La mejor defensa es un buen ataque. Y pocas fórmulas resultan más eficaces para eclipsar los incómodos debates "del miedo" que anuncios de futuras rebajas fiscales. Es lo que ha ocurrido este viernes en las Cortes en la primera sesión de control al presidente de Aragón, Jorge Azcón, que acaba de anunciar que el presupuesto autonómico de 2024 eximirá del pago del Impuesto de Sucesiones al grupo I, el que corresponde a los menores de 21 años. "Nadie que pierde a sus padres con menos de 21 años se merece la injusticia de tener que pagar", ha recalcado. Porque su objetivo en el Gobierno es "hablar del futuro". Y no del pasado, como pretendía la portavoz socialista, Mayte Pérez, al preguntar si tiene la intención de cesar a Esmeralda Pastor y Jorge Valero, directores generales de Justicia y Caza, respectivamente, acusados de hacer "apología del franquismo". Del presente, de este mismo jueves, Pérez le ha afeado el comportamiento de la presidenta de las Cortes, Marta Fernández, segunda autoridad de Aragón, en el polémico recibimiento en La Aljafería el que no se saludó con la ministra de Igualdad, Irene Montero. "Ella también borró los tuits. ¿Eso ha hecho que haya cambiado su sectarismo? El desplante a una ministra de España es intolerable", le ha reprochado, mientras Fernández sonreía desde la presidencia de la Mesa. Nada ha dicho el líder popular al respecto.

Azcón ha reprochado al PSOE que "se rasgue las vestiduras por unos tuits" mientras a él mismo, el presidente de Aragón, le han llamado "nazi" en las Cortes y ellos no lo han censurado. Fue el diputado podemista Andoni Corrales el que lo hizo. Lo que busca el PSOE, en su opinión, es "un argumento político para buscar el miedo"; una explicación similar a la que dio a José Luis Soro, de CHA, que le ha reprochado su cambio de opinión sobre la ley trans que su partido votó a favor y ahora quiere reformar, por su pacto de gobierno con Vox.

De los directores generales Esmeralda Pastor y Jorge Valero considera Azcón que ya está todo dicho. Se ha remitido a lo que manifestó cuando trascendieron, a inicios de septiembre, los polémicos tuits. Dijo entonces que eran unas declaraciones “desafortunadas” pero que se habían formulado cuando eran ciudadanos “anónimos”, las habían borrado de las redes y no lo iban a volver a repetir. “Vamos a juzgar a la gente por las decisiones que va a tomar. Si son acertadas, continuarán; si no, serán cesados”, indicó en una entrevista en ‘La Rebotica’ de Radio Zaragoza unos días después de que la oposición denunciara las declaraciones en redes, y las tildara de “apología del franquismo”. Pelillos a la mar. Borrón y cuenta nueva. Como proponía en el pleno este jueves Alberto Izquierdo, del PAR, conviene seguir el dictado de la Biblia: “Por sus frutos los conoceréis” (Mateo 7:16), dando por buena la justificación del bipartito PP-Vox.

Consideraba entonces Azcón que las críticas a los directores generales “entraban en el juego partidista” y que posar con la bandera preconstitucional y loar a José Millán-Astray, fundador de la Legión, tenía que ver con la “bisoñez”. Si tuvo que ver o no el contexto nacional en la primera crisis PP-Vox en Aragón, solo lo saben los líderes regionales las formaciones que gobiernan la Comunidad en coalición.

Mayte Pérez ha acusado a Azcón de "hurtar" tres veces el debate sobre los ceses y ha afeado la "doble moral de la derecha".  Ha recordado cómo el cuatripartito que presidió Lamban cesó de forma fulminante a Bruno Pérez por flirtear con el independentismo, mientras a él "Santiago Abascal le marca el camino de forma sistemática". Azcón le ha recomendado que "borre el nombre de Javier Lambán" porque van de sanchistas y ha vaticinado que al barón socialista le brindarán en su grupo en el Senado un "trato acorde con la trayectoria política que ha tenido".