Atrapados por la tractorada en Zaragoza: “He tenido que taparme con una manta para orinar en la cuneta”

Cientos de ciudadanos quedaron bloqueados en la carretera de Castellón sin poder entrar en Zaragoza ni dar la vuelta. Los agricultores culpan a la Guardia Civil del atasco.

Los agricultores Carlos Piñol, Eduardo López y José Luis dialogan con Petita Dávila y Sandra Fernández, atrapadas en el atasco
Los agricultores Carlos Piñol, Eduardo López y José Luis dialogan con Petita Dávila y Sandra Fernández, atrapadas en el atasco
J. V.

Cientos de conductores han estado varias horas atrapados en la carretera de Castellón, sin poder avanzar hacia Zaragoza ni volver hacia sus lugares de origen. El corte total de esta importante vía de entrada ha sorprendido a cientos de personas a primera hora de la mañana y se ha prolongado entre las 8.00 y las 11.30 de la mañana de este viernes. 

Los agricultores culpan a la Guardia Civil del atasco, ya que aseguran de que son los agentes los que no permiten entrar en la ciudad a los tractores. “Nuestra intención era entrar a Zaragoza, dar la vuelta en el Príncipe Felipe y estar yendo y viniendo, para poder entorpecer el tráfico, pero dejar pasar poco a poco a la gente”, aseguran algunos de estos agricultores a bordo de sus tractores. Finalmente, los agentes han permitido avanzar a los tractores hacia Zaragoza, lo que ha permitido que los coches también fueran entrando, aunque muy lentamente.

El caso es que los perjudicados han sido cientos de personas que no podían avanzar, lo que ha causado muchos contratiempos. Algunos viajeros de autobús y acompañantes de algún turismo han decido bajarse y andar bajo la lluvia hasta Zaragoza, a pesar de que hay varios kilómetros de distancia. Otros se buscan la vida para hacer sus necesidades fisiológicas en la cuneta… y todos han mostrado una total desesperación por la situación.

“Iba a llevar a mis nietos al colegio Agustín Jericó y aquí estoy… He tenido que orinar con una manta en un lado de la calzada, esto no puede ser”, lamentaba Petita Dávila, quien deseaba que se solucionara rápido esta situación. Compartía sus impresiones con Sandra Fernández, profesora del colegio Juan de Lanuza, cerca de Garrapinillos, que tampoco iba a llegar a cumplir con sus obligaciones.

Tanto la N-232 como la A-68 se vieron bloqueadas por la protesta de los agricultores.

Ellas dialogaron con un grupo de agricultores igualmente atrapados en este punto de la carretera de Castellón, justo antes de entrar al polígono de San Valero. Se trataba de Carlos Piñol, de Sástago, Eduardo López, de Velilla de Ebro y José Luis, de Gelsa. Estos trabajadores del campo señalaban que su idea era la de estar circulando por la carretera, pero dejando pasar alternativamente a los vehículos. “La gente tiene que saber lo que pasa en el campo. Cada vez tenemos más gastos y precios más bajos. Si deciden que España va a ser cuatro molinos y cuatro placas solares, no habrá comida de la buena, de la de casa”, señalaba Carlos Piñol.

Eduardo López, por su parte, ponía explicaba sobre la carretera mojada su ejemplo: “Yo llevo las tierras de mis padres y mis abuelos, pero tengo que tener un trabajo a parte porque si no no puedo comer”. “Trabajamos a pérdidas y encima el consumidor paga por esos productos más que nunca”, añadía José Luis.

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