Inundaciones y sequía a través del tiempo y de imágenes del Ebro

La crecida del río vivida en 2018 deja una instantánea muy distante de la que se puede ver en la actualidad debido a la escasez de agua.

A la izquierda, crecida del Ebro en abril de 2018 y a la derecha, la situación tras la sequía que se vive en abril de 2023
A la izquierda, crecida del Ebro en abril de 2018 y a la derecha, la situación por la sequía que se vive en abril de 2023
Oliver Duch

El agua se hace de rogar y las previsiones para el próximo verano tampoco son alentadoras. La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) prevé que la sequía obligará a tomar medidas “progresivas y más intensas”.

A 24 de abril de 2023, la reserva de agua embalsada en la Cuenca del Ebro era de 4.287 hectómetros cúbicos, el 54 por ciento de su capacidad total. Se trata de una cifra que no supera la reserva promedio de los últimos cinco años y que está por debajo de la cifra de 2022 y del mínimo, que se produjo en 2019.

Atrás en la memoria quedan las alertas por las crecidas y las inundaciones sufridas en zonas próximas al río Ebro o sus afluentes en este mismo mes. Corría el 11 de abril de 2018 cuando se anunciaba que el río que cruza Zaragoza había triplicado su caudal en solo cinco días. El Centro de Natación Helios tuvo que activar su protocolo de actuación ante inundaciones y el paseo de la ribera quedó impracticable a su paso por este centro.

Por aquel entonces la preocupación estaba en que no se pudiera almacenar todo el agua que movían los ríos. Sin embargo, fuentes de la CHE recalcaron que seguía habiendo embalses con volumen de llenado.

Esta crecida causó daños por valor de 25 millones de euros en desperfectos en infraestructuras o pérdida de cosechas. En una semana se inundaron 19.000 hectáreas, 14.000 de ellas de cultivos, según publicaron desde la consejería de Desarrollo Rural y Sostenibilidad del Gobierno de Aragón.

La imagen de este miércoles, 26 de abril de 2023, es muy diferente. Se cambia el marrón de las aguas revueltas por el verde de lo hace unos meses era el fondo del río.

Ante esta escasez de agua, el Ayuntamiento de Zaragoza ha anunciado este miércoles la elaboración de un plan de contingencia para hacer frente a la escasez de lluvia que contempla cuatro escenarios, con medidas de aplicación progresiva en función de severidad de la situación. Paralelamente, iniciará una campaña de sensibilización para instar a los ciudadanos a reducir el consumo de agua.

También en la provincia de Huesca han hecho caso al llamamiento de la CHE a los municipios para la adopción temprana de medidas, desde campañas de concienciación al ahorro de agua en los abastecimientos municipales hasta incluso restricciones para asegurar el suministro en un año difícil.

El Ayuntamiento de Huesca, uno de los pocos en Aragón que decretó medidas en el verano del 2022, está estudiando reactivarlas, a la vista de la efectividad de los resultados. En dos meses logró un ahorro del 7%, con restricciones en los usos municipales, en la limpieza viaria y el riego de zonas verdes, sin afectar a los grifos de los hogares.

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