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Madre con excedencia: "Siempre tuve claro que estaría con mi hija más allá de las 16 semanas"

Diana Oliván y su marido no se plantearon quién cogería la excedencia puesto que él es autónomo y no puede dejar su negocio desatendido. 

Diana Oliván, junto a su hija Inés.
Diana Oliván, junto a su hija Inés.
D. O.

Hace siete meses que Inés llegó al mundo e incluso antes de este especial acontecimiento, su madre Diana Oliván ya sabía que se cogería una excedencia para poder "alargar" el tiempo en el hogar más allá de las 16 semanas de baja que otorga el Gobierno. "Lo teníamos claro desde el principio, pero en el momento en el que nació, todavía más. 16 semanas no son nada. No tenía ni cuatro meses cuando se me acabó la baja", recuerda.

En su caso, no pudo valorar quién se cogería la excedencia, puesto que su marido es autónomo. "Al tener un negocio propio es más complicado. De hecho, ni siquiera ha podido disfrutar de las 16 semanas", relata. Abogó, debido a su situación, por cogerse solo las seis primeras semanas de baja, que son obligatorias.

Tampoco valoró en aquel momento que alguno de los abuelos se pudiera hacer cargo de la pequeña. "Cuando nace, te sale ese instituto de protección. Con solo cuatro meses la veía muy desprotegida, incluso para que se quedara con alguien de confianza como son los abuelos", especifica. Por ello, continuará hasta octubre con excedencia. "No llega a cinco meses más en casa, pero ya es otra cosa", reconoce. Además, tiene previsto, una vez termine este periodo, reducirse la jornada. "Imagino que así podré facilitar un poco más la conciliación", detalla.

Durante el tiempo que tanto ella como su pareja estén fuera de casa, de momento, valoran la posibilidad de que se quede al cargo de algún abuelo. "Al menos durante los primeros meses, quizás hasta que haga el año o algo así. Después sí que queremos llevarla una escuela infantil", especifica.

Además de por verla todavía muy pequeña, Diana apostó por este permiso para mantener sin riesgos la lactancia materna exclusiva, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda hasta los seis meses. No quería pasar a la leche de fórmula y le preocupaba que darle el biberón, aún con su propia leche, pudiera interferir con la lactancia materna. "Si puedes permitirte la excedencia, es más cómodo", resume.

La llegada de Inés ha supuesto un cambio radical en sus vidas y, aunque es "muy buena" y se lo ha puesto "muy fácil en los momentos en los que se supone que tendría que ser muy difícil", reconoce que la maternidad es "muy dura". "Pese a todo, es precioso, muy recomendable", insiste.

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