Chalo Moca: "La sociedad actual consume todo muy rápido y superficialmente"

‘Un poder dentro’ es el título de su exposición. Desarrolle...

Hace referencia a la capacidad que todos tenemos de sentir el gozo de existir, de estar en paz, de conocernos, de brillar, de evolucionar y superar el limitante dualismo (hombre-mujer, ellos-nosotros, luz-oscuridad…) para experimentar ese sentimiento cósmico de que todos somos uno.

Ah, sólo era eso entonces...

En mi obra hay mucho de humanismo, espiritualidad, astronomía, humor, vanguardia científica, glorificación de la naturaleza y mágico chamanismo.

Pero, ¿cómo se alcanzan esas cotas tan espirituales?

Al sentimiento de unión y pertenencia universal al que me refiero se puede llegar de muchos modos: meditando, haciendo el amor, tocando el piano o subiendo una montaña.

En lo artístico, centrémonos en lo artístico.

La muestra cuenta con 39 cuadros, doce piezas cerámicas y tres intervenciones totémicas hechas con madera. Todos los soportes son materiales reciclados: reutilizo y recodifico elementos para dar nueva vida y significado a materiales descartados.

Dibuja serpientes, ojos, cohetes... ¿De dónde surge ese imaginario?

De mis experiencias, algunas conscientes y otras subconscientes. Tengo una cosmovisión bastante arraigada y muchos de los símbolos se repiten de una obra a otra. Para mí todos tienen una intención, un significado, que no tiene que coincidir con el de quién los mira.

¿Le molesta si le digo que me parecen muy tatuables?

En los próximos días unas amigas se van a tatuar un par de mis dibujos. ¡Anímese usted también!

Plasma iconos crudos con una apariencia naïf, ¿qué le seduce de ese choque de universos?

Mi estilo visual bebe del ‘art-brut’, de manera que intento hacer diseños sencillos pero expresivos. Me interesa esa contraposición de un estilo visual que puede parecer infantil pero que articula mensajes profundos.

Usted ha hecho grandes murales por medio mundo. ¿Son las obras en pequeño un pequeño oasis o un quebradero de cabeza extra?

Mi tiempo creativo y de producción lo reparto entre los murales, el diseño gráfico y la ilustración aplicada a cartelería. En unas ocasiones trabajo solo y en otras, junto a mi hermano Alva, con quién formo el tándem artístico Fratelli Moca. Al final acabo haciendo más trabajo de taller que de pintura mural. Y esa cotidianidad en el estudio, lejos de ser un suplicio es un placer y una auténtica terapia: me sirve para hacer pruebas y seguir desarrollando mi lenguaje.

¿Qué importancia tienen las redes sociales y la sociedad tecnológica en su obra?

Tengo una relación de amor-odio con las redes. Por una parte, dedicándome a la imagen, es casi obligatorio tener página web e Instagram (el Facebook me lo quité hace años). Me da pudor exponerme, sobre todo poner la carita, pero reconozco que a veces entra trabajo a través de estas plataforma. Por otra parte, soy consciente de que son una herramienta que está diseñada para enganchar y que nos hace perder mucho tiempo. Además nos muestra solo un perfil de la realidad, crea inseguridades, hay mucho postureo…

¿Cómo reacciona el público que ve su obra? Imagino que a la chavalería le encantará el color...

Son obras que tienen diferentes capas de significados y que requieren de una observación calmada y profunda. De lejos pueden parecer tapices abstractos y a medida que te acercas vas viendo la multitud de iconografía, los personajes y sus mensajes. A los niños les suele gustar mucho y también hay cada vez más mayores interesados en los símbolos y en el despertar que conllevan.

¿Observar en profundidad requiere un esfuerzo?

Más bien tiempo. Es algo que va a contracorriente de nuestras actitudes actuales, donde todo se consume de manera muy rápida y superficial.