Saura evoca a Aragón
Apenas habíamos llegado al Centro Buñuel Calanda el pasado viernes para hacer un reportaje sobre el tambor dedicado del director de cine (Luis Buñuel) y una calandina que trabaja allí enseguida recordó la visita histórica de Carlos Saura. Su memoria sirvió a Ana Trallero para evocarlo al mediodía, sin que se conociera su fallecimiento, y su primera llegada en 1967 junto a la actriz Geraldine Chaplin (una de sus cuatro parejas, como mencionó Antonio, uno de sus siete hijos, en los Premios Goya) al coincidir con el estreno de la película ‘Pepermint frappé’. «Vimos varias veces a Luis Buñuel, que era muy amable con nosotros. Trajo mucha gente conocida como Carlos Saura, Fernando Rey, Geraldine Chaplin y algunos toreros», agregó la trabajadora calandina, quien mencionó hasta un tambor dedicado por la actriz que conocía en alguna casa de un vecino de Calanda.
A primeras horas de la tarde del viernes nos sorprendió la muerte del cineasta, nacido en Huesca hace 91 años, y lo cierto es que nos quedamos muy tocados. Acumulaba su gran historia hasta el último día (con el estreno de su película ‘Las paredes hablan’, tras 50 estrenos) y su adiós fue la víspera de la celebración de los Premios Goya, donde lo iban a homenajear con el Goya de Honor.
El oscense Carlos Saura siempre ha evocado Aragón en todos los sentidos y Calanda formaba parte de su pasado, que compartió con su amigo Luis Buñuel. Por eso, una decena de tambores de Calanda acudieron ayer a despedirlo en la Academia de Cine, en Madrid, y abrieron la capilla ardiente. Eran parecidos a los que utilizó en la película ‘Pepermint frappé’. ¡Qué mejor despedida podía evocarlo!
