día del padre

Diversidad de familias en Aragón: del padre con más de 60 años al hijo acogido por su tío

El dramaturgo y actor Paco Ortega; el presidente de la Asociación Somos LGTB+, Juan Diego Ramos; el presidente de la Asociación de Padres de Familia Separados Aragón, David Bescós; y la pareja Víctor Solano y Ángel Gasch cuentan sus experiencias.

Arriba, a la izquierda, Paco Ortega con su hijo Lorenzo. A la derecha, Víctor Solano y Ángel Gasch con su hijo. Abajo, la izquierda Juan Diego Ramos con su sobrino y su madre. Y la derecha, David Bescós con su hijo.
Arriba, a la izquierda, Paco Ortega con el pequeño Lorenzo. A la derecha, Víctor Solano y Ángel Gasch con su niño. Abajo, la izquierda, Juan Diego Ramos con su sobrino y su madre. Y la derecha, David Bescós con su hijo.
H. A.

El sociólogo Juan David Gómez recuerda la portada de un libro de los años noventa, 'El derecho a la ternura', en la que aparecía la imagen de un alto ejecutivo, con cara muy seria, con un osito de peluche entre sus brazos. O cuando surgió, muy de la mano del marketing y el consumismo, el término metrosexual. "Ya eran una señal de cambio. Han emergido nuevas masculinidades y caben otras formas de configurarse como padres. Aparecen nuevas formas de paternidad que liberan expresiones reprimidas como las del afecto, el cuidado, la ternura, el llanto, etcétera. Estos cambios han venido de la mano sobre todo de los movimientos feministas, pero también de la secularización, donde la primacía de la moral religiosa pasa a un segundo plano. Ya es racionalidad y afectividad", explica el también profesor titular de Trabajo Social en la Universidad de Zaragoza.

Este domingo se celebra el Día del Padre, una figura donde cabe un amplio abanico de modelos de ejercer la paternidad. Según explica Gómez, la familia nuclear o biparental es ya minoritaria en España. "Ahora predominan las familias monoparentales y las que se denominan reconstituidas o recompuestas (en la que uno o ambos miembros de la pareja tienen hijos de una relación anterior)", ahonda este sociólogo, que avisa de que a los hombres aún les queda mucho camino para que se liberen. "Lo que me preocupa es que no hay una política en ese sentido. Las mujeres han conquistado más cosas".

Estos son cuatro modelos de padres en la Comunidad aragonesa, muy orgullosos de serlo y con mucho que celebrar:

Paco Ortega, padre con más de 60: "Mi hijo Lorenzo no ha traído más que cosas buenas a esta casa"

Paco Ortega con su hijo Lorenzo, que va a cumplir 4 años, el viernes en su casa de Zaragoza.
Paco Ortega con su hijo Lorenzo, que va a cumplir 4 años, el viernes en su casa de Zaragoza.
Francisco Jiménez

El dramaturgo y actor aragonés Paco Ortega no entendió en su día algo que le dijo el artista italiano Leo Bassi tras una actuación en el Festival 'Sin Fronteras Zaragoza', que él dirigía. Es más, le pareció "una marcianada". "Me comentó que todos los hombres deberían estar obligados a ser padres a partir de los 60", recuerda.

No comprendió la moraleja que esas palabras encerraban hasta que, pasados los 66 años, tuvo a su segundo hijo, Lorenzo, que en abril cumplirá 4 años. "Justo 5 días antes de mi 70 cumpleaños. A los sesenta -si estás bien física, emocional e intelectualmente-, es una edad perfecta porque realmente ya sabes con claridad quién eres y puedes vivir todo lo que haces, incluyendo la paternidad, de una forma profunda y mucho más intensa que cuando eres una persona de 25-30 años", reflexiona. "He vivido el ser padre mucho más intensamente con mi segundo hijo que con el primero, Paco (que ahora tiene 25) -continúa- Y ambos vinieron al mundo muy deseados y queridos".

"A los 60 años es una edad perfecta porque ya sabes con claridad quién eres y puedes vivir todo lo que haces, incluyendo la paternidad, de una forma profunda y mucho más intensa que cuando tienes 25-30 años" 

Asimismo, admite que ser padre mayor supone "un plus" de esfuerzo, aunque en su caso no le falta energía. "Escribo, hago teatro por España, me muevo de aquí para allá...", apunta Paco Ortega, quien comparte la crianza de su hijo pequeño al 50% con su mujer. "No he notado ningún cambio especial en mi vida más que una alegría inmensa de tener a un loco bajito. Que además es listo y, como dice la canción de Serrat, cada día te da una alegría nueva y se parece más a ti. El niño no ha traído más que cosas buenas a esta casa", subraya.

