La inteligencia artificial y la democracia se dan la mano

La tecnología ha revolucionado todos los aspectos y costumbres del día a día y, como era de esperar, también lo ha hecho con la política.

Tudela e Innerarity, durante el congreso.
Tudela e Innerarity, durante el congreso.
Fundación Manuel Giménez Abad

¿Se imaginan un partido político liderado por una máquina? Esto ya ocurre en Dinamarca, con el denominado Partido Sintético. O que un robot tome las decisiones por nosotros, aunque esto también se da y cada vez con más frecuencia de lo que parece. La tecnología ha revolucionado todos los aspectos de la vida cotidiana y, como era de esperar, también lo ha hecho con la política. La relación que guarda la inteligencia artificial con la democracia y sus retos y oportunidades se abordó en un congreso que tuvo lugar hace unas semanas en el Palacio de la Aljafería de Zaragoza, sede de las Cortes.

El seminario de este año, organizado por la Fundación Manuel Giménez Abad, estuvo coordinado por el filósofo Daniel Innerarity. De él nacieron ideas, conclusiones y posibles formas de reconducir un futuro incierto, pero que presenta oportunidades únicas si se aprovechan correctamente. Según el también director del Instituto de Gobernanza Democrática, se debe "crear un ecosistema humanos-máquinas equilibrado". "Así se abre un panorama apasionante para la democracia que tiene que ser bien comprendido", añadió. La inauguración del congreso corrió a cargo de José Tudela, secretario general de la fundación, e intervino -a través de un vídeo- Carme Artigas, la secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial. "Debemos posicionarnos y aprender de un tema que consideramos esencial. Estamos sumergidos en este escenario sin poder ser demasiado conscientes", expresó Tudela.

Innerarity abordó si realmente la inteligencia artificial está mejorando la democracia. "Lo hará en virtud de lo que hagamos con ella", opinó el filósofo. De ahí la importancia de "crear un ecosistema humanos-máquinas equilibrado", donde la máquina no sustituya a la persona o la eclipse. De hecho, apuntó que "hay muchas decisiones que la gente cree que ha tomado por sí misma, pero no es así", ya que la tecnología y la digitalización ha influido en el proceso. Y no es extraño pensar en que se pueda utilizar la inteligencia artificial en la política para tomar según qué decisiones.

En este encuentro participó José María Lassalle, director del Foro de Humanismo Tecnológico de Esade que, junto a Lorena Jaume, directora de la iniciativa ‘The Ethical Tech Society’, abordó la importancia de que la inteligencia artificial "se someta a un principio de asistencia responsable". "La introducción de la misma ha de servir al ser humano y dentro de un uso responsable de la misma, que no excluya al ser humano de sus propias capacidades", explicó. Por ello, abogó por que la relación entre las personas y la tecnología "siempre sea de complementariedad", ya que la máquina no está para sustituir, sino para complementar, añadió el también exsecretario de Estado de Cultura.

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