El colegio mayor Santa Isabel sigue cerrado mientras el campus estudia su viabilidad residencial

El plan de inversiones dispone de cuatro millones para su posible reforma.

El colegio Santa Isabel necesita una profunda reforma.
El colegio Santa Isabel necesita una profunda reforma.
José Miguel Marco

Por segundo año consecutivo, el colegio mayor Santa Isabel de la Universidad de Zaragoza en la capital aragonesa seguirá cerrado a cal y canto. La clausura temporal que se anunció en mayo de 2021 para acometer una reforma de las instalaciones se ha convertido en una actuación de mayor calado cuya viabilidad todavía no se ha valorado. La vicerrectora de Estudiantes del campus público, Ángela Alcalá, aseguró que la primera intención de la entidad académica pasa porque siga funcionando como residencia de estudiantes. Y si hasta ahora no se ha llevado a cabo el análisis exhaustivo que se anunció para estimar si la iniciativa es o no factible, dijo, ha sido porque "ha habido otras prioridades que atender". 

El actual edificio, construido en la Ciudad Universitaria a pocos metros de su ‘hermano’ Pedro Cerbuna, se inauguró en el curso 1972-1973 ampliando hasta 200 las plazas disponibles para satisfacer la gran demanda que existía en esa época.

Buena parte de los problemas que han llevado a suspender su actividad son estructurales y vienen derivados del tipo de inmueble y su distribución. Tiene ocho plantas, y para cada dos cuenta con cocinas que utilizaban los colegiales, además de dos zonas de lavado y plancha, situadas en el segundo y tercer piso. "El colegio necesita una renovación importante, tenemos que pensar qué vuelta le podemos dar, porque todo lo que son cocinas, baños y sistemas de tuberías presentaban problemas y el mobiliario también llevaba ya mucho tiempo utilizándose", explicó Alcalá.

De hecho, la vicerrectora recordó que ante la llegada de refugiados ucranianos que huían de la guerra se pensó en utilizarlo como recurso de acogida "pero desechamos la idea porque no reunía las condiciones para que una persona pudiera vivir en él con dignidad", comentó.

Su reapertura como alojamiento dependerá en buena medida del coste que suponga. Aunque el plan de inversiones aprobado recientemente por la Comisión Mixta formada entre el Gobierno de Aragón y la Universidad de Zaragoza no contempla ninguna partida nominativa para el colegio Santa Isabel, sí hay cuatro millones de euros que se podrían destinar a estas instalaciones.

El cierre por segundo curso consecutivo de este colegio mayor ha suscitado las críticas de colectivos de alumnos como Estudiantes en Movimiento en Aragón. A través de su cuenta de Twitter denunciaron que la oferta del Pedro Cerbuna, el único público del campus que abrirá sus puertas en septiembre en Zaragoza, es "claramente insuficiente, cubriendo apenas la tercera parte de la demanda de plazas de nuevo ingreso". El Cerbuna ofertaba un centenar de vacantes y hay una lista de espera de casi 200 jóvenes.

Aunque la opción del piso de alquiler compartido con más estudiantes ha ganado enteros, Alcalá aseguró que la ocupación tras el periodo de matriculación es "elevada" en las distintas residencias. De la Universidad de Zaragoza dependen también el Ramón Acín de Huesca y el Pablo Serrano de Teruel, este último con unos 70 estudiantes en lista de espera. Son de titularidad pública, aunque no del campus, la Ramón Pignatelli (Diputación de Zaragoza) y la Baltasar Gracián, del Instituto Aragonés de la Juventud (DGA). Completan la lista otros seis centros adscritos a la universidad de organizaciones religiosas: Cardenal Xavierre, Miraflores, Virgen del Carmen. Azaila, La Anunciata y Peñalba.

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