El Gobierno de PP y Vox en Aragón presenta 143 enmiendas a sus cuentas
El PSOE considera que el "inédito" número de propuestas evidencia que es un "presupuesto chapucero"
Los dos socios del Gobierno de Aragón, PP y Vox, han presentado 143 enmiendas a sus propios presupuestos para subsanar, fundamentalmente, deficiencias y errores detectados, un número que no se recuerda tan elevado en las Cortes de Aragón por parte de los grupos políticos que sustentan a un Ejecutivo. De hecho, casi triplica las 55 que aprobó el cuatripartito en las cuentas vigentes y duplica con creces las que PSOE, Podemos, CHA y PAR sacaron adelante en el ejercicio de con más enmiendas propias de su mandato, el de 2022, con 65.
Sus propuestas, junto a las 1.743 registradas por el resto de grupos, pretenden modificar el destino de más 800 millones en el proyecto de presupuestos que se prevé aprobar por el pleno convocado para el próximo día 22. En su caso, PP y Vox pretenden mover poco más de 18 millones con 98 enmiendas de gasto y otras 35 van dirigidas al articulado. Este elevada cifra llevó ayer a la portavoz socialista, Mayte Pérez, a hablar de un número «inédito» que, a su juicio, confirma que se trata de un presupuesto «chapucero» que genera la propia «desconfianza» de los grupos que lo apoyan. Así, apuntó que si se suman las enmiendas del «medio socio» del PAR, integrado con altos cargos en el segundo nivel del Gobierno, son más de 200.
El PP rechazó las críticas y sostuvo que en 2022 «las enmiendas de los socios del cuatripartito sumaban el 6,8% del total, mientras que ahora suponen el 7,2%». «Son enmiendas técnicas de un presupuesto presentado en tiempo y forma con el mayor incremento social», indicaron fuentes del PP.
Al margen del debate de las enmiendas, el PSOE fue muy crítico con el resultado de las cuentas autonómicas. «No hay por dónde cogerlas», afirmó Pérez, que habló de «galimatías» que evidencia «la falta del proyecto del Ejecutivo PP-Vox. «Parece un presupuesto hecho por el Rincón del Vago, repleto de corta y pega», lamentó.
Criticó «el aumento del 15% de los cargos públicos» y que se dote de fondos a la nueva Romareda mientras «no se habilitan ayudas directas a los agricultores» o se incrementa la dotación para los municipios en la misma cuantía que las capitales de provincia. A su juicio, «es un presupuesto clasista y urbanita, que es lo que representa el perfil político del presidente». Por eso defendió sus 495 enmiendas, que mueven 173 millones de euros.
María Navarro, del PP, respondió a los socialistas, a los que reprochó el tono utilizado. «Han salido insultado al presidente del Gobierno, llamándole clasista y urbanita», criticó. Defendió el incremento del presupuesto para las políticas sociales y la rebaja fiscal y subrayó su disposición a negociar las propuestas registradas por el resto de grupos.
Del debate de las enmiendas se encargará la ponencia constituida ayer en la Cámara, aunque la tradición es rechazar el grueso de las presentadas por la oposición. La excepción se vivió en la primera legislatura de Javier Lambán, cuando conformó un gobierno en minoría con Chunta y dependía de Podemos. En sus primeras cuentas, las de 2016, llegó a admitir el 67% de las firmas por la formación violeta y, al final, salieron 370 de las 1.245 enmiendas de todos los grupos. Y un año después, Lambán batió su récord con 81 registradas por los dos socios.
