"De pequeña ya abría juguetes para entender cómo funcionaban"

Catalina Hapca, de 24 años, es estudiante de Ingeniería de Tecnologías Industriales y secretaria general del Consejo de Estudiantes de la Escuela de Arquitectura. Es decir, una de las 179 mujeres que cursan esta titulación en Zaragoza. Al principio, no tenía muy claro por qué carrera decantarse, pero su familia la animó a cursar una de la rama científica porque de pequeña le encantaba "abrir los juguetes para entender cómo funcionaban".

En su grado, un 26,7% son mujeres este curso. Considera que "la falta de información" es un motivo de la baja participación, y apuesta por que las personas que estudien estas carreras de la rama científica "enseñen a los alumnos de bachillerato lo que hacen". "Lo ideal sería que una ingeniera y un ingeniero comenten qué es lo que hacen y cuáles son las cosas positivas y negativas. Así se podrían romper estereotipos", comenta.

En su caso, no encontró ninguna barrera antes o después de elegir el grado que cursar, más allá de la dificultad del mismo. "No considero que sea una brecha de género como la que estamos acostumbrados a percibir o entender. Entendemos que es una especie de injusticia, pero todos tenemos la misma prueba de acceso y las mismas oportunidades", detalla. Además, según ha podido comprobar ella misma y ha comentado con profesores, "las mujeres suelen tener las notas más altas a pesar de tener una baja participación" en este tipo de carreras.

Asimismo, Hapca considera que desde pequeños "se debería de buscar muchas actividades en todos los ámbitos", para conocer qué es lo que se hace. "Nosotros nunca hemos tenido ninguna visita a empresas para saber a qué se dedican", se lamenta. Además, cree que hay que "tener mucho cuidado a la hora de fomentar" la participación en estas carreras. "Es importante fomentar el pensamiento crítico para poder decidir qué carrera quieres. Fomentar el que la gente se quite esos miedos y vaya a conseguir esos retos", relata esta estudiante.