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La única víctima hospitalizada de la gran tormenta de Zaragoza: "Durante días todo me sabía a barro, hasta el agua embotellada"

Casi dos meses después de la riada que colapsó el Tercer Cinturón, la única herida grave por la tormenta continúa su recuperación en el Hospital San Juan de Dios.

Yolanda Fernández, única víctima ingresada tras la gran tormenta de Zaragoza, continua su recuperación en el Hospital San Juan de Dios.
Yolanda Fernández, única herida grave tras la gran tormenta de Zaragoza, continúa su recuperación en el Hospital San Juan de Dios.
Toni Galan

A punto de cumplirse dos meses de la gran tormenta que inundó algunos puntos de la ciudad y que convirtió el Tercer Cinturón de Zaragoza en un río fuera de control, la única víctima que fue ingresada con pronóstico grave continua recuperándose de sus heridas en el Hospital San Juan de Dios de la capital aragonesa.

La zaragozana Yolanda Fernández, de 50 años y dependienta del estanco de Montecanal no olvidará nunca el pasado 6 de julio de 2023 cuando fue sorprendida por la riada que les pilló a su marido y a ella en el coche de camino a Puerto Venecia. “Recuerdo todo lo que pasó a la perfección, con todo detalle. Desde que me arrastró el agua hasta que un agente de la Policía Local me rescató”, desvela la afectada.

La pesadilla comenzó en el trayecto en coche al centro comercial Puerto Venecia hacia donde se dirigía Yolanda y su marido "para devolver unas deportivas de mi hijo”, explica. Estaba lloviendo, pero nada hacía presagiar lo que iba a pasar minutos después. Sin embargo, ya en el Tercer Cinturón, a la altura del desvío del Cuarto “tuvimos que detener el coche porque estaba subiendo muy rápidamente el nivel del agua en la calzada”, afirma Fernández.

15 minutos de horror

“Decidimos subirnos con el vehículo a la acera pero el coche no arrancaba y nos quedamos en la vía. En cuestión de minutos comenzó a bajar con fuerza mucha agua de color marrón que nos estaba entrando en el interior. Había tanto oleaje que incluso nos llegaba a cubrir por completo la luna del vehículo, así que decidimos salir, al igual que lo hacían los conductores de los coches cercanos”, relata la mujer.

Hay personas atrapadas en sus vehículos en Parque Venecia y buceadores de los Bomberos trabajan en ayudar en las tareas.

“Nada más salir, la fuerza del agua me quitó las sandalias, me arrastró hacia dos vehículos y quedé atrapada entre ambos. Mi marido pudo agarrarse a un seto y vio cómo se me llevaba el agua. Me perdió de vista en segundos”, asegura. “Los coches entre los que quedé atrapada se movían como barcos y me presionaban la pelvis. Sentí mucho dolor y no podía salir de allí”, recuerda Fernández. 

Al cabo de unos minutos, el agua movió los coches y la volvió a arrastrar. “Intenté agarrarme a un seto pero me quedé con las hojas en la mano”, añade. El agua la siguió arrastrando y, por suerte, “pude cogerme a un conducto de riego. Cuando intenté ponerme de pie me di cuenta de que no podía y pensé que me había quedado paralítica”, confiesa la víctima.

"Cuando intenté ponerme de pie, me di cuenta de que no podía y pensé que me había quedado paralítica"

“Me encontraba agarrada al conducto boca arriba, con la corriente a la altura de la boca. Las olas me cubrían por completo y tragué muchísima agua. En esos momentos pensaba que me iba a morir. No veía otra salida”, asevera. Cuando su cabeza no estaba bajo el agua, “veía a algunas personas a lo lejos que me gritaban, me decían que estuviera tranquila, que habían pedido ayuda y que iban a venir a rescatarme. Vi a una de ellas llevarse las manos a la cabeza y supe que algo pasaba. Me temí lo peor”, continúa Fernández.

Rescatada por la Policía Local

La fuerza del agua hizo que perdiera de nuevo su agarre y volvió a arrastrarla. “Me llevó hasta la vía de sentido contrario por donde el nivel del agua era menor y quedé sentada en el suelo con la corriente por la cintura sin poder moverme”, apunta. “A mi alrededor pasaban ramas, contenedores y todo tipo de elementos. Fue entonces cuando vi que llevaba una herida en el brazo derecho que sangraba profusamente. Me presioné el brazo a modo de torniquete para intentar parar la hemorragia mientras esperaba que llegase la ayuda”, prosigue la mujer.

"Vi que tenía una herida en el brazo que sangraba mucho y la presioné para detener la hemorragia"

Fue en esos momentos cuando “vi aparecer un todoterreno de la Policía Local. Un agente salió del coche, me cogió en brazos y me llevó al vehículo. Me pareció que había pasado una eternidad pero ocurrió todo en unos 15 minutos”, explica. Y lo primero que se le pasó a Yolanda por la cabeza cuando la metieron en el coche de policía fue: “Ya estoy salvada, estoy viva y voy a poder ver de nuevo a mis hijos”, recuerda, emocionada y con lágrimas en los ojos. “Lo han pasado muy mal”, se justifica.

Lo primero que pasó por su cabeza al ser rescatada: "Estoy viva y voy a poder ver de nuevo a mis hijos"

Ocho semanas ingresada

Fue trasladada al Hospital Miguel Servet e ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos por una hipotermia, una herida profunda en el brazo, la pelvis rota por tres sitios y el coxis dañado y fue operada de urgencia por una fuerte hemorragia interna. Estuvo 4 días en la UCI y 15 en planta, recuperándose de sus heridas físicas y emocionales. “Me atendió también una psicóloga porque no tenía ganas ni de coger el teléfono. El sabor del barro en la boca me duró un par de semanas. Todo me sabía a tierra mojada, hasta el agua embotellada”, reconoce Fernández.

"El sabor del barro en la boca me duró semanas. Todo me sabía a tierra mojada, hasta el agua embotellada"

El 28 de julio fue trasladada al Hospital San Juan de Dios para seguir su recuperación e iniciar la rehabilitación. “Voy en silla de ruedas y no puedo ni siquiera apoyar un pie en el suelo, pero espero, que con la rehabilitación, pueda volver a caminar pronto”, afirma, esperanzada. Otra recuperación, la psicológica y emocional, será más lenta. “Por ahora no puedo ver fotos ni vídeos de riadas. Ni de esta ni de ninguna. Da igual el lugar en el que se hayan producido. No puedo verlo”, niega con la cabeza, apesadumbrada. 

Yolanda Fernández, única víctima ingresada tras la gran tormenta de Zaragoza, continua su recuperación en el Hospital San Juan de Dios.
Yolanda Fernández, única víctima ingresada tras la gran tormenta de Zaragoza, continúa su recuperación en el Hospital San Juan de Dios.
Toni Galan

Sin embargo, se muestra optimista. “Tengo ya ganas de irme a casa y de proseguir mi recuperación desde allí con rehabilitación ambulatoria porque soy muy activa e inquieta y estar postrada en la silla me agota, pero he aprendido a tener paciencia”, concluye Fernández.

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