Penas históricas contra la trata y explotación sexual de mujeres
La Audiencia condena a 50 años de cárcel a dos hermanas nigerianas por engañar a compatriotas para prostituirlas.
Una investigación de la Brigada de Extranjería y Fronteras de Zaragoza desarrollada entre 2016 y 2017 logró sentar en el banquillo de la Audiencia Provincial a trece personas por delitos de trata de seres humanos para la explotación sexual, prostitución coactiva e inmigración ilegal cometido en el seno de una organización criminal nigeriana. Solo tres de ellas han sido condenadas, pero las penas han sido tan contundentes que pueden suponer un aviso para los grupos que se enriquecen con el tráfico de personas para prostituirlas.
La investigación no fue sencilla, pues como explicó el coordinador de la operación al tribunal, la mafia se organizaba en diferentes niveles y sus miembros tienen distintas misiones: desde captar y convencer a las mujeres en el país de origen, financiarles el viaje y acompañarlas en el trayecto, donde ya suelen ser agredidas sexualmente. En Europa las reciben otros mafiosos que las trasladan hasta el lugar definitivo donde, nada más llegar, las obligarán a prostituirse y a entregarles el dinero de los puteros para saldar, bajo amenazas, la deudas que han adquirido por el viaje que se suponía iba a cambiar su vida, para bien.
Organización estructurada
El tribunal declara probado que la Policía descubrió la existencia de una organización estructurada que, con un carácter internacional, se dedicaba a la captación de mujeres en Nigeria aprovechándose de su situación de necesidad. Los criminales, bajo supuestas ofertas de trabajo o de mejora de sus precarias condiciones de vida, las inducían a trasladarse a España, financiándoles el viaje cuyos gastos recuperan con creces obligándolas a prostituirse.
Acogidas por las hermanas
En Zaragoza eran acogidas por las hermanas Nancy y Sandra Osifo, consideradas cabecillas de la red, que han sido condenadas a 24 años de prisión cada una por los mencionados delitos. El tribunal ha sentenciado también con 14 años de cárcel a Roosvelt Boxter, que era conocedor de la actividad y fue a buscar a Italia a una de las víctimas y la trasladó hasta Zaragoza. Entre los tres acusados y otros que están en rebeldía o no han sido identificados, controlaban y vigilaban a las mujeres para cobrar los beneficios.
El tribunal ha tenido en cuenta la declaración de tres testigos protegidas que durante el juicio, a pesar de la dificultad del idioma, dieron versiones similares de lo que les había ocurrido. Una contó que llegó a Zaragoza a mediados en 2016 creyendo que iba a mejorar su muy precaria situación económica y sin saber a qué se iba a dedicar. Salió de Nigeria acompañada por miembros de la organización que le facilitaron los traslados y el cruce de pasos fronterizos. Durante el trayecto le iban entregando documentación. "Así, bajo las directrices recibidas viajó desde la ciudad de Benín City (Nigeria) a Mali, Libia y, en patera, a Italia, hasta llegar a Barcelona donde finalmente contactó con la acusada Nancy Osifo, a través del número de teléfono que la había proporcionado otro miembro de la organización", recoge el fallo judicial.
Nancy Osifo la recibió en la estación de autobuses y la trasladó a su domicilio, en la calle de Sangenis, para que residiera con ella y su hermana Sandra. En ese momento le informó de que había contraído una deuda de 20.000 euros y le exigió su pago indicándole el lugar donde debía prostituirse, la plaza de Roma, y el precio que debía cobrar. Esta víctima relató que las hermanas llegaron golpearla y la sometieron a una ceremonia de vudú, rito que a la población nigeriana infunde miedo tanto por lo que pueda sucederle a la persona sometida como a su familia en el país de origen.
La Audiencia no da por probado varios delitos de blanqueo de capitales que atribuía a otros acusados, representados entre otros letrados por Laura Vela, Carlos Castillo, José Luis Melguizo o Carlos Jiménez, y los han absuelto.
