¡Enhorabuena! No es fácil ser la décima mejor nota del mir (médico interno residente).Estoy muy feliz porque todo el trabajo realizado ha dado sus frutos. También por mi familia. Mi madre está muy orgullosa y que tu madre se sienta así es muy bonito. Mi padre falleció y seguramente estaría igual de orgulloso. Para estas pruebas es mucho más importante la parte de la preparación emocional que la académica. Y ahí he tenido a mi madre, mi tía Maricarmen y mis amigos.

¿Cómo se logra este resultado entre más de 12.500 aspirantes?Empecé en septiembre de 2021. Durante todo 6º de Medicina tenía clases todas las semanas y minisimulacros los sábados. Fue más o menos llevadero, pero en junio comencé en el intensivo. Se hace duro. Y lo peor es la monotonía. Estudiaba cinco horas por la mañana y por la tarde otras cinco o seis.

¿Hubo algún momento especialmente complicado?En verano. Nunca había tenido que estudiar en verano. Y en Zaragoza, a 40 grados, se hace todo más complicado. Luego también fue difícil a finales de noviembre. Por el contrario, enero fue más liviano porque ya solo tocaba repasar y demostrar lo que sabía.

Parece que sirvieron todos esos simulacros.En la academia, Mir Asturias, nos ponían media hora menos y 15 preguntas más, por lo que gané rapidez. El día del examen me sobraron 30 minutos y así pude repasar. Las 25 primeras preguntas son de imágenes y siempre empezaba por la siguiente. Hice de la 26 a la 200, luego las 25 primeras y después las diez de reserva. Eso sí, tenía una sensación diferente. Cada vez que pasaba una respuesta a la plantilla era una responsabilidad.

¿Cómo te enteraste de la nota?Al día siguiente del examen, las academias ya sacan sus respuestas provisionales y te estiman un número, pero esperé a que el Ministerio de Sanidad publicara las respuestas provisionales. Era el único de mis amigos que no sabía su nota. Y, cuando salieron, la página se colapsó. Lo metí en mi academia y me ponía el puesto 24. Por la noche lo puse en otra, que tiene más alumnos, y ya me salía un 12. Conforme fueron pasando los días pasé al 14 y, con las cuatro preguntas impugnadas, me quedé en el 11. Al final he sido el décimo.

¿Tienes elegida la especialidad?Siempre me han gustado las quirúrgicas. Además, mi prima y su marido son traumatólogos y desde el principio me han dejado entrar a quirófano y verlo de cerca. Podría ser feliz tanto en Neurocirugía como en Traumatología.

¿Te quedarás en Zaragoza?Me apetece cambiar un poco de aires. No me pude ir de Erasmus por la covid, entonces me apetece salir de Zaragoza. Con los amigos haremos viajes y preguntaremos en los hospitales de Madrid, Sevilla, Valencia... Santander también me gusta.

La elección será telemática.Sí, pero creo que deberían volver a lo presencial. Tengo amigos que están por encima del 300 y tienes que poner muchas opciones. Es un poco engorroso. El año pasado hubo muchos problemas informáticos, se colgaba la web y es una faena que te ocurra cuando ya llevas 100 metidos.

¿Qué harás hasta entonces?La semana que viene me voy a Canarias con los amigos. En estos momentos lo mejor son los planes improvisados. Estos meses son de disfrutar y de recuperar la vida de un chico de 24 años.

¿Por qué decidiste estudiar Medicina?No soy el típico que desde pequeño tiene una fuerte vocación. Empezó en 3º de la ESO cuando di Biología. Ahora sí que siento que es vocacional.

Y ahora faltan médicos.Es una realidad, pero no creo que falten graduados porque cada año salen unos 5.000. Lo que faltan son plazas mir y unas condiciones óptimas de trabajo. También habría que fomentar la especialidad de Medicina de Familia en la carrera para que la gente se interesara. La tienen un poco de lado.