Bon Àrea abrirá su centro logístico de Épila en dos meses para impulsar su expansión

El almacén, de 11 hectáreas, está construido a falta de la refrigeración y aún se de rematar la urbanización. El complejo contará con 30 naves y mataderos y 4.000 empleados cuando se complete en 12 años.

Imagen áerea del estado actual de la plataforma agroalimentaria de Bon Àrea en Épila.
Imagen áerea del estado actual de la plataforma agroalimentaria de Bon Àrea en Épila.
Bon Àrea

La mayor operación industrial de Aragón tras la llegada de Opel hace 40 años toma cuerpo en el municipio zaragozano de Épila. La Corporación Alimentaria Guissona estrenará en menos de dos meses el núcleo de su plataforma agroalimentaria, el centro logístico desde el que impulsará su expansión por el centro, norte y este del país. La instalación, de 108.000 metros cuadrados, ya está construida y solo resta montar las instalaciones de refrigeración y acometer la urbanización exterior para concentrar los envíos a las nuevas tiendas. La previsión es suministrar ya los pedidos a finales de año a 250 de los 1.000 establecimientos a los que llegará a atender cuando alcance su plena capacidad.

Sus dimensiones solo son superadas en Aragón por la Plataforma Europa de Inditex en Plaza, donde se centralizan los envíos internacionales de Zara Mujer. En el caso de Bon Àrea, funcionará como almacén central de la treintena de naves y mataderos previstos en Èpila, que se irán incorporando paulatinamente hasta completar el complejo, que ocupa 180 hectáreas ya urbanizadas. Para ello, habrá que esperar doce años.

El ritmo estará directamente relacionado con el crecimiento de la red comercial, al igual que la contratación de los 4.000 trabajadores con los que llegará a contar en plantilla cuando esté a máximo rendimiento. De momento, empezará con 65 empleados, a los que se sumarán otros cinco cuando se ponga en servicio la estación de servicio junto a la autovía de Madrid. Las obras han comenzado y la previsión es que estén listas para prestar servicio en noviembre.

Una quinta parte del almacén

A finales de septiembre se pondrá en marcha una quinta parte del almacén, los 20.000 metros cuadrados destinados a la actividad sin almacenaje (el denominado ‘cross docking’). Los pedidos se prepararán en Épila para distribuirlos en furgonetas y camiones a las tiendas con los productos que inicialmente lleguen desde el otro complejo que el grupo tiene en Guissona.

Fuentes oficiales de Bon Àrea han explicado que la temperatura estará controlada para garantizar que siempre esté en un rango de entre seis y ocho grados al tratarse de productos frescos.

Para entonces, la empresa habrá comenzado el montaje de las más de treinta estanterías (denominadas ‘shuttles’) que ocuparán la mayor parte del centro logístico. Con 150 metros de longitud y 32 alturas, serán imprescindibles para una expedición rápida y lograr así unos costes optimizados en la cadena logística. Su funcionamiento será "completamente automatizado" y contará con tres almacenes sectorizados en su interior por tipo de productos (frescos, secos y congelados).

En total, podrán servir más de dos millones de cajas y para atender al mismo tiempo a un millar de tiendas y a sus clientes mayoristas dispondrá de más de un centenar de muelles de carga y descarga para camiones y furgonetas.

Su cubierta se llenará de placas solares, cuyo montaje se irá incrementando conforme aumente el consumo del complejo al no tener los permisos para evacuar a la red, según las citadas fuentes.

La compañía ha priorizado en su programación de obras el almacén logístico, y más concretamente la zona de ‘cross docking’, por lo que la finalización del lavadero de cajas se alargará hasta mediados del próximo año. La nave, de 30.000 m2, ya se ha construido, pero aún se debe de equipar y conectar con la galería subterránea que recorre el complejo a lo largo de 3,5 kilómetros. Por ahí viajarán las cajas por cinta transportadora hasta el centro logístico cargadas con los productos que se preparen en las distintas naves de producción que se irán levantando.

El papel del lavadero será crucial, dimensionada para limpiar hasta 400.000 cajas al día y almacenar más de un millón, entre las sucias y las listas para su uso. Cuando se ponga en marcha dentro de un año lo hará al 10% de su capacidad.

Al mismo tiempo, las contratistas trabajan en la construcción de la primera nave de producción, la destinada al procesamiento de frutos secos, que estará en funcionamiento a finales del próximo año. En sus 15.000 m2 ya edificados habrