Entrevista
Inés Cebolla: "Hay que adaptar la FP a lo que demandan las empresas"
Nacida en Zaragoza (1968), Inés Cebolla dirige la Fundación San Ezequiel Moreno, que ayuda a inmigrantes a encontrar empleo en Aragón.
Después de varios años, vuelven a traer inmigrantes a trabajar a Aragón. ¿Cómo está la situación?
Venimos viendo, desde hace dos o tres años, que otra vez las empresas están demandando profesionales. Es verdad, sigue habiendo mucho paro, pero los desempleados a los que hay que prestar mucha atención y mucha ayuda, dentro de otros servicios, pero son desempleados no cualificados. Las empresas dicen: ¿qué ha pasado con los soldadores o con los enfermeros? Estamos trayendo ebanistas del metal, cualificados. Los jóvenes han dejado de formarse en estas profesiones. Hay un déficit importante.
¿Es por la pandemia?
No, ha sido casualidad. Esto ya se esperaba en las empresas desde un año antes de la pandemia.
¿A qué se debe la falta de profesionales formados?
Los jóvenes tienen metas de ser universitarios, dedicarse a profesiones de escritorio, no quieren trabajar fines de semana... Nos volvemos más comodones. Creo que tenemos que intentar formar a jóvenes a través de una FP cualificada en estas profesiones demandadas, además de buscarlos al mismo tiempo. Las empresas no necesitan solo al joven que está aprendiendo, sino también al técnico cualificado y con experiencia. Hay que darle una vuelta a las FP y que se adapten a lo que demandan las empresas.
¿Tienen previstas más incorporaciones pronto?
Tenemos varios servicios de contratación en marcha. Otros 12 carpinteros ebanistas cualificados van a venir dentro de dos o tres meses, y otro de soldadores del metal también en marcha. Trabajamos actualmente con dos países, Ecuador y Perú, pero a lo largo de nuestra historia hemos traído trabajadores de muchos otros. Buscamos los trabajadores ahí donde creemos que podemos tener más facilidad para encontrarlos. Uno de los trabajos más difíciles es encontrar una empresa de confianza en el país de origen, que va a ser la intermediaria para preseleccionar a los candidatos en aquel país. No es fácil. Tiene que estar altamente cualificada.
¿Qué perfil tienen los profesionales que vienen a trabajar?
Es increíble la de perfiles que nos piden actualmente. Del sector sanitario, que resulta que faltan hoy en día en todos los países. Profesiones relacionadas con las tecnologías de la información, en el transporte: jefes de tráfico, chóferes de autobuses, o mecánicos de trailer. En el metal, a parte de soldadores también fresadores, torneros... Estas profesiones que realmente ahora no se estudian.
Incluso, faltan peones de albañil y personal para la hostelería, paradores, balnearios. Hasta hace un par de décadas, aquí los universitarios se ganaban un dinero sirviendo un par de copas. Hay muchas personas de otros países que están dispuestos a venirse aquí. Luego hay que cuidarlos.
¿Cuál es el mayor hito de la fundación hasta ahora?
Hemos traído decenas y decenas de trabajadores extranjeros a empresas aragonesas y españolas. Más que un hito, hay muchos hitos, grandes pequeños logros. Expansión, tener distintas delegaciones, poder abarcar cada vez más áreas de actividad, con más programas... Se pasaron momentos difíciles económicamente hablando en la fundación, pero logramos ganar cada vez más confianza en las empresas y en las administraciones. Lo que más nos enorgullece es el cariño que nos tienen los trabajadores. Atendemos a un promedio de 2.000 personas al año.
¿Cómo de importante es la inserción laboral?
Es clave. Lo estamos escuchando en la prensa. Todo son cifras de desempleo, de necesidad de empleo... El tener trabajo es algo más que ganar dinero. Es un sustento para tu familia, pero también te hace más noble, te capacita y te sientes mejor contigo mismo. Es imprescindible el dedicarte a algo. Sentirte útil. La sociedad necesita que haya entidades que acerquen a la población al empleo.
