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Cristina Monforte: "Detrás del deseo de morir hay un deseo de vivir pero no de ese modo"

Monforte (Barcelona, 1974) es investigadora principal en proyectos sobre el deseo de adelantar la muerte en pacientes con enfermedad avanzada.

Cristina Monforte, en Zaragoza.
Cristina Monforte, en Zaragoza.
Francisco Jiménez

¿Cómo se gestiona el sufrimiento de los pacientes?

En los estudios realizados hemos observado que detrás de cada deseo de morir en realidad hay un deseo de vivir pero no de ese modo. Es una expresión reactiva a un sufrimiento que es de origen multidimensional (físico, emocional, social y espiritual). Con frecuencia, la muerte no es un fin en sí mismo sino el único medio que perciben para acabar con su sufrimiento, por lo que la única forma de abordarlo es con un equipo de trabajo multidisciplinar: médicos, enfermeros, psicólogos y trabajadores sociales.

¿Qué se siente cuándo te dicen que no quieren sufrir más?

Ante todo lo que sientes es empatía. Nunca te deja indiferente. Es más, me atrevería a decir que nunca debería dejarte indiferente. A partir de ahí se crea el clima de confianza necesario para abordar esa situación de sufrimiento desde la empatía, la comprensión... Dentro de ese sufrimiento hay que ver qué es lo que más preocupa al paciente para priorizar.

¿Y todo esto se consigue trasladar a los centros sanitarios?

Menos de lo que deberíamos. De hecho, estamos en un momento clave en cuanto al aumento de la esperanza de vida y la cronicidad. Esto hace que esta población susceptible de cuidados especiales por ese nivel de sufrimiento vaya en aumento. Es necesario que dotemos al sistema sanitario de los recursos adecuados o será imposible atender como se debería.

¿En qué momento se deben aplicar los cuidados paliativos?

Hay estudios de Estados Unidos en los que se demuestra que una atención precoz de cuidados paliativos no solo mejora la calidad de vida del paciente (física y socioemocional), sino que aumenta la esperanza de vida. De manera paralela han de convivir los tratamientos activos en pro de la enfermedad, desde la curación a la contención, con la atención de todas las necesidades de la persona para que se sienta bien.

En Aragón, los cuidados paliativos solo son una optativa para los médicos. ¿Es suficiente?

Desde la sociedad científica se reivindica que sea una formación troncal en todos los estudios porque abordar que una persona tiene necesidades multidimensionales que atender se va a producir en cualquier lugar del sistema sanitario, no solo cuando se deriva al equipo paliativo. En Enfermería se trata de forma transversal y, al finalizar, el estudiante tiene esa mirada paliativa integrada.

¿Se necesitaría contar con una especialidad como Neumología?

Sería fundamental. La Sociedad Española de Cuidados Paliativos hace tiempo que trabaja a nivel ministerial en pro de ello.

¿Cómo ha afectado la crisis sanitaria a los cuidados paliativos?

La pandemia ha hecho emerger algo que en el fondo ya intuíamos que es la necesidad de acompañar hasta el final. En el confinamiento, muchos fallecieron solos y el impacto que dejó en las familias, que no pudieron acompañarlos, así como en los profesionales es muy evidente.

¿La Ley de Muerte Digna ayuda a asegurar el derecho tanto del paciente como del profesional?

Muchas personas acaban solicitando la eutanasia porque piensan que es la única salida a su sufrimiento. Ahí tenemos los sanitarios un papel muy relevante y, antes de considerar esa solicitud desde una perspectiva ético-jurídica, deberíamos asegurarnos cómo abordamos desde la perspectiva clínica ese sufrimiento. Desde la perspectiva del profesional, no deberían existir listados de objetores de conciencia, aunque entiendo que un centro sanitario sepa cuales de sus sanitarios lo son porque tiene que tener el servicio cubierto.

¿Unos cuidados paliativos bien planteados y a tiempo reducirían la solicitud de eutanasia?

Estoy convencida de que sí. Hay experiencias donde pacientes que han expresado su deseo de morir, al tratarles los síntomas y atendido su situación, han cambiado de opinión. El deseo de morir es fluctuante en el tiempo, es variante incluso en cuestión de horas y en el mismo día. También hay casos que, a pesar de tratar el sufrimiento, el paciente percibe que quiere hacerlo así. Ahí, lógicamente, hay que respetar su decisión.

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