Un tercio de los mayores hospitalizados en Aragón sufre confusión y desorientación: "Es complicado de resolver y de revertir"

Un equipo de Enfermería de la planta de Medicina Interna del Clínico trata de prevenir el delirium agudo en el anciano.

Parte del equipo de Enfermería de Medicina Interna del Clínico, de izquierda a derecha: Miriam Navas, Clara Navarro, Patricia Álvarez, Pablo Jorge, Maribel Serrano y Claudia Palazón.
Parte del equipo de Enfermería de Medicina Interna del Clínico, de izquierda a derecha: Miriam Navas, Clara Navarro, Patricia Álvarez, Pablo Jorge, Maribel Serrano y Claudia Palazón.
Guillermo Mestre

El ingreso hospitalario de una persona mayor está caracterizado por un deterioro agudo de la salud dentro de un contexto de aumento de la fragilidad y en un entorno desconocido puede generar una situación de desorientación y confusión. El delirium agudo es un fenómeno neurológico que afecta a un tercio de la población mayor hospitalizada, y se agrava en las personas más frágiles o que padecen un deterioro cognitivo y funcional asociado a la edad, que les lleva incluso a sufrir alucinaciones. Para tratar de prevenir este síndrome, un equipo de Enfermería de la unidad de Medicina Interna B del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa trabaja en un proyecto para prevenir este problema, ofreciendo asesoramiento tanto al paciente como a familiares y cuidadores.

Esta es una de las experiencias que se presentaron en las XXI Jornadas de Trabajo sobre Calidad en Salud, celebradas en junio en Alcañiz. Su autor principal, el enfermero Pablo Jorge Samitier, explica que el delirium agudo en el anciano es un cambio agudo y temporal de la función cerebral, frecuente en pacientes mayores hospitalizados. Implica una disminución de la atención y la orientación y suele generar inquietud y agitación. Cuanta más edad tenga y mayor sea su dependencia, mayor será el riesgo de sufrir este problema, sobre todo cuando hay un cambio del entorno habitual. Quien padece este síndrome es posible que no reconozca a familiares ni el lugar en el que está o tenga mayor agitación por la noche, llegando incluso a arrancarse los goteros o a querer salir de la cama.

"Es complicado de resolver y de revertir", explica Pablo Jorge: "Es un problema que agrava la progresión adecuada de los pacientes durante su estancia clínica, y que impacta en todo el sistema sanitario", dice. Además, resulta muy estresante para sus allegados: "Los familiares lo viven como algo ajeno a la persona que cuidan, porque normalmente no se suele comportar así, salvo en caso de un deterioro cognitivo avanzado". Se dan casos de gente tranquila que se vuelve agresiva, o viceversa. Lo que aumenta a su vez las complicaciones.

"Teníamos la evidencia científica –explica– de que entre el 30% y el 40% de los casos se pueden llegar a prevenir con cuidados de Enfermería, ofreciendo pautas sobre el sitio en el que está, el horario, manteniendo al paciente activo a lo largo del día...". Cómo prevenir este grave problema centró la tesis doctoral del enfermero Pablo Jorge, que trabaja en Medicina Interna desde 2012 y da clase en Enfermería Geriátrica.

El proyecto en el que trabajan está principalmente dirigido a personal de Enfermería, "con la complicidad directa de familiares y cuidadores". A su llegada a planta reciben una serie de pautas para que el enfermo no llegue a sufrir el delirium. Todas estas acciones están recogidas en un folleto informativo validado por la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología. Durante las primeras 48 horas deben acompañar a su familiar, especialmente por la noche, cuando más se produce el delirium. Siempre que sea posible hay que intentar que camine, se siente en la silla, de manera que esté activo durante el día, promoviendo la conversación, lectura, juegos de mesa... Si lleva gafas o audífonos, debe usarlos también durante la hospitalización. Se recomienda traer objetos personales, como fotos, para conseguir un entorno más agradable y conocido; y asegurar la ingesta de líquidos y comida que le indiquen.

Evaluación inicial

El equipo que participa en el proyecto explica que, al ingreso, se evalúa el riesgo de los pacientes a sufrir delirium. Es más alto conforme aumenta la edad. Si cumplen con el criterio, se les ofrece el folleto con los consejos a seguir. Y si aceptan participar en el estudio se instala en las habitaciones un reloj digital, para que sepan en todo momento la hora y el día de la semana.

Parte del proyecto de mejora es realizar un estudio de investigación en el que se comparan dos métodos de intervención. Por una parte, valorar el efecto de seguir las mínimas indicaciones sobre cómo actuar ante un caso de delirium y cómo prevenirlo. Y, por otra, ofrecer un plan de cuidados de Enfermería más individualizado. La idea sería extender este proyecto piloto a otros servicios del centro.

En las cuatro unidades de Medicina Interna del Clínico atienden a unas 4.500 personas al año, con una media de edad que supera los 80 años. La estancia media de hospitalización es de 9 a 11 días, aunque hay pacientes cuyo ingreso puede superar las tres o cuatro semanas.

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