La colaboración con el pueblo saharaui se extiende a la diversidad funcional

En el proyecto Talha, la Fundación Dfa apoya a un hospital en Tindouf aportando recursos y conocimientos.

Mohamed, Brahim y Beatriz Pérez juegan con una niña con diversidad funcional.
Mohamed, Brahim y Beatriz Álvarez juegan con una niña con diversidad funcional.
Francisco Jiménez

Brahim Salem y Mohamed Salem trabajan en el hospital mixto de Chehid Bol-la, en Tindouf, como fisioterapeuta y educador respectivamente de niños con alteraciones en el desarrollo. Pero ahora se encuentran en Zaragoza atendiendo a sus pacientes junto a profesionales de la Fundación Dfa. Es parte del proyecto Talha, que busca "integrar a todos estos peques con diversidad funcional de los campamentos", según explica Beatriz Álvarez. La iniciativa promueve, a su vez, el intercambio entre entre profesionales españoles y saharauis. Es una de las muchas acciones en las que trabaja la Asociación Juvenil del Colectivo Saharaui (Lefrig), en la que también colabora el Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS).

Los profesionales de la Dfa cuentan como, desde el primer viaje al hospital argelino en agosto de 2017, se han intentado paliar las necesidades en pediatría. Se enviaron voluntarios y estudiantes en prácticas para colaborar con el resto de la plantilla. Y se mejoraron las instalaciones del centro sanitario: se aunaron las estaciones del hospital y se las dotó de sala de fisio y psicomotricidad. Además, se ha agregado hace bastante poco una sala móvil para hacer terapia. A pesar de todos estos cambios, consideran que todavía quedaba mucho trabajo por hacer. "Faltan profesionales en muchos ámbitos", comenta Estíbaliz Espinar, fisioterapeuta de la Dfa.

Los implicados en el proyecto han variado con el tiempo. Originalmente solo eran cinco profesionales los que se comunicaban con el hospital de Tindouf, ahora hay diez personas fijas. Mohamed también llegó posteriormente, en 2019. Sin embargo, Brahim lleva dentro de la iniciativa desde el comienzo y ha visto su hospital cambiar poco a poco. La Fundación Dfa ya es para él una vieja conocida: "Estamos trabajando como una gran familia", asegura con una sonrisa. La Fundación Dfa les ofrece un apoyo constante, ya sea por persona o a través de teleasistencia. Aunque, tal y como informa Álvarez, "la idea es que sean autónomos".

"A través de Lefrig hemos conseguido lo que necesitábamos", cuenta Mohamed. Aseguran que no solo han notado la mejora de los niños, sino también en su propio conocimiento y experiencia. Ambos contaban con una larga formación especializada y Brahim llevaba ya mucho tiempo trabajando en ese hospital, pero la falta de recursos y el desconocimiento general de las características de la diversidad funcional dificultaban su labor. Otro problema era que muchas familias no cumplían con los tratamientos indicados, lo que les obliga a realizar seguimientos. "A nivel terapéutico te pones unos objetivos, pero luego ellos tienen otras prioridades", lamenta Espinar.

Brahim y Mohamed pasarán una temporada en Zaragoza, donde podrán conocer las instalaciones de la Fundación Dfa. "Me gustaría aprender más cosas con ellos", asegura Mohamed. Su estancia también les permitirá moverse entre países más fácilmente. Pese a que los niños saharauis cuentan con varios programas para dejar los campamentos, los adultos lo tienen más complicado. No es extraño que los menores viajen solos, algo que no es recomendable para aquellos que tienen diversidad funcional. "Necesitan ir con profesionales que los conozcan", apunta Espinar.

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