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El general Alcañiz defiende en su ingreso en la Academia de Medicina el liderazgo militar de Ramón y Cajal

El exjefe de la UME y la División de Fuerzas Pesadas pronunció su discurso en el Paraninfo y fue nombrado académico. 

El general Miguiel Alcañiz recibe la medalla de la Academia de Medicina como nuevo miembro tras pronunciar su discurso sobre la vida militar del premio Nobel Santiago Ramón y Cajal.
El general Miguiel Alcañiz recibe la medalla de la Academia de Medicina como nuevo miembro tras pronunciar su discurso sobre la vida militar del premio Nobel Santiago Ramón y Cajal.
Heraldo

El teniente general del Ejército de Tierra, Miguel Alcañiz Coma, nacido en Maella, defendió este jueves el liderazgo de Santiago Ramón y Cajal, premio Nobel en 1906 por su investigación sobre la estructura del sistema nervioso, en su discurso para ingresar en la Real Academia de Medicina de Zaragoza en un acto celebrado en el Paraninfo.

El militar aragonés de 67 años, que dirigió la Unidad Militar de Emergencias (UME) y la División de Fuerzas Pesadas, fue recibido por la “laudatio” que pronunció el presidente de la Academia, Luis Miguel Tobajas Asensio.

En su discurso, titulado “Liderazgo de D. Santiago Ramón y Cajal”, el teniente general actualmente en la reserva agradeció el recibimiento del presidente de la Real Academia de Medicina y a toda su junta directiva el haber sido elegido como miembro de “tan prestigiosa corporación”, ya que lo valoró no solo como una distinción personal sino que en extensión lo es “para el Ejército”.

Asimismo, Miguel Alcañiz se centró en la época militar desarrollada por el premio Nobel de Medicina, durante la que alcanzó el empleo de capitán, y su foco de atención poco conocido fue el liderazgo que ejerció Santiago Ramón y Cajal en su etapa en el Ejército, donde ejerció su labor de médico, tanto en territorio nacional como en Cuba.

Ramón y Cajal, en el Monasterio de Piedra, 1919
Ramón y Cajal, en el Monasterio de Piedra, 1919
Archivo Barboza Grasa

El premio Nobel había sido antes como teniente en el Regimiento Burgos, situado en Lérida, donde llegó a hacer frente a las patrullas carlistas. Al ascender a capitán fue destinado a la isla de Cuba, donde ejerció el mando en dos enfermerías (Vistahermosa y San Isidro) en las que destacó por su humanidad, humildad y el apoyo y ayuda constante a los soldados allí destacados.

A lo largo de su exposición, el militar aragonés expuso la gran cantidad de ocasiones en la que se podía observar cómo intervino como líder Ramón y Cajal. Detalló que sus prioridades para él eran “lo moral y ético sobre lo técnico”. Por eso, el oficial médico  quiso dirigir a su equipo transformándolo a través de un trabajo donde se centraba en “guiar, motivar y orientar” permanentemente “mejorando todo lo que tocaba”.

El nuevo académico de Medicina concluyó su discurso destacando que el premio Nobel ejerció un liderazgo carismático, “una energía invisible, un imán que te atrae”. “Santiago Ramón y Cajal era una fuente inspiradora en el trabajo que lograba grandes resultados teniendo una clara visión de por dónde tenía que ir la ciencia”, concluyó el teniente general.

Posteriormente, el presidente de la Academia de Medicina, Luis Miguel Tobajas Asensio, le impuso la medalla a Miguel Alcañiz y le entregó el diploma en nombre del Rey y fue proclamado académico de la Real Academia de Medicina de Zaragoza.

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