violencia machista

Víctima de violencia machista: “Cuando le condenaron a prisión pensé que vendría a por mí y se me llevaría por delante”

La Asociación Somos Más lleva a cabo el programa ‘Mentoras acompañantes’ con el que mujeres que han sido maltratadas en el pasado acompañan en su día a día a otras que lo sufren en la actualidad.

Concha Cases es una víctima de violencia machista que se está formando para ser 'Mentora Acompañante' y ayudar a otras mujeres maltratadas.
Concha Cases es una víctima de violencia machista que se está formando para ser 'Mentora Acompañante' y ayudar a otras mujeres maltratadas.
M.O.

Hacer algo tan sencillo como salir a comprar el pan puede representar, para una mujer maltratada, una auténtica situación de riesgo vital. Su maltratador puede aprovechar una de estas inocentes salidas para acecharla, acosarla o agredirla.

Para evitar estas situaciones, la Asociación Somos Más de mujeres víctimas de violencia de género lleva a cabo un programa que lleva por nombre ‘Mentoras Acompañantes’. Se trata de un servicio de apoyo durante las 24 horas del día dirigido a las mujeres que están sufriendo maltrato. “Lo llevamos haciendo desde que comenzó la asociación hace una década, pero gracias al Instituto Aragonés de la Mujer (IAM), en los últimos meses le hemos podido dar un mayor impulso”, dice Teresa Ballester, secretaria de Somos Más.

De hecho, después del verano van a abrir una nueva sede en Madrid para ampliar su actuación también en la capital española. “Ya tenemos a una persona allí preparada para acompañar a las mujeres que lo necesiten, porque nuestra asociación, aunque tiene su sede en Aragón, presta servicio en todo el territorio nacional y nos llaman mujeres de toda España”, señala Ballester. En el último año han atendido mediante este programa a alrededor de una treintena de mujeres de todo el país.

"Este programa ha atendido en el último año a unas 30 mujeres de toda España".

“Se ponen en contacto con nosotras para contarnos su situación pero también para que les acompañemos a la comisaría a poner una denuncia, al juzgado, a la puerta del punto de encuentro para dejar a los niños o, incluso, en asuntos más cotidianos como es ir a buscar a sus hijos al colegio, ir al médico, a comprar el pan o tomarse un café”, enumera Natalia Morlas, presidenta de la entidad.

Y es que, “estas mujeres tienen miedo a salir de casa, temen encontrarse con sus agresores en la puerta del colegio, en el médico o en la calle, y se sienten más seguras si una mentora de la asociación, que es una mujer que ha pasado por lo mismo que ellas y se ha formado para poder hacer frente a este tipo de situaciones, las acompaña para aportarles confianza y, si llega el caso, mediar e impedir que el agresor pueda acercarse a ellas”, explica Morlas.

Natalia Morlas y Teresa Ballester, presidenta y secretaria de Somos Más, junto a Concha Cases, víctima de violencia machista.
Natalia Morlas y Teresa Ballester, presidenta y secretaria de Somos Más, junto a Concha Cases, víctima de violencia machista.
M.O.

“Nosotras vemos el caso desde fuera y tenemos más perspectiva, controlamos mejor la situación que un familiar que pueda acompañarlas porque no tenemos esa vinculación emocional que puede tener un padre o un hermano, cuya reacción puede ser impredecible si se encuentra con el agresor”, continúa la presidenta.

Vivir con miedo constante en el cuerpo

Concha Cases es una de las mujeres que han solicitado la ayuda de este programa de acompañamiento. Esta zaragozana de 69 años sufrió violencia machista por parte de su expareja, ya fallecido, durante 38 años. “Sufrí durante años palizas, golpes, patadas, insultos, amenazas y humillaciones. En una ocasión incluso me llegó a intentar atropellar y he estado varias veces ingresada por los golpes”, recuerda Cases. “En algún momento decidí interponer denuncias pero siempre las acababa quitando por mis hijos y porque me decía que no servía para nada, que no iba a poder salir adelante yo sola y yo me lo creía”, continúa esta víctima.