En las dos ocasiones que ha sido padre, lo ha vivido con naturalidad. La misma con la que asume las cosas importantes de la vida: como son nacer y morir. "No le doy a la vida una especie de solemnidad especial. Y a la paternidad le doy la importancia que merece; no debe cambiar en la medida de lo posible tu propia trayectoria personal. Quiero decir que adquieres una responsabilidad extraordinaria de favorecerles, de procurarles la mejor educación posible, etcétera. Pero, al mismo tiempo, eso no significa tener que renunciar a tu propio camino. Como yo tampoco querría que mis hijos modificasen el suyo por nosotros", explica. Y, ante el inevitable paso del tiempo, añade: "Es indudable que no soy eterno y que, más temprano que tarde, ese niño va a quedarse sin padre. Pero se queda con una madre extraordinaria, con lo cual, me quedo contento".

Àngel y Víctor, padres adoptivos: "Ha sido un proceso ilusionante. Ya no concibes la vida sin él"

Víctor Solano y Ángel Gasch, con su hijo de 4 años, el viernes en un parque de Zaragoza.
Víctor Solano (izquierda) y Ángel Gasch, con su hijo de 4 años, el viernes en un parque de Zaragoza.
Guillermo Mestre

Para Ángel Gasch y Víctor Solano, el tiempo se ha ralentizado y han vuelto a redescubrir cosas cotidianas como puede ser observar el vuelo de un pájaro, fijarse en una flor... O disfrutar mucho haciendo un simple bizcocho. Ese cambio tiene un motivo de gran peso: la llegada a sus vidas de un niño curioso y cariñoso, que ahora tiene 4 años.

Ambos tenían claro que querían ser padres juntos y a los seis meses de casarse, en 2014, iniciaron el proceso de adopción en España. "Todo se rige por el interés del menor; de que hay un niño 'por ahí' que tiene derecho a tener una familia y alguien que le cuide. Y no va por orden de espera necesariamente. No vivimos el proceso como algo frustrante ni estresante", recuerda Víctor. "Nos veíamos con un máximo de dos niños/as", añade Ángel. Cuatro años después, en julio de 2019, se convirtieron en padres de un niño, que entonces tenía tan solo 9 meses. "Hemos tenido la suerte que llegó muy pequeño. Cuando creces con el niño, tu cuerpo está vinculado a él", reflexiona este último.

Desde entonces, están volcados en la crianza del menor. Y, como cualquier otra familia, la están viviendo con los habituales miedos de los inicios, aprendiendo mientras el niño crece y, sobre todo, disfrutándolo mucho. "El cambio es brutal, por mucho que te digan. Ya no eres tú. Hay una persona que depende absolutamente de ti, para lo bueno y malo; y la responsabilidad que eso supone. Pero, la sensación de tener a alguien a la que cuidar es muy bonita y gratificante. Y ya no concibes la vida de otra manera", subraya Víctor. Por su parte, Ángel también coincide en que ser  padre es "muy exigente", al tener un niño que requiere una atención constante. "Estamos entretenidos y también cansados, pero con gusto. Siempre nos quedó muy claro que aquí lo importante es el bienestar del niño. El proceso de adopción ha sido ilusionante", dice.

"El cambio es brutal, por mucho que te digan. Hay una persona que depende absolutamente de ti. Pero, la sensación de tener a alguien a la que cuidar es muy bonita y gratificante" 

Lo que también han decidido es que no contemplan una nueva adopción y sí el acogimiento familiar temporal, cuando su hijo sea más mayor. Hasta entonces, seguirán parándose camino del cole a mirar las plantas o una simple farola, convirtiendo un trayecto de pocos minutos en toda una 'aventura' de exploración. Eso sí, también lo llevan en bici. "Si no no llegamos al trabajo", observan con una sonrisa.

 Juan Diego Ramos, padre en acogida: "Lo que importa es el bienestar del menor, proporcionarle lo mejor"

Juan Diego Ramos, junto a su madre y su sobrino, del que ha sido padre en acogida durante 9 años.
Juan Diego Ramos, junto a su madre y su sobrino, del que ha sido padre en acogida durante 9 años.
Dune Solanot

Juan Diego Ramos, presidente de la Asociación Somos LGTB+, nunca se planteó ser padre. Fue una responsabilidad sobrevenida hace 9 años cuando se hizo cargo de su sobrino -que entonces tenía 14-. "Mi cuñada le había echado de casa y mi hermano, por circunstancias personales, no estaba. Fui a los juzgados de familia a poner una denuncia y me concedieron la autoridad familiar de mi sobrino", explica.

