historia  

Ana Bradshaw: "La Base de Zaragoza es mi hogar. Ahora hay menos antiyanquis"

La hija de un militar de Estados Unidos y una zaragozana visitan junto a 61 familiares la instalación militar que conocieron en los años 60, 70 u 80. 

Los 62 americanos que han visitado este lunes la Base Aérea de Zaragoza, junto al jefe de la Base, el general Santiago Ibarreta, y otros militares españoles
Los 62 americanos que han visitado este lunes la Base Aérea de Zaragoza, junto al jefe de la Base, el general Santiago Ibarreta, y otros militares españoles
E. T.

Un grupo de 62 militares y familiares estadounidenses que estuvieron en la Base Aérea de Zaragoza entre 1953 y 1992 han regresado este lunes a las instalaciones donde vivieron. Los recuerdos afloraron por lo que supuso para ellos su paso por la capital aragonesa, la mayoría entre los años 70 y los 80.

El encuentro ha sido posible gracias a la mediación de Christopher Mulkey, uno de los pocos estadounidenses que viven en Zaragoza y residió en la Base Aérea desde que su padre llegó en 1953. A las 9.30 fueron recibidos por el general Santiago Alfonso Ibarreta Ruiz, jefe de la Base, quien les mostró algunos vídeos históricos que guardaban sobre el paso de los americanos por las instalaciones aragonesas. 

La estancia de las tropas estadounidenses en España empezó tras haber arrinconado al Gobierno de Franco desde 1945 a 1953, por su apoyo a Hitler en la II Guerra Mundial. Los americanos utilizaron esta instalación hasta la Guerra del Golfo, en el verano de 1990, el último episodio grave que afrontaron con un gran despliegue de sus aviones y tropas hacia Iraq a través de Zaragoza.

Josefina Alavés (de rojo) y Rosa Mújica, mujeres de militares americanos de la Base de Zaragoza que residieron en las instalaciones militares.
Josefina Avilés (de rojo) y Rosa Mújica, mujeres de militares americanos de la Base de Zaragoza que residieron en las instalaciones militares.
Heraldo

Josefina Avilés, de origen puertoriqueño, ha vuelto al lugar histórico para ellos con su hija Noemi, quien se graduó en la High Scholl que había en las instalaciones militares y le ha traído “muy buenos recuerdos” de los tres años (1981-1984) que estuvieron destinados aquí. “Mi marido trabajaba para Personal, yo estaba con una comandante que llevaba recursos y además vivíamos dentro de la Base”, explica poco antes de volver a uno de los mismos chalets donde ellos residían hace casi 40 años y que se mantienen.

Mi hija Noemí (Amy, en inglés) se graduó aquí y he venido con ella. Sigue siendo muy lindo todo. Vivimos aquí en la casa o hemos pasado por la capilla, a la que también veníamos”, agrega. “Es muy grato el regreso a Zaragoza”.

La ruta de los americanos este lunes por las instalaciones empezó con las recepción del jefe de la Base, el general Ibarreta, y continuó con un recorrido por el economato, el edificio de correo, la capilla y la visita de uno de los chalets, donde ellos residieron. Pretenden reconstruir aquellos años que vivieron en Zaragoza. “Se han emocionado y se han visto algunos lloros con los recuerdos al ver la zona sur que conocían. Ha venido hasta la hija del jefe americano de la Base en los años 80 y han visto fotos suyas”, apunta el general, quien ha facilitado esta visita particular junto a los responsables del Ejército del Aire y Espacio.

El general Santiago Ibarreta, jefe de la Base, recibió a los visitantes americanos e izaron la bandera de Estados Unidos, al lado de la de España.
El general Santiago Ibarreta, jefe de la Base, recibió a los visitantes americanos e izaron la bandera de Estados Unidos, al lado de la de España.
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Del barrio de La Jota hasta Idaho 

Ana Bradshaw, de 57 años, es hija de una zaragozana, del barrio de La Jota, y de un americano que trabajaba en la Base en su oficio que era ayudar a los pilotos de los cazabombarderos para sobrevivir ante cualquier ataque. Aunque esta mujer y su marido residen en Idaho, en Estados Unidos, su regreso al lugar donde ella vivió con su familia desde 1973 a 1984, años en los que volvieron varias veces, le ha emocionado.

Conocí a mi marido aquí (un americano que residía en la Base), él se unió a la mili y primero nos fuimos a Florida, luego a Inglaterra, Alabama, Italia… hasta que se jubiló. Y todos los veranos venimos a Zaragoza para ver a mis padres y a mis amigos”, relata. De hecho, su padre, militar, falleció en la capital aragonesa y su madre (Alicia Esteban) vive en una residencia. El matrimonio entre sus padres les llevó a vivir 16 años fuera de la capital aragonesa, pero regresaron a Zaragoza para convivir ya como jubilados.

Me ha entristecido un poco porque ha cambiado mucho la Base. La zona donde había tiendas y aún queda un economato es de lo que más me acuerdo”, apunta Ana Bradshaw. “Vamos a ver el edificio de la escuela, que conocí porque estuve un año en Primaria (6º de EGB, entonces), y también estamos visitando la parte de Secundaria o High School, que ya no conocí”. Esta hija de americano de la Base siguió estudiando en el Colegio Inglés en Movera, entre 1977 y 1979, y de allí entró al instituto Pedro de Luna, que le correspondía.

