Una zaragozana, madre de acogida: "Huian es una niña muy extrovertida y le gustan las emociones fuertes"

La pequeña de ocho años llegó a la capital aragonesa como parte de la iniciativa ‘Vacaciones en Paz’.

Recibimiento de los niños saharauis en el IES Pirámide
Recibimiento de los niños saharauis en el IES Pirámide
Cadis Huesca

Huian ya está de vuelta en casa de Amelia. Llegó el viernes 7 de julio, junto con todos los demás niños saharauis que venían a Zaragoza gracias al proyecto ‘Vacaciones en Paz’, que sitúa a los pequeños con familias de acogida aragonesas para que pasen el verano lejos de los campamentos. Amelia conoció a la niña de 8 años el año pasado, cuando la acogió por primera vez.

La define como una niña "muy extrovertida a la que le gustan las emociones fuertes". Es la más pequeña de la casa y se ha convertido en el centro de atención. "Hemos ido adaptándonos a sus necesidades de niña de ocho años", cuenta.

Apenas llegó, se fueron unos días de viaje al Pirineo, donde realizaron paseos y visitas al parque. Que no faltaron cuando volvieron a Zaragoza para sus revisiones médicas, donde aprovecharon también para ir a la piscina los días de mucho calor. Según Amelia, la excursión favorita de Huian fue al parque de atracciones, que descubrió el año pasado.

Para la menor, Zaragoza es un lugar completamente diferente de su hogar. Necesitó tiempo para acostumbrarse a las características de la ciudad. Los coches o el agua corriente, que Amelia pensó que tardaría en comprender, resultaron ser viejos conocidos para ella. Pero otros elementos, como las escaleras mecánicas, fueron más difíciles de procesar. Las piscinas también requirieron una introducción progresiva, ya que Huian no sabía nadar. Aunque no tardó en acostumbrarse. "Al principio iba muy precavida al agua, pero luego se lanzaba como si nada", comentó la aragonesa. La curiosidad y valentía de la niña hicieron que no tardara en sentirse cómoda en su nuevo entorno: "Le gusta mucho probar cosas nuevas".

No obstante, hubo algunos comportamientos de la niña que generaron confusión los primeros días. "No puede dormir sola", explica su madre de acogida, "está acostumbrada de los campamentos a que todos duerman en la misma habitación y es difícil explicarle que aquí se duerme de forma individual". También está la barrera del idioma. Aunque su español ha mejorado bastante en estos dos años, sigue lejos de hablarlo con fluidez: "A veces tienes que reconducir la pregunta porque no te entiende".

Amelia aún no está segura de si volverá a acogerla el verano que viene, pero ya sabe que la va a echar de menos cuando se marche: "Convivimos todo el día con ella, le hemos cogido mucho cariño".

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión