioma. "Le interesa a la sociedad aragonesa. Ya hemos ido creando cantera; gente que empezó con el chino con 14 y 15 años y ahora están matriculados en Ingeniería, Medicina, Ciencias o Derecho", detalla De Miguel, profesor de Geografía y muy implicado con lo que es la internacionalización del campus aragonés. "Para mí, es todo un honor estar en uno de sus proyectos estratégicos. No todas las universidades de España tienen la suerte de poder contar con un Instituto Confucio: somos ocho en todo el país", detalla. 

Miguel de Miguel, director del Instituto Confucio de la Universidad de Zaragoza, este lunes en la Facultad de Educación.
Miguel de Miguel, director del Instituto Confucio de la Universidad de Zaragoza, este lunes en la Facultad de Educación.
Ruben Losada/FotografiArte

Desde su creación, en 2017, el número de matrículas individuales superan las 5.000 y este curso académico están en torno a las 900. Es el único centro oficial examinador en Aragón de chino y junto con la enseñanza de este idioma (hay 6 niveles) desarrollan otras muchas actividades. "Hay grupos de conversación, talleres de literatura y gastronomía china, taichi, exposiciones.... La cultura no deja de ser un anzuelo para captar alumnos y les acaba interesando", sostiene. Para ello, cuentan con una plantilla de 15 profesores nativos que imparten las clases en la Facultad de Educación (donde está el aula principal), en el campus de Unizar en Huesca, en la Universidad pública de Navarra (en 2023 se abrió un aula) y en el Colegio británico de Aragón.

Con su implantación se ha dado respuesta a una demanda que existía en la Comunidad de estar en contacto con la lengua y la cultura del gigante asiático, en palabras del director. "También es atender las necesidades de relación y cooperación entre España y China. Y en tercer lugar, tener de socio a Nanjing Tech University", enumera. En cuanto a los perfiles de los alumnos habla de gente aragonesa muy joven (que están en Primaria y Secundaria), adultos que en su día estudiaron el idioma de forma autodidacta o con clases particulares y población china residente en Aragón que no quiere perder sus raíces. "En su casa les han hablado el chino oral, pero no saben escribirlo. Son entre comillas analfabetos de caracteres chinos. Y también está la población china adoptada", indica.

"El más distinto de todos los idiomas"

Para Patricia Lamborena, aprender chino era todo un reto. "Cada vocal tiene cuatro maneras distintas de pronunciarse. Es el más distinto de todos los idiomas. No me planteo estudiarlo por mi profesión (es psicóloga) es más por curiosidad; siempre me ha interesado su cultura. Ahora estamos con el Año Nuevo Chino y la historia de los distintos animales del horóscopo. Creo que guardan su historia mejor que otras culturas", opina esta aragonesa, que está en nivel A1 (de iniciación).

En su misma clase está Violeta Veras -nacida en China y estudiante de ingeniería informática de 19 años- que ha vuelto a retomar las clases partiendo de cero. "Lo estudié bastantes años, pero lo tuve que dejar porque el colegio me quitaba tiempo. Tenía la espinita clavada y he pensado que era una buena idea. Tal vez lo más difícil sea una combinación de los caracteres chinos y la pronunciación. Tiene entonaciones y te equivocas. Son clases de una hora y media a la semana y para empezar está bien", observa.

Su profesora Dan Zhou, que lleva 7 años trabajando en el Instituto Confucio, destaca el incremento de alumnos y de las actividades que se organizan. "Tenemos variedad de enseñanza y de perfiles de estudiantes. Hay alumnos con muy buen nivel y siempre digo que un idioma o una lengua es como una herramienta. Saber chino laboralmente puede ser una oportunidad porque cada vez es mayor la colaboración entre España y China", señala. Como docente no le ve ninguna dificultad y dice que es cuestión de estar interesado y trabajar. "Como su sistema de escritura y pronunciación fonética es muy diferente, siempre da curiosidad. Hay muchísimas raíces para descubrir la cultura china".

Mientras, Wang Juan -profesora desde hace tres años- cree que el tema de los caracteres puede ser un obstáculo para los alumnos. "Al principio eran dibujos y cada uno tiene su historia. Tenemos una historia muy larga y estupenda porque cada dinastía tiene su cultura", explica esta joven docente, que valora el interés de los aragoneses por el chino. Y, tras su experiencia de enseñar su idioma desde 2013 por distintos países, añade: "Los asiáticos y latinoamericanos lo estudian para obtener una beca en China o una oportunidad para trabajar en una empresa; y los aragoneses están más interesados en la cultura".

Por su parte, Rafael de Miguel apunta que si un ciudadano chino ve en su interlocutor un interés por aprender su idioma se rompe "un muro de desconfianza". "Aunque uno sepa mal el chino, ya lo tienes medio ganado porque es un tema cultural. En China sigue existiendo el subconsciente histórico y cultural de la xenofobia contra Occidente. Ellos aprecian muchísimo que se tengan conocimientos de su lengua, su cultura, sus costumbres y su protocolo doméstico", concluye.

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