El Justiciazgo reivindica su papel frente a una administración que "no mira a los ojos"
El lugarteniente entrega a la escritora Irene Vallejo la medalla de la institución en su día grande.
El lugarteniente del Justicia de Aragón, Javier Hernández, reivindicó este miércoles la labor de la institución frente "al fenómeno de una administración que no mira a los ojos de los ciudadanos", e instó a que sus responsables les vean como "un instrumento de ayuda en la solución de problemas". "Movernos por el amplio y despoblado Aragón nos ha permitido tener una visión mucho más cercana de la que nos pueden mostrar los escritos o informes técnicos, sin menospreciarlos", defendió ante las principales autoridades de Aragón, reunidas en la real capilla de santa Isabel de Portugal para celebrar el Día del Justicia.
Javier Hernández subrayó que la labor de defensa de los derechos y libertades individuales y colectivos no debe ser nunca vista como una intromisión en el funcionamiento de órganos y servicios públicos, sino como una aportación para afrontar "con otra mirada" los retos de la gestión pública.
Ante una abarrotada iglesia, aludió a los tiempos de cambio en las instituciones y "a la espera" de que el Justicia Ángel Dolado, que renunció el pasado verano, tenga finalmente sustituto tras medio año de espera. Su lugarteniente solo tuvo palabras de reconocimiento a su trabajo, dado que ha abierto nuevas vías de trabajo en materias tan sensibles como la situación de los mayores o la defensa de los derechos de los menores.
Hernández también hizo repaso a la labor en el último año, con especial mención a la creación de la cátedra de Derecho Civil y Foral de la mano del Ejecutivo autonómico, de las Cortes de Aragón y de la propia Universidad de Zaragoza. En este punto, dio cuenta de la entrega este miércoles a la DGA de la propuesta de reforma del código de Derecho Foral que ha preparado la Comisión Aragonesa de Derecho Civil. "Es de esperar que el extenso y complicado trabajo tenga un feliz y rápido camino en nuestras Cortes para contar con una nueva regulación que afecta singularmente a personas que requieren los apoyos de su entorno y de toda la sociedad", aseveró.
Reconocimiento
Antes de imponer la medalla a la escritora Irene Vallejo, el lugarteniente quiso agradecerle su contribución a ensalzar la cultura aragonesa a nivel nacional e internacional y le ha pedido que siga siendo la "embajadora de Aragón".
La autora, premio nacional de ensayo en 2020 por ‘El infinito en un junco’, recurrió a los clásicos y defendió ante las autoridades que "solos valemos poco" y que la verdadera ventaja competitiva de los humanos es "el talento para colaborar". "Aunque a veces nos empeñemos en reñir, nos sabemos unir. Para eso es tan esencial la justicia. Y el Justicia. Porque las sociedades se fortalecen cuando deciden no dejar a nadie en la cuneta. Cuando nos esforzamos para que ninguna persona sea atropellada por los poderosos. De nuestra debilidad nace nuestra mayor fuerza", subrayó.
Sus palabras recibieron el aplauso de los asistentes, entre ellos el delegado del Gobierno en Aragón, Fernando Beltrán; el vicepresidente aragonés, Alejandro Nolasco; el consejero de Sanidad, José Luis Bancalero, y el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Aragón, Manuel Bellido.
