La falta de camareros se acentúa con el exceso de la demanda y la Navidad

Los hosteleros creen que ha habido un aumento de establecimientos desde la irrupción de la pandemia, multiplicando la necesidad de personal.

Foto de archivo de un camarero en un bar
Foto de archivo de un camarero en un bar
Pixabay

La pandemia causó estragos en todos los sectores aragoneses. Uno de los más damnificados fue el de la hostelería, que sufrió una fuga de personal importante. Gente que abandonó el oficio para no volver. Ese problema todavía afecta a los establecimientos a día de hoy, que afrontan las fiestas de Navidad con falta de camareros y, además, se multiplica la demanda por el exceso de bares y restaurantes en el caso de la capital aragonesa. El ocio nocturno no se resiente en esta tesitura, ya que el personal que contratan tiene un perfil diferente.

Para la época navideña, los bares y restaurantes ofertan condiciones más apetecibles para trabajar en unas fechas propias de estar en familia. "Depende de cada establecimiento, se paga más retribución o se dan más días de fiesta. Lo normal es pagar el doble esa noche", explica José Luis Yzuel, presidente de Horeca. A nivel nacional, detalla que hay una demanda de aproximadamente 100.000 camareros. "La pandemia ha agitado a nuestro sector, en el que ya siempre había costado incorporar a gente. La situación es que nuestra gran cantera en verano e invierno, que son los jóvenes, cada vez hay menos y se incorporan a trabajar a edades más tardías, no como hace años", asevera el presidente nacional de la asociación. No obstante, Yzuel arroja positividad y explica que el sector ha duplicado el empleo en las últimas dos décadas. "En toda España, en el mes de noviembre se han dado 28.000 empleos, mejor que en el año 2019 que fue el récord", expresa, mientras recuerda que "es cierto que mucha gente se fue con la covid, pero se ha incorporado mucha gente". El perfil de la gente que se contrata de cara a Navidad suele ser el de gente joven, de entre 22 y 35 años, "que sepa de lo que va el sector".

Para Miguel Ángel Salinas, dueño del Grupo Canterbury, esta falta de camareros para la época navideña se debe, en parte, a la aparición de grandes almacenes en Zaragoza. "Allí tienen buenas condiciones y el trabajo quizá sea más amable", detalla este hostelero. Por otro lado, asegura, la pandemia trajo consigo el cierre de muchos negocios en el centro de la capital aragonesa. "Muchos de estos establecimientos se han convertido en bares o restaurantes. Ha habido un incremento en los últimos años de este tipo de locales. Antes, en las calles del centro había cinco, ahora hay 50. Si antes necesitabas 50 camareros, ahora necesitas 500", apostilla Salinas. Cree que la fuga que se produjo con la covid sigue repercutiendo en el sector, ya que "eran personas de entre 40 y 50 años que cambiaron de trabajo porque necesitaban llevar comida a la mesa y ya no iban a volver".

En esta idea coincide Luis Femia, gerente de la Asociación de Cafés y Bares de Zaragoza, quien expresa que, a raíz de la pandemia, "conformar una plantilla se ha vuelto una necesidad estructural". "Lo bueno es que hace tiempo que se están haciendo reservas para Navidad, lo que nos da pie a planificarnos para realizar las contrataciones. Hace semanas que los establecimientos han empezado a contratar", detalla Femia. No opina que el problema a la hora de contratar camareros en Navidad sea por la retribución. "Con la pandemia ha habido un cambio de mentalidad de tiempo al trabajo y al ocio. En la hostelería, se trabaja cuando la gente tiene ocio. Se trabaja fines de semana y algunos festivos, mientras la gente sale a hacer ocio", desarrolla el gerente. Ve con buenos ojos el plan del Ministerio de Inclusión para que integrar a los extranjeros en la hostelería, pero indica que "esa recepción de trabajadores debería estar vinculada, necesariamente, a la realización en paralelo de acciones formativas". El perfil que suelen buscar es una mezcla de gente joven, como estudiantes universitarios, para eventos como cotillones, y profesionales más experimentados en la restauración.

Ocio nocturno

La situación es diferente para el ocio nocturno. "Los que vienen a trabajar suelen ser gente joven que lo hacen para sacarse un dinero", declara el dueño de Canterbury Salamero. En el caso de los establecimientos que regenta Salinas, no se ofrecen pagas extra por trabajar en Nochebuena o Nochevieja. "Les damos la oportunidad a los chavales de venir a trabajar, porque son noches en las que se lo pasan muy bien. Hay establecimientos que sí que dan más retribución", indica. "A mí me sorprende escuchar a gente que se queja por cobrar 600-800 euros por contratos de 50 horas, porque no está permitido, aunque si lo dicen será porque es verdad", añade.

Para Alberto Campuzano, presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Salas de Fiesta, Baile y Discotecas de Zaragoza, la falta de camareros "no se ha dado todavía" en el ocio nocturno, ni siquiera con la irrupción de la pandemia. "El perfil que contratamos suele ser universitarios, generalmente, que es porque quieren trabajar en nochebuena, pero no tienen ningún extra. Simplemente, les damos la oportunidad de trabajar en Navidad", asegura. Se lamenta de que, este año, estas fechas señaladas caen en sábado, por lo que ese viernes verán reducidos sus ingresos. "Vamos a perder la caja del viernes porque la gente no querrá salir ese día", explica Campuzano.

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