turismo 

El río Ebro gana transparencia a su paso por Zaragoza: 4.000 personas lo disfrutan en piragua cada temporada

La empresa Ebronautas lleva a alumnos de colegios y particulares, y colaboran en un estudio de la CHA sobre la batimetría o profundidad del río.   

Un grupo de Ebronautas navegan por el Ebro con piraguas el pasado mes de mayo.
Un grupo de Ebronautas navegan por el Ebro con piraguas el pasado mes de mayo.
Ebronautas

Los ciudadanos han perdido el miedo al río Ebro a su paso por Zaragoza y sus inmediaciones. Cada vez deciden bañarse más, después de bajarlo en piraguas para disfrutarlo como en los años 50, cuando se seguía el curso hasta las playas de La Almozara o en la arboleda de Macanaz, al lado del Centro Natación Helios, desde donde ahora salen para entrenar los piragüistas deportistas.

Alrededor de 4.000 aragoneses y turistas de Zaragoza suelen bajan en canoas o piraguas organizadas por la empresa ecoturismo fluvial Ebronautas en la temporada que va desde la primavera, por San Jorge, el 23 de abril, hasta las fiestas del Pilar, hacia el 12 de octubre, cuando el otoño lleva un mes largo e invita ya a retirarse del río.

El recorrido que hacen los usuarios del Ebro subidos en las barcas en la capital suele empezar en el puente de la Ronda Norte de la A-2, donde se nombra como las playas de Juslibol, y llegan hasta el puerto fluvial de Vadorrey.

Óscar Alamán, uno de los geólogos que gestiona Ebronautas, precisa que llevan 18 años con esta batalla de recuperar el río para los propios ciudadanos de Zaragoza y sus visitantes, con el fin de modificar una costumbre sobre el miedo que se tiene al Ebro por la suciedad del curso y volver a disfrutarlo ya que está limpio.

Ciudadanos que bajan en canoas y piraguas de Ebronautas por el río en Zaragoza, entre el puente de la Ronda Norte (de la A-2) y el puerto de Vadorrey, saltan y se bañan.
Ciudadanos que bajan en canoas y piraguas de Ebronautas por el río en Zaragoza, entre el puente de la Ronda Norte (de la A-2) y el puerto de Vadorrey, saltan y se bañan.
Ebronautas

Además del tramo urbano más seguido por los usuarios, Ebronautas suele ofrecer otros recorridos como los sotos y los galachos que unen Alcalá y Cabañas del Ebro, así como Remolinos-Alagón o en los escarpes del Ebro y el Castellar, que tiene valores ambientales, arqueólogicos y recreativos en la zona próxima al campo de maniobras de San Gregorio. De hecho, ofrecen a los piragüistas unir Cabañas y La Codera de Alagón, o hacer los tramos de La Codera de Alagón y Torres de Berrellén, Torres de Berrellén y Sobradiel, o Sobradiel con Monzalbarba.

La transparencia del cauce del Ebro ha permitido que se puedan ver las berrazas o plantas acuáticas (macrófitas o algas) después de superar la turbidez de otros días como consecuencia de las tormentas que se han producido estos meses veraniegos más de lo habitual, después de la sequía vivida en la última primavera.

“Este año ha destacado la claridad del agua por su limpieza y se puede ver hasta el suelo con tres metros de profundidad. La CHE lleva realizando un estudio de investigación sobre la turbidez desde 2018, pero en 2023 ha ganado la transparencia”, recalca. “Además, se ha detectado la almeja Corbicula fluminea o la mosca negra”.

El caudal del Ebro suele rondar los 30 metros cúbicos por segundo ahora en verano y esa cantidad va muy bien para recorrerlo con las piraguas”, señala el responsable de Ebronautas. “En la primavera se vivió la sequía y provocó problemas de acumulación de grupos para hacer bajadas. Cuando vivimos las tormentas en junio llegó el cauce hasta los 400 metros cúbicos". 

La empresa necesita el permiso de navegación que le da la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) para poder acompañar a los piragüistas, así como la titulación de los guías y los seguros de los clientes ante cualquier accidente y la responsabilidad civil.

Bajando el río con las piraguas de los Ebronautas.
Bajando el río con las piraguas de los Ebronautas.
Ebronautas 

Los abuelos navegan con los nietos  

A la hora de valorar los clientes que se suman a conocer el Ebro desde abajo, Óscar Alamán calcula que la mitad de los 4.000 suelen ser escolares de colegios que suelen acudir entre semana sobre todo en primavera, desde la fiesta de San Jorge hasta empezar el verano, y los demás son ciudadanos que se apunten de manera independiente.

“Lo que estamos viviendo es que sean intergeneracionales porque pueden venir abuelos de 80 años hasta niños de 5, que pueden ser sus nietos. La actividad lúdica se está afianzando como los que deciden bañarse en el Ebro”, agrega el responsable de Ebronautas. “Primero vinieron los más deportistas y hasta algunos acuden por incentivos de empresas, pero ahora se multiplican los clientes”.

El precio habitual de cada participante en la ruta del Ebro son 36 euros, aunque los jóvenes menores de 16 años pagan 25 y los estudiantes universitarios hasta que cumplen 25 años tienen un precio especial de 30 euros. Esperan a recibir el próximo mes de septiembre a un grupo de hidrogeólogos conocedores de la morfología del Ebro.

Estudio sobre la batimetría 

En esta temporada, la empresa Ebronautas colaborado con un estudio científico para la Universidad del País Vasco sobre la profundidad del Ebro o la batimetría, que puede llevar desde los 30 centímetros hasta los 16 metros de profundidad que pueden alcanzar el pozo de San Lázaro o la Caldera de Alagón. Aun así, Alamán precisa que las riadas suelen provocar cambios del cauce y se modifican.

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