El mundo rural atrae a nuevos residentes con 13.700 empadronados más en 4 años

Aunque la natalidad sigue a la baja, el 62% de los pueblos aragoneses de menos de 5.000 habitantes registra más altas que bajas en su censo, en buena medida jóvenes.

Un niño con la camiseta de Messi anda por las calles del pueblo
Un niño con la camiseta de Messi anda por las calles de Eulalia del Campo.
Laura Uranga

Poco a poco, y pese a sus muchas carencias aún por resolver, el mundo rural comienza a mostrar atractivos suficientes para albergar nuevos proyectos de vida. Así lo indican al menos los datos de movilidad residencial que elabora el INE, según los cuales en los últimos cuatro años los empadronamientos se han impuesto a las bajas en el censo del 62% de los municipios aragoneses de menos de 5.000 habitantes. En concreto, los pueblos de la Comunidad arrojan un saldo positivo de 13.700 nuevos vecinos, muchos de ellos jóvenes que, tras hacer las maletas, han decidido probar fortuna lejos de las grandes ciudades.

El cambio de tendencia comenzó tímidamente en el año 2018, pero tomó impulso en 2020 como consecuencia de la pandemia, que puso de relieve muchos de los beneficios del mundo rural. Antes, los datos no podían ser peores. Desde el cambio de siglo, la Comunidad había ganado casi 140.000 habitantes, pero tres de cada cuatro municipios los habían perdido.

"En los últimos años se está produciendo un movimiento fuerte de asentamiento de población en el medio rural", señalan desde el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, donde apuntan a una tendencia nacional. En el conjunto del país, los pequeños municipios han pasado de perder 104.000 habitantes entre 2011 y 2017 a ganar 220.000 desde 2018.

Además, el fenómeno no ha dejado de lado a los municipios más pequeños para centrarse en las cabeceras comarcales. En el caso de Aragón, de los 13.700 nuevos pobladores, más de la mitad, 7.300, se han asentado en localidades de menos de mil habitantes.

En buena parte, este retorno a las zonas más castigadas por el fenómeno de la despoblación está protagonizado por jóvenes. Según el análisis de los datos del INE, los pueblos de Aragón arrojan un saldo residencial positivo de 8.000 personas de menos de 35 años, un colectivo clave para el emprendimiento y el desarrollo económico de estas zonas pero, sobre todo, para el impulso de la natalidad, un aspecto en el que la Comunidad no puede ser tan optimista.

Durante el primer semestre de este 2022, en Aragón se registraron 4.408 nacimientos, lo que supone 130 menos que durante el mismo periodo del 2021 y casi 700 de diferencia con la cifra notificada hace cinco años. Solo la provincia de Teruel ha logrado mantener la tendencia positiva con la que toda la Comunidad cerró 2021, cuando nacieron 9.759 bebés, lo que significó el primer incremento registrado desde 2008.

Y por si fuera poco, la mortalidad, por contra, se ha incrementado por culpa de la pandemia y de las olas de calor de este verano. Hasta julio se notificaron 8.992 defunciones, 557 más que el año anterior.

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