Finalmente decidió dejarle en 2011 pero “mi vida fue un infierno hasta que lo metieron en la cárcel en 2021. Me seguía cada vez que salía a la calle, si no era él, mandaba a algún amigo suyo”, asegura Cases. “Lo denuncié y desde 2015 tuve una orden de alejamiento que se saltaba continuamente para insultarme e intentar agredirme y que yo seguía denunciando sin que hubiese ninguna consecuencia”, continua.

Concha Cases es una víctima de violencia machista que se está formando para ser 'Mentora Acompañante' y ayudar a otras mujeres maltratadas.
Concha Cases es una víctima de violencia machista que se está formando para ser 'Mentora Acompañante' y ayudar a otras mujeres maltratadas.
M.O.

“En 2016 me puse en contacto con Somos Más y me acogí al programa de ‘Mentoras Acompañantes’”, prosigue Concha. Fue Teresa Ballester la persona que ejerció como su mentora y quien la acompañó cuando se celebraron la decena de juicios que ha tenido. “Tenía miedo de encontrarme con él en el pasillo del juzgado. De hecho, en una ocasión, Teresa tuvo que intervenir y ponerse en medio entre ambos porque venía directo hacia mí”, constata. 

“Cada vez que me llamaba por teléfono o me mandaba un Whatsapp amenazándome, yo llamaba a Tere. Ella me tranquilizaba, me acompañaba al abogado e íbamos de nuevo a la Policía”, recuerda esta víctima. “Estaba pendiente de mí cuando volvía a casa, ya fuese acompañándome hasta la puerta o por teléfono”, apunta Concha. “Para mí era un alivio saber que estaba ahí, me daba seguridad y paz”, añade.

La mentora de Concha la acompañaba hasta la puerta de casa o la llamaba para saber si había llegado bien.

Ahora es ella la que se está formando para convertirse en mentora de otras mujeres maltratadas. Sabe bien el temor constante con el que viven estas víctimas. “Llegas incluso a tener miedo de salir a comprar el pan”, insiste Cases, que también lo sufrió. 

El momento álgido fue en 2021 cuando condenaron a prisión a su maltratador. “Estuvo en busca y captura durante 20 días. Ese tiempo tuve mucho miedo porque pensaba que podía venir a por mí, que si tenía que entrar en la cárcel, ¿Qué mas le daba llevarme a mi por delante? Ya me lo había dicho en alguna ocasión, que de la cárcel se sale, pero del cementerio no. Esa era una de sus frases favoritas”, sentencia esta mujer.

"En alguna ocasión me había dicho: 'de la cárcel se sale, pero del cementerio no'. Era una de sus frases favoritas".

Tres mujeres asesinadas en 24 horas

Ante la semana negra que llevamos con 3 mujeres asesinadas por sus parejas en nuestro país en 24 horas, Somos Más hace una valoración no demasiado alentadora. “Vamos a una mujer asesinada por semana y nadie está haciendo nada para evitarlo. ¿Cuántas tenemos que morir para que se haga algo?”, se pregunta Natalia Morlas. “Queremos que cuando estos individuos asesinen a alguna mujer, se les aplique la prisión permanente revisable”, demanda.

"Queremos que a estos asesinos se les aplique la prisión permanente revisable".

“No creemos en su reinserción. ¿Qué derecho tienen a rehacer su vida si sus víctimas están enterradas en el cementerio?”, se pregunta Teresa Ballester. Además, “cuando salen de prisión les falta tiempo para pasearse por delante de la casa de la familia de la mujer a la que han asesinado, alardeando, dejándose ver, con el dolor que eso conlleva para la familia”, insiste.

“Hasta que las condenas no se endurezcan y sean ejemplarizantes para que los maltratadores se enteren de que en este país no se consiente esta situación no vamos a mejorar, porque el mensaje que reciben es que matarnos les sale barato”, señala Morlas. Y mientras, “las mujeres maltratadas seguimos vendidas, desnudas y desarmadas”, lamenta.

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