Julia Ortega: "Aragón es consciente de que la migración no es una carga sino una oportunidad"

Se define como maña, aunque por circunstancias del destino nació en Pamplona. Comenzó a trabajar con Accem en Andalucía, pero la decisión de abrir una sede en Aragón, le dio la posibilidad de regresar a la que considera su casa.

Julia Ortega, responsable territorial de Accem.
Julia Ortega, responsable territorial de Accem.
Oliver Duch

Desde que llegó Accem a Aragón, ¿cómo ha evolucionado la Comunidad?

Aragón es una tierra que se está transformando en los últimos años. Necesita mucha población. Cuando venía en vacaciones, la presencia diversa en nuestras calles era cada vez más patente. Lo es porque las migraciones van donde encuentran una oportunidad de vida. Y Aragón necesita gente para que pueda prosperar económicamente.

Sigue ese discurso negativo hacia la inmigración. ¿Se conseguirá superar?

Necesitaremos muchos años, mucha sensibilización y que se destierren esos discursos que calan a veces tan fácil, desgraciadamente, con las redes y con el mal uso de la información tan inmediata. Vamos a confiar en que los jóvenes cada vez van a saber cribar mejor esa información que llega a través de las redes, no creerlo todo, y confiemos en que vayan desapareciendo. Aunque, si vemos todos los contextos europeos y fuera de Europa, el panorama a corto plazo no parece que vaya a mejorar.

En su día se habló de facilitar el arraigo en el medio rural.

Si pensamos en las comarcas agrícolas o ganaderas, o incluso las plataformas logísticas que se están creando, la mayoría de la población que está yendo a estos núcleos rurales es población migrante. El gran problema que nos estamos encontrando es que apenas hay casas. Son muy antiguas, sin calefacción y con condiciones de habitabilidad dudosas, o son segundas residencias. Las políticas públicas tienen que pensar en términos de vivienda.

Afganistán, Ucrania... Están siendo años complicados. ¿Cómo se afronta desde Aragón?

La realidad de las migraciones es inherente al ser humano. Ha habido migraciones debido a guerras desde el inicio de los tiempos. El que ahora sea más cercano, más inmediato y lo podamos ver a través de la televisión es lo único que ha cambiado. Y el territorio puede acoger perfectamente a todas estas personas que llegan y asumirlas, porque el problema que tiene Europa es el envejecimiento. Para las organizaciones que estamos especializadas en estas acogidas, ser ágiles y poder establecer recursos y dispositivos al servicio de estas emergencias es algo que es inherente a nuestro sentido de existir.

¿Cuáles son las principales dificultades que se encuentran al llegar?

Las dificultades van a depender mucho de si es una migración planeada o forzada. En el primer caso, cuando se tiene un proyecto migratorio, aunque hay muchas pérdidas, hay un plan; pero en una salida forzosa, la persona no ha procesado todo esto, sale porque necesita proteger su vida y su integridad. Esto marca mucho las dificultades al llegar. Además, la migración siempre conlleva un descenso en el estatus social, aunque su trabajo en términos económicos sea más rentable aquí que lo que era en su país. El desconocimiento del idioma y del contexto también supone una dificultad. Y, por supuesto, la incertidumbre.

"El gran problema que nos estamos encontrando en el mundo rural es que apenas hay casas"

El 2023 también ha estado marcado por la llegada de migrantes de Canarias, con un récord de octubre.

Las personas que llegaron a Canarias y que están siendo atendidas desde los territorios lo hacen bajo la protección, el amparo y la financiación de programas estatales. Aragón es consciente, lo son las administraciones y lo es su tejido empresarial, de que no es ni muchísimo menos una carga, es una oportunidad. La acogida por parte de la población es muy buena. Somos una tierra acogedora y solidaria. La gente se acerca a nuestros centros, participa, conversa con nuestros usuarios y eso hace muy fácil el trabajo también. Y estos chicos –los que han venido han sido todo hombres jóvenes– lo agradecen.

Además de inmigración, trabajáis con otros colectivos vulnerables.

Nuestra misión es luchar contra las barreras que impiden la integración de las personas y contra sus factores de vulnerabilidad. Por tanto trabajamos mucho el equilibrio territorial también en la despoblación, personas mayores, adolescentes, temas de salud mental, reinserción social...

¿Qué propósitos tenéis para el 2024?

Esperamos seguir consolidando y asentándonos y seguir creciendo en calidad, que no en cantidad, porque el ritmo de estos años ha sido muy rápido y nos gusta que nuestro trabajo esté bien cimentado.

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