Los 62 americanos visitaron instalaciones históricas de la Base de Zaragoza como el gimasio.
Los 62 americanos visitaron instalaciones históricas de la Base de Zaragoza como el gimasio.
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El padre de Ana Bradshaw se dedicaba a “explicar y educar a los pilotos lo que tenían que hacer cuando se estrellaban en la zona de guerra para sobrevivir” (es decir, el uso de las eyecciones, como la utilizada por el piloto del F-18 accidentado que pudo salvar la vida en la Base de Zaragoza el pasado 20 de mayo durante la exhibición). Luego ya lo ficharon los de la empresa civil Boeing. Era John Emerson y procedía del estado más pequeño de EE.UU, Rhode Island, situado al sur de Massachussets (cuya capital es Boston).

Las fotos históricas emocionan a los americanos 

Al entrar de nuevo a la Base, esta hija de aragonesa asume que “ha sido emocionante” aunque ella no mantenía relación y le ha dicho a su marido que “no sabía por qué le ha venido”. Tiene otra hermana, que se graduó en el High School. “Estoy delante de donde mi madre trabajaba de voluntaria en una tienda de segunda mano donde practicaba el inglés”, recalca Ana Bradshaw al revivir con una foto que le enseñará en la residencia. “Mi madre se casó con mi padre en 1960, se fueron a Estados Unidos un año después, estuvieron destinados en Japón y otros lugares, hasta que volvimos a Zaragoza en 1973” (al padre lo llevaron a Torrejón, pero el resto de la familia optó por estar con sus abuelos en la capital aragonesa).

El general Santiago Ibarreta, jefe de la Base de Zaragoza, recibe a los 62 americanos para visitar la instalación aérea.
El general Santiago Ibarreta, jefe de la Base de Zaragoza, recibe a los 62 americanos para visitar la instalación aérea.
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Zaragoza es mi hogar”, proclama Ana Bradshaw porque tiene aquí “familia y amigos”. También tiene muy claro que “el antiyanquismo existía más antes que ahora”. “Parece que con la Base (americana) cerrada las cosas se han calmado”, describe.

Tras recibir una avalancha de fotos históricas de los americanos en la capital aragonesa, en la cena celebrada el domingo en el Hotel Catalonia, y en la mañana del lunes en el teatro de la Base, donde solían poner películas de cine, estas proyecciones les ha servido a los visitantes para hacer un revisión de los lugares, las épocas y algunos personajes que les marcaron.

La visita ha sido un éxito. A muchos se les ha notado su emoción”, proclama. “Mi marido Ray ha llegado a ver hasta el chalé donde vivían y hemos podido hacer fotos a algunas de esas casas”. Lo curioso es que son historias paralelas de la pareja porque son hijos de una mujer zaragozana y otra madrileña que se casaron con militares americanos. A ambos les unió convivir en la Base de Zaragoza.

Mientras su marido trabajó 20 años en “la mili”, como dice Ana, y en una universidad, ella fue profesora de español y francés en la educación secundaria. Están jubilados.

Las visitantes americas Pili Nelson, Josefina Alavés y Rosa Mujica, de izquierda a derecha.
Las visitantes americas Pili Nelson, Josefina Avilés y Rosa Mújica, de izquierda a derecha.
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Madre de Calatayud y padre de Estados Unidos

Otra de las 62 visitantes, Pili Nelson, estudió los dos últimos años del High School en la Base de Zaragoza y luego trabajó cinco años en ingeniería civil para la empresa Boeing. “Mi madre era de Calatayud y se conocieron con mi padre (americano) en el pico del rádar (de la misma localidad) en los años 60. Se casaron, nos recorrimos medio mundo y, al final, se jubilaron también en Calatayud”, resume la historia que le trajo a esta instalación militar.

Pili Nelson regresó a España en 2001, después de estudiar en la Universidad de Berkeley, en California, y trabaja para una empresa americana, pero desde su casa en Aragón. “He venido con esta pandilla a la Base porque a algunas amigas, tres compañeras de clase y amigas, hace que no las veo desde 1984. Nos hemos visto con Amy Avilés, Rosa Mújica, Chis Mulky y Sindy Nemeth”, apunta la hija de bilbilitana y militar de EE.UU. “Ha sido un poco triste porque ya no es la Base que recordábamos, pero ha sido gratificante porque la gente (los visitantes) se ha alegrado mucho, ya que algunos no habían vuelto desde 1971, antes de Franco”.

A pesar de este recuerdo ambivalente, la visitante recalca que han sido recibidos por los militares españoles que les han acompañado y la jefatura que los ha recibido "con los brazos abiertos" y "han sido superamables" con ellos. "Pensaba que iba a ser más restrictivo y ha sido al revés, contentos de vernos y agradecemos mucho que nos hayan dejado ver todo", señala.

A ella y a la mayoría de los visitantes les ha marcado regresar al edificio de la High School. “Luego estudié Ciencias Políticas en la Universidad de Berkeley. Ahora me lo estoy pasando muy bien con lo que se ve en España y en Estados Unidos”, bromea, “porque parece que todo es irreal”. Es responsable de recursos humanos de una compañía multinacional y reconoce que no llegó a vivir dentro de la instalación militar con su familia sino que residían fuera.

Cuando revisan los bares a los que iban en los años de los 80, en la zona de Francisco de Vitoria, Pili Neslon recuerda algunos centros que ya no existen, como la discoteca Scratch, Pero al menos ha recuperado a sus amigas del High School y se han  emocionado al abrir de nuevo la puerta de la Base de Zaragoza para este día histórico para ellos. 

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