Los turiasonenses cumplen hoy 49 días sin poder beber agua del grifo ni utilizarla para lavarse los dientes por culpa del protozoo ‘Crypstosporidium’ que se coló en el suministro del municipio sin que todavía se sepa cómo. El Gobierno aragonés ha gastado ya 471.891 euros en eliminar este parásito, hacer analíticas continuamente y suministrar alrededor de 490.000 litros de agua a los turiasonenses y a los vecinos de las otras tres localidades afectadas: Novallas, Torrellas y Los Fayos. A lo largo de la próxima semana se espera empezar a recuperar la normalidad después de que el cauce y los sistemas hídricos de estas poblaciones estén ya libres de ooquistes de este microorganismo.

El Ayuntamiento turiasonense aún no ha calculado el pellizco que le va a costar este episodio. Hasta ahora ha comprado 150.000 litros de agua, el lunes se recibirán 15.000, para repartir entre los vecinos antes de que el Ejecutivo autonómico instalara depósitos. En la actualidad, explicó la concejal de Servicios Sociales, Lourdes Sánchez, las garrafas se siguen facilitando a residentes del barrio El Cinto y al colegio Sagrada Familia, dos lugares en los que no se han podido colocar tanques. Además, el Consistorio también ha llevado a cabo sus propios análisis del agua y ha limpiado la potabilizadora y las tuberías.

La partida más elevada, de 369.000 euros, se destinará a la compra e instalación de tecnología de luz ultravioleta en las potabilizadores de los cuatro municipios. Otros 35.342 euros se han gastado en el tratamiento biocida y 22.293 en las analíticas para detectar la presencia del protozoo. Otros 45.000 euros han servido para adquirir los 20 depósitos que surten de agua potable a más de 11.000 personas en las cuatro poblaciones, costear los 490.000 litros que se han suministrado y su transporte.

Las incógnitas que persisten

Con siete semanas de restricciones en el consumo de agua y 520 afectados por gastroenteritis registrados, el número real puede ser sensiblemente superior ya que ante unos síntomas leves muchos no iban al médico, el caso de Tarazona se ha convertido en el más grave de los documentados en Europa en los últimos años. El brote de esta enfermedad lleva un mes controlado.

Para el catedrático de Sanidad Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza que lleva tres décadas analizando este tipo de parásitos, Joaquín Quílez, se trata de un caso "digno de estudio" y de una publicación científica. Por él se han interesado investigadores del centro de referencia sobre estos microorganismos de Reino Unido y también un científico chino.

El foco de la contaminación sigue siendo una incógnita. Para acotar el origen una de las claves a determinar es si se trata de un ‘Cryptosporidium hominis’ o un ‘Cryptosporidium parvum’. El primero se transmite a través del hombre, y podría provenir de la depuradora de un municipio, y el segundo, de los animales. Desde el Departamento de Sanidad de la DGA aseguran que se han encontrado ambos. Por ello, en este genotipado siguen trabajando tanto el Departamento de Parasitología de la Facultad de Medicina como el Centro Nacional de Microbiología.

De cara al futuro, Quílez aboga por establecer un "sistema de vigilancia" tanto del ‘Cryptosporidium’ como del ‘Giardia’, los dos protozoos infecciosos capaces de causar enfermedades gastrointestinales, a través de un centro de referencia en España. Su existencia permitiría también agilizar los análisis y la toma de decisiones para resolver los problemas.