Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Investigación

¿Migran a los alimentos los materiales de los envases que están en contacto con ellos?

El grupo GUIA del I3A de Unizar realiza ensayos de migración desde los materiales a los alimentos e identifica qué sustancias migran, en que cuantía y cuál es el riesgo asociado.

El producto se conserva más tiempo si está envasado con una mezcla de gases que lo mantiene en buenas condiciones denominada atmósfera modificada.
El producto se conserva más tiempo si está envasado con una mezcla de gases que lo mantiene en buenas condiciones denominada atmósfera modificada.
Grupo GUIA Unizar

Estamos tan acostumbrados a hablar de los alimentos, las recetas, las dietas y los beneficios de unos y otros, que pocas veces nos planteamos cómo llegan a nuestra mesa. Pero la preocupación por el medio ambiente nos ha hecho pensar en todo lo que tiramos a la basura y en la necesidad de evitar el desperdicio de alimentos y promover el reciclado de los materiales de envase. Es entonces cuando hemos empezado a ser conscientes de los muchos envases que se emplean, la abundancia de plásticos y, en algunos casos, el efecto que esos plásticos pueden tener en nuestra salud. 

Resulta que esta preocupación tiene base científica, en la que no solo los plásticos pueden ser causantes de problemas, sino que, en realidad, todos los materiales que en algún momento están en contacto con los alimentos pueden ser culpables.

El film que cubre cualquier producto refrigerado o congelado es un material multicapa, necesario para envasar al vacío o para emplear atmósfera modificada que lo mantiene más tiempo en buenas condiciones. Pero el producto final envasado no solo contiene el plástico o la multicapa, sino que presenta tintas, etiquetas adhesivas, códigos Q o códigos de barras.

Hay muchos ejemplos y mucha literatura científica al respecto. Se sabe que hay unos 10.000 compuestos químicos en la composición de los materiales que pueden migrar, es decir, que se pueden transferir al alimento. La industria productora de envases y la industria alimentaria que los emplea deben controlar sistemáticamente todos los materiales antes de ponerlos en el mercado.

La investigación en este campo es apasionante, no solo porque todos somos consumidores y, por tanto, interesados en saber más sobre lo que comemos y lo que nos puede afectar, sino porque implica descubrir cada día cosas nuevas. El grupo de Investigación GUIA del Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón (I3A) en la EINA de la Universidad de Zaragoza trabaja desde hace muchos años en esta área y desarrolla múltiples proyectos en este campo. Realiza los ensayos de migración desde los materiales a los alimentos, identifica todos los compuestos que el material ha cedido, los cuantifica y realiza posteriormente el asesoramiento del riesgo de cada material.

¿Cómo se garantiza la seguridad alimentaria?

De inmediato debemos pensar que todo esto está superado y que existe un control estricto de todos los materiales en contacto con los alimentos. Pero cada vez sabemos más y la tecnología analítica avanza, por lo que podemos detectar más sustancias a concentraciones más bajas. Y también vamos conociendo efectos de algunas sustancias migrantes que no se sabían, como ha ocurrido con los ftalatos, el bisfenol A y algunos tensioactivos, que son disruptores endocrinos y afectan a la reproducción. Existe legislación específica a nivel internacional y nacional que limita la composición de los materiales, la presencia de sustancias en su composición y la concentración de muchas sustancias que pueden transferirse al alimento en contacto con el material. Sin duda, los plásticos son los mejor regulados en este sentido. Pero si todo lo explicado ocurre con los materiales nuevos, bien diseñados y controlados, ¿qué pasará con las nuevas leyes de economía circular? 

Tenemos que eliminar los plásticos de nuestra basura y para ello, los vamos a reciclar. La nueva legislación europea elimina los plásticos de un solo uso y obliga a emplear plástico reciclado. Las tecnologías de reciclado están muy avanzadas para PET, el plástico de las botellas de agua mineral, bebidas y de muchos productos. Pero para el resto de los plásticos hay que desarrollarlas. El grupo GUIA está trabajando intensamente en este ámbito.

¿Y si aprovechamos el envase para mejorar el alimento?

Para extender la vida útil de muchos alimentos, se añaden aditivos, antioxidantes, estabilizantes, etc. ¿Qué pasaría si esos aditivos se introdujeran en el envase que no nos vamos a comer? Esto es lo que hacemos en el grupo GUIA desde hace años, en colaboración con varias empresas, españolas y europeas. Mediante diferentes tecnologías, hemos conseguido incorporar con éxito antioxidantes y/o agentes antimicrobianos en el material de envase, capaces de proteger al alimento de la oxidación o de la proliferación microbiana. Patatas fritas, cereales, frutos secos, café, jamón cocido, verduras cortadas, carne fresca y muchos otros han demostrado no solo en el laboratorio a pequeña escala, sino en ensayos industriales, el éxito de estos desarrollos. El resultado han sido cinco patentes, que ostentan y explotan las empresas colaboradoras y la puesta en el mercado de los nuevos materiales.

¿Son mejores los biopolímeros que los plásticos convencionales?

Los problemas ambientales derivados del mal uso que hemos hecho de los plásticos han llevado al desarrollo de nuevos biopolímeros compostables y/o biodegradables, es decir, polímeros que se obtienen a partir de vegetales, normalmente cereales, y que por fermentación microbiana u otros procesos, generan el monómero inicial que luego se polimeriza, dando lugar al polímero. Ya hay en Europa varias plantas industriales que producen algunos de estos biopolímeros, como el PLA o ácido poliláctico. No hay que olvidar que estos materiales también necesitan aditivos, como los plásticos convencionales, y también ceden oligómeros y otras sustancias. El PLA es compostable solo en condiciones industriales controladas. Por tanto, un envase de PLA en el mar o en un río no se degrada. Tampoco en el medio ambiente en un vertedero. Lamentablemente no hay todavía sistema de recogida y tratamiento a gran escala de biopolímeros compostables, por lo que de momento no son mejores que los convencionales.

Grupo GUIA

  • Nombre Grupo GUIA, del I3A, ubicado en la EINA de Unizar.
  • Proyectos europeos Safemtech, Foodyplast, Naturalpack, entre otros.
  • Proyectos Nacionales Actipack, Nanoflexipack, EcoBioSafePack, Reciclopet, Augusta, Rhdpe- Ecoembes, It21796 Fcm: Silicone Cook & Bakeware, Repsol, Nias In Postconsumer Flakes And Rpet Pellets y muchos más.
  • Financiación anual por proyectos Más de 600.000 euros.
  • Miembros del grupo Diez doctores, dos licenciados, cinco predoctorales y un técnico de apoyo.
  • Equipos instrumentales Laboratorio de Química Analítica con UPLC-IMS-QTOF, UPLC-MS QTOF, GC-MS, ICP-MS. Laboratorio de microbiología clase 2 bien equipado.

Cristina Nerín grupo de Investigación GUIA del I3A

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