Sanidad en el medio rural: "Tengo una lista con los pueblos donde está el médico cada día"

Los vecinos de Campillo de Aragón recorren 20 minutos por una carretera en mal estado para llegar al Punto de Atención Continuada (PAC) en Nuévalos, en el que hay un médico de guardia 24 horas, pero sin enfermero.

Un grupo de vecinos de Campillo, el pasado viernes, con el actual consultorio al fondo
Un grupo de vecinos de Campillo, el pasado viernes, con el actual consultorio al fondo
JMACIPE

Rosalía Alonso, vecina de Campillo de Aragón, llega a la plaza de San Antón tras pasar por el actual consultorio de la localidad, con la mascarilla que le empaña todavía las gafas. Su visión, por el contrario, es clara: "El problema no es solo el tiempo y la distancia que hay hasta Nuévalos, también influye el mal estado de la carretera". Es en este municipio vecino donde tienen su referencia para temas sanitarios: un Punto de Atención Continuada (PAC) en el que hay un médico de guardia durante las 24 horas de todos los días de la semana. Eso sí, sin enfermero. Por las mañanas, de lunes a viernes, cuenta con un total de tres facultativos.

La distancia es de, según los navegadores, poco más de 20 minutos. Sin embargo, yendo al detalle, lo reducido del ancho de la carretera y la sucesión de curvas -algunas de ángulo muy cerrado- hacen que el traslado sea poco apetecible. "Si el viernes por la tarde te pones mala, hasta el martes no hay médico aquí (a Campillo solo acude los martes y los viernes). Podrían ser más días. Serían mejor 5, claro, pero peor sería tener solo un día", reconoce. Y también valora que "cuando estaba en Calatayud hasta que te atiende tu médico, eran mínimo tres días; aquí alguna vez me han atendido sin cita, pero todo depende de la persona que pasa consulta".

"Tengo hasta una lista de en qué pueblo está cada día el médico. Eso yo que, dado el caso, podría desplazarme, ¿pero y las personas mayores que no tienen cómo ir?", se cuestiona Alonso. Desde su punto de vista, uno de los factores a mejorar es "la coordinación", porque el facultativo está los martes y viernes y el enfermero, los lunes. "Mi marido tuvo que ir por un uñero al médico de aquí, pero le dijo que para atenderle le hacía la enfermera, por lo que no se lo hizo. Como es diabético y le molestaba tuvimos que bajar a Nuévalos", recuerda Mª Carmen Delgado. Campillo, en estos momentos, cuenta con menos de 100 tarjetas sanitarias registradas.

De aquello le queda el regusto amargo de "tener que viajar 20 minutos de ida y otro tanto de vuelta, por esta carretera, para algo que luego le costó cinco minutos". Junto a ella, Trinidad Colás explica que "a Alhama -su centro de salud de referencia y hasta el que tienen 31 kilómetros que se traducen en 34 minutos- no bajamos. Para ir a allí, ya puestos, te bajas a Calatayud, porque el tramo malo de carretera es el mismo". En su caso, todavía guarda el recuerdo de lo que vivió en agosto con su padre.

"Él llevaba tiempo con infección de orina, nos dijeron que si orinaba un poco ya era algo. Se cayó al suelo y la médica, en vez de subir y verlo, nos mandó una ambulancia para trasladarlo a Calatayud tres horas después. Le pedí que viniera y no lo hizo", relata. Una vez en el Hospital Ernest Lluch a su padre le sacaron cuatro litros de orina y, pocos días después, falleció. "A lo que subieron a ver a mi padre ya había muerto", apostilla Erundina Gotor, que sostiene que "no tenemos los mismos derechos, no se nos trata igual y por eso la gente se va".

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