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“En Ucrania hemos visto una guerra de desgaste social: van a militarizar a los chicos de 18 años”

Dos aragoneses han atravesado el país con la sorprendente misión de localizar a un ultrafondista ucraniano para convencerlo de que participe en la Maratón de Zaragoza. Lo consiguieron, pero en el camino vieron de todo.

Un grupo de militares traslada a un ucraniano herido en un bombardeo en la zona de Dniper la semana pasada.
Un grupo de militares traslada a un ucraniano herido en un bombardeo en la zona de Dniper la semana pasada.
Jesus Arroyo

Los aragoneses Jesús Arroyo y Reyes Colás atravesaron durante tres días diversos paisajes de la guerra de Ucrania, hasta llegar a la localidad Liman, en la región Donetsk. Su objetivo era localizar a uno de los mejores ultrafondistas del mundo, Andreii Tkachuk, para proponerle que participara en la maratón de Zaragoza el próximo 16 de abril. De paso llevaron material y ropa de abrigo.

A Thachuk le convencieron para venir a Zaragoza y regresaron hace una semana con la convicción de que el Ejército ucraniano va a crecer durante la próxima primavera gracias a la generación más joven del país, chavales de 18 y 19 años que se están incorporando a filas.

“Hemos visto una guerra de desgaste social. Ucrania está formando ahora a un ejército joven y van a militarizar a esa población civil para la próxima primavera”, detalla Jesús Arroyo, voluntario de Unesco Aragón Deporte. “Hemos conocido alguna familia de Leópolis a la que ya han militarizado a su hijo”, cuenta.

Este será el siguiente paso de Ucrania para plantar cara a Rusia, al tiempo que van a recibir tanques de la OTAN procedentes de varios países (EE. UU., Gran Bretaña, Alemania, España, Polonia, Holanda…) en la próxima primavera. Y mientras pide ya F-16 a los aliados. 

Llevamos ayuda humanitaria del Gobierno de Aragón a Leopolis (ciudad fronteriza con Polonia) y recorrimos mil kilómetros más hasta llegar a Dnipro y Pokrovst hasta que encontramos a Tkachuk cerca de Liman. Allí les dejamos un cargamento de ropa de abrigo”, detallan Jesús y Reyes, que reconocen que vivieron el viaje con una mezcla de tensión y emoción.

Los aragoneses se hicieron una foto cerca de Liman con el atleta y los compañeros militares de su compañía.
Los aragoneses se hicieron una foto cerca de Liman con el atleta y los compañeros militares de su compañía.
Heraldo

Los dos voluntarios destacan que ir hasta allí ha sido muy importante para convencer a Andreii Tkachuk, quien se emocionó cuando vio que dos aragoneses aparecían en mitad de una guerra en el lugar donde él estaba con un fusil Ak-47, integrado en una brigada internacional en la que comparte miedos y techo cuando lo hay con colombianos, argentinos y hasta con un vecino de Guernica (Guipúzcoa).

 “Casi lloraba de alegría y emoción porque será la primera vez que pueda salir de la guerra. Él no pensaba que fuéramos a llegar hasta allí y lo agradeció mucho. También nos recibió su jefe que hablaba en español y nos dijo: ’Hola qué tal”. "Se estaban escondiendo de los tanques, y nos vimos en un lugar apartado”, relatan.

El voluntario zaragozano Jesús Arroyo, lleva ropa térmica al ultrafondista ucraniano Andreii Tkachuk, voluntario en el Ejército de Ucrania en la guerra contra Rusia, quien puede venir a la maratón de Zaragoza el 16 de abril.
El voluntario zaragozano Jesús Arroyo, lleva ropa térmica al ultrafondista ucraniano Andreii Tkachuk, voluntario en el Ejército de Ucrania en la guerra contra Rusia, quien puede venir a la maratón de Zaragoza el 16 de abril.
Heraldo

Con todo, vivieron momentos complicados en los que se vieron sorprendidos por bombardeos y en los que pudieron conocer a personas que viven sin luz, metidos en los sótanos como topos. También fueron espectadores del traslado de algunos heridos. “Yo he pasado por Bosnia, Kosovo o Líbano, pero lo de Ucrania es muy distinto porque es una guerra convencional, con pueblos destruidos y puentes rotos”, señala Jesús Arroyo, a quien su experiencia le llevó a multiplicar la precaución en el viaje.

Uno de esos momentos que impactan tuvo lugar en Liman, cuando se encontraban a unos cientos de metros del lugar donde explotó una bomba lanzada por los rusos. La detonación destrozó una tienda en un edificio de viviendas. Los vecinos se hallaban refugiados en el sótano pero eso no evitó que se les encogiera el alma y la esperanza con el impacto. 

Durante todo el viaje no se quitaron el chaleco antibalas y utilizaron un vehículo que compartían con un miembro de la ong ‘Mujeres por el futuro’ y una traductora. “Tuvimos otro coche que nos acompañaba con dos militares, un policía y un oficial médico”, precisa.

Un médico que les acompañó a los aragoneses en Ucrania les envía la atención de un herido por el bombardeo esta semana.
Un médico que les acompañó a los aragoneses en Ucrania atiende a un herido en un bombardeo.
Heraldo

La situación les impidió llegar hasta Jarkov, que era su último destino. El médico que les acompañaba les recomendó que desistieran de ir allí.

Con todo, han vuelto con la idea de regresar en marzo con poder llevar botiquines y torniquetes.

Queremos que la Maratón de Zaragoza se convierta en una campaña de movilización y sensibilización, con el ultrafondista Tkachuk de abanderado, para que la gente colabore y comprenda las necesidades de Ucrania en estos momentos”, concluyen Jesús Arroyo y Reyes Colás, integrantes de Unesco Aragón y todavía impactados por lo que han visto.   

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