La caída de la natalidad es un hecho y esta realidad demográfica se ceba con el medio rural y las poblaciones más pequeñas. Ochenta y siete municipios aragoneses no han registrado nacimientos en la última década, de acuerdo con una comparativa entre 2012 y 2021, los últimos datos oficiales pormenorizados por localidades publicados por el Instituto Nacional de Estadística. De ellos, 45 se encuentran en la provincia de Zaragoza, 34 en la de Teruel y ocho en la de Huesca.

La cifra de 9.091 bebés que llegaron al mundo en Aragón el año pasado y los 9.463 que lo hicieron en 2021 están muy lejos de los 11.980 que se contabilizaron en 2012. Cada año de la serie histórica desde 2008 refleja un descenso progresivo, escalón a escalón, que parece no tener fin.

Pero siempre se abre una ventana a la esperanza. Durante los tres primeros meses de 2022 Aragón se ha convertido en la comunidad donde más han crecido los partos, un 8,04%, al pasar de los 2.163 que hubo entre enero y marzo de 2021 a los 2.337 de este año.

Resulta evidente que la falta de nacimientos es mucho más acusada en los núcleos más pequeños. De hecho, de los ochenta y siete municipios que no han incrementado su padrón con un bebé entre 2012 y 2021 solo cuentan con más de un centenar de residentes siete de ellos: seis zaragozanos y uno turolense.  En estos casi noventa pequeños núcleos, que suponen el 12% de los 731 municipios existentes en Aragón, residen 4.845 habitantes (2.616 en la provincia zaragozana, 1.596 en la turolense y 633 en la oscense). Congregan así el 0,36% de las 1.326.315 personas que habitan en la Comunidad

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Sin bebés, pero con escuela

Esta ausencia de recién nacidos no significa, claro está, que no residen allí menores, pues puede haberlos de más de 10 años, o incluso niños más pequeños, pero llegados de otras procedencias con sus familias.

Es el caso del pueblo zaragozano de El Frago. El último niño que nació tiene ya 55 años, pero este curso Educación ha tenido que reabrir la escuela rural para los siete pequeños de cuatro familias jóvenes que se han afincado. Todo un triunfo. "Hemos triplicado la población real desde 2019. Somos 139 vecinos censados, de los que 73 vivimos de forma continuada aquí, cuando en 2019 solo estábamos fijos 27", saca pecho el alcalde, José Ramón Reyes.

Una buena parte de este éxito recae en el Proyecto Arraigo, un programa que hace de puente entre los interesados en afincarse en el mundo rural y los municipios que quieren atraer nuevos moradores. Reyes espera que el número de escolares aumente con el asentamiento de dos familias más que esperan. "Tenemos convenios con empresas de la zona para que haya trabajo y se ha articulado un parque de viviendas de alquiler, algo fundamental", subraya.

Su homóloga de Aladrén (Zaragoza), Marta Blanco, tras casi seis décadas sin bautizos, declararía «fiesta patronal el día que nazca un niño» Tiene esperanzas, porque se ha asentado alguna pareja joven. Desde el Ayuntamiento están acondicionando "espacios sociales" que refuercen "los lazos y los sentimientos de pertenencia al pueblo". Han puesto en marcha una sala multiusos, un gimnasio, una ludoteca, una peña y la última sensación, un merendero.