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Cursos para maltratadores: "Aquí no se culpa, buscamos la responsabilidad de nuestros actos"

El IAM cuenta con un servicio de atención psicológica dirigido a varones "actores de violencia en el contexto de las relaciones de pareja, familiares o similares". La terapia es voluntaria a través de la Fundación Adcara.

Servilletas con mensaje gracias al IAM.
Servilletas con mensaje contra la violencia de género gracias al IAM, en una imagen de archivo.
Eloyjesustorre/ Twitter

El Instituto Aragonés de la Mujer (IAM) cuenta con un servicio de asesoría y atención psicológica a hombres con problemas de control de la violencia en el marco de las relaciones de pareja, familia o similares. Va dirigido a varones a partir de 16 años -empadronados en cualquier municipio de Aragón- que hayan sido actores de malos tratos y se presta en las tres capitales de provincia a través de la Fundación Adcara.

Tal y como apunta el psicólogo David Mesalles -de Adcara en Huesca-, la asistencia es voluntaria y puede durar dos años como máximo. "Quedan excluidos los condenados por delitos contra la mujer y sus hijos/as que conlleven penas privativas de libertad. Un porcentaje alto (de los usuarios del servicio) tienen sentencias sobre orden de alejamiento porque ha habido alguna agresión, peleas o a veces acoso. Y cuando llegan con un perfil de violencia de género más duro -que son los menos- el sistema ya los ha detectado y solemos trabajar con varios organismos (el IAM con la mujer, protección de menores...)", explica.

Para este profesional, es importante establecer una "buena alianza", que depositen su confianza en ellos y que sepan que están en un lugar seguro y se les quiere ayudar. "Entonces se pueden abordar temas más delicados sin que entren en juego mecanismos de autodefensa; y se va profundizando poco a poco. Si se sienten presionados, juzgados o incluso culpabilizados es probable que los perdamos", advierte. En la misma línea, la psicóloga Irene Abadía -de la Fundación en Zaragoza- añade: "Desde aquí no se culpa; buscamos la responsabilidad de nuestros actos. Nuestra contribución a una situación es lo que uno puede trabajar, prevenir y llevarlo hacia otra dirección".

"El fin último es que puedan tener una vida sentimental saludable"

La terapia que llevan a cabo en Adcara es individual y se intenta abarcar todas las áreas de la persona (sus circunstancias a nivel emocional, social... además del problema de control). "Siempre con el objetivo de fondo de mejorar el tema de la agresividad, de la imposibilidad, de si hay estereotipos de género sexistas o si hay nidos del amor romántico (es decir, creencias como que el amor es para siempre o lo cura todo). Se trata de que tome conciencia del problema y dotarles de habilidades para que situaciones potencialmente detonantes en la pareja se puedan gestionar de otra forma. El fin último es que puedan tener un vida sentimental saludable", subraya Mesalles.

Asimismo, este psicólogo distingue entre pérdidas de control puntuales y la violencia de género "más dura", donde suele haber más de un tipo de maltrato (físico, psicológico, ambiental, sexual, económico, social o incluso violencia vicaria). "La violencia de género casi siempre va acompañada de una pena privativa de libertad porque es mucho más grave. Y en los perfiles más duros suele haber también una autoestima baja, una alta deseabilidad social y rigidez. La mayoría de los casos que vemos son personas bastante normales que en algún momento han perdido el control o están en una relación bastante tóxica y, en algún momento, ha habido una agresión y una denuncia o las discusiones llegan a unos niveles de tensión muy altos", dice Mesalles, que desde 2021 trabaja en este servicio que presta el Instituto Aragonés de la Mujer.

En este tiempo, comenta que está contento con la experiencia y los logros conseguidos, ya que al tener ese carácter voluntario "el hombre realmente quiere cambiar". "A veces hay personas que tienen órdenes de alejamiento de dos años y, cuando vienen a la Fundación Adcara, están con otra pareja. Eso es un factor positivo y mejora el pronóstico de la intervención. Tenemos la terapia cada 15 días y se puede trabajar 'in situ' las dificultades que puedan tener con la pareja actual; se ve la eficacia al comprobar que va mejorando la relación de pareja", sostiene este psicólogo, que habla de que estos usuarios agradecen estar mejor. De ahí que a hombres que puedan estar con problemas de control de la violencia les aconseje que no tengan miedo y pidan ayuda. "Las personas que estamos trabajando en este programa estamos para ayudar".

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