Recuerda las facilidades que tuvo entonces para hacer los trámites por parte de los juzgados; no así en temas administrativos. "Para poder solicitar la baja por maternidad, me las tuve que ver y desear. De hecho, he creado un precedente. Eso sí, poniendo un montón de quejas y yendo con abogado a las oficinas de la Seguridad Social", destaca Ramos, que también apunta que nunca recibió ningún tipo de subsidios. "Como fuimos directamente a los juzgados y no pasó por acogimiento de menores, la cadena se había roto", observa.

A nivel familiar fue un cambio "muy brusco", tener que pasar de tío a padre de acogida de un día para otro, y siempre ha contado con el respaldo de su madre. "Hicimos todo lo posible para ofrecerle lo mejor y que pudiera salir adelante. Era un chico que había recibido una educación católica, de colegio del Opus, y le costó un poco adaptarse a la nueva realidad. La verdad es que el chaval ha salido adelante y estamos muy contentos por el trabajo que hemos podido realizar en su educación", comenta satisfecho. Desde hace un año, su sobrino -ya mayor de edad- vive con su progenitor, pero Juan Diego sigue siendo una referencia para él. "De confianza y comprensión; y mi madre, también. Tiene referentes familiares por todas partes".

"Hicimos lo posible para que mi sobrino saliera adelante. No recibí ningún tipo de ayuda y me las tuve que ver y desear para que me concedieran la baja por maternidad"

Asimismo, Juan Diego Ramos subraya que ser padre de acogida le ha aportado un crecimiento personal "importante" y tener que madurar en muchos aspectos. Pero, ante todo, pone el foco en su sobrino. "Aquí lo que importa es el bienestar del menor. Nuestra responsabilidad como sociedad es educar y proporcionar lo mejor a esos menores para que puedan salir adelante", remarca. Y, como presidente de Somos LGTB+ que lucha por los derechos humanos de todas las personas, habla de las "dificultades" que tuvo por parte de las familias del propio colectivo. "Se ha heteronormalizado lo que son las relaciones familiares dentro del colectivo Lgtbi. Por el hecho de tener un hijo de acogida, aunque fuera tu sobrino, te miraban siempre con cara torcida. Me acuerdo que iba a encuentros de familia y he sido una especie de bicho raro", lamenta.

David Bescós, padre separado: "Es muy importante para un niño mantener las dos figuras de referencia"

David Bescós, con su hijo de 7 años, este viernes en un parque de Zaragoza.
David Bescós, con su hijo de 7 años, este viernes en un parque de Zaragoza.
Toni Galán

Esta semana le toca cuidar de su hijo y podrá celebrar con él el Día del Padre. David Bescós, presidente de la Asociación de Padres de Familia Separados (APFS) Aragón, comparte la custodia del pequeño -de 7 años- con su expareja, de la que se separó hace 4 años tras una relación de once.

Para Bescós, su hijo es lo más importante y cuando lo tiene puede dedicarse a él en exclusiva gracias a la flexibilidad de su trabajo (es psicólogo infantil). "Tengo la custodia compartida y en esa semana alterna disfruto de su compañía. Me siento afortunado porque puedo compatibilizar ambas cosas. Cuando no me corresponde pasar el tiempo con el niño y cuidarlo, me puedo volcar más en mi trabajo, que también me apasiona", afirma.

Reconoce que, en su momento, le costó obtenerla y subraya que gracias a la asociación que preside pudo avanzar en esa dirección. "En el momento en que tu expareja no está de acuerdo, tienes que pasar por el juzgado y siempre es un tiempo de mucha incertidumbre", explica. Como presidente de APFS Aragón resalta que la principal reivindicación que hacen es la custodia compartida preferente. "Se dio un paso atrás en 2019 porque ya la teníamos y se quitó lo de preferente. Esto incentiva las malas prácticas en los juzgados (en referencia a que madres o padres usen la vía penal para intentar interferir en la decisión de los jueces). Defendemos una visión de igualdad y corresponsabilidad en la crianza de los hijos y que la custodia compartida se establezca como la primera decisión", remarca.

"Desde APFS Aragón defendemos una visión de igualdad en la crianza de los hijos. Nuestra principal reivindicación es la custodia compartida preferente"

Según explica, su hijo lleva con "normalidad" la separación de sus padres, dentro de que "no es la situación ideal". "Es muy importante para un niño cuyos padres están separados poder seguir manteniendo las dos figuras de referencia en su día a día. El tener dos perspectivas diferentes del mundo, mantener el contacto con dos ámbitos sociales diferentes... Eso enriquece mucho el desarrollo de un niño. Y, sobre todo, en el largo plazo se va a ver reflejado", concluye.

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