aragón

En riesgo la capacidad productiva de los árboles y la calidad del fruto

UAGA alerta de que en la comarca de Calatayud muchas de las parcelas de cereza se encuentran en secano, por lo que la producción puede verse muy afectada.

Frutales en altura en la comarca Comunidad de Calatayud que se están secando por la sequía.
Frutales en altura en la comarca Comunidad de Calatayud que se están secando por la sequía.
UAGA

La preocupación por la falta de lluvias y la incertidumbre sobre cómo van a desarrollarse los cultivos si no llegan las precipitaciones comienzan a extenderse por el Bajo Cinca, Cinca Medio, Caspe, La Almunia y Calatayud, la principales zonas frutícola de la Comunidad.

Una inquietud que se ha acentuado después de ver cómo la Comunidad General de Regantes del Canal d’Urgell, en la vecina Lérida, que se ha visto obligado a cerrar el riego a 50.000 hectáreas de cultivo, dejando en el aire la viabilidad de las explotaciones.

"Las elevadas temperaturas y la ausencia de lluvias están provocando que el comportamiento de los frutales sea distinto a una situación con valores medios", alertó este viernes UAGA. Ambas factores son perjudiciales para la producción frutícola, añade la organización agraria, porque afectan a la capacidad productiva de los árboles -y por lo tanto la fruta tiene menos calibre- y a las propiedades gustativas del fruto (cantidad de azúcares), por lo que se reduce de forma considerable la calidad de la cosecha.

Por eso, advirtieron desde UAGA, si la sequía se prolonga, provocará un adelanto del período de letargo, necesario para su correcto desarrollo, provocando un agostamiento (debilitamiento) prematuro de la madera que produce la caída de hojas y frutas y que puede llegar a poner en peligro la supervivencia de los árboles, especialmente los más jóvenes y aquellos que no pueden tener riego de apoyo.

Los primeros efectos de la ausencia de agua ya son visibles en las explotaciones. Según la organización agraria, en la comarca de Calatayud muchas de las parcelas de cereza se encuentran en secano, por lo que la producción puede verse muy afectada. "Hay cerezos en altura que se están secando", destacó.

"Hay mucha preocupación en la comarca de Caspe", señaló UAGA, que recordó que las reservas de agua del Ebro son cada vez menores y están bajando. Una situación ante la que solicita que "se deje de turbinar los pantanos y que se guarde el agua para uso preferente de los regantes, no para la producción de electricidad", insistió la organización, que alertó de que si no se mantienen las reservas, "a partir de agosto la cosecha de fruta puede perderse". También hay dificultades en las comarcas oscenses, en las que los agricultores no saben si van a tener la dotación de agua adecuada para toda la campaña hasta finales de verano.

En la comarca de Valdejalón la producción se mantiene de momento. Pero esto es así, matizó UAGA, a costa del fuerte incremento en la tarifa de la electricidad por el bombeo de agua de pozo. Y no solo es el quebranto económico que supone la pérdida de cosecha lo que preocupa al sector. Inquieta también la situación de las personas que trabajan en la campaña de la fruta, unos empleos que están en peligro por la sequía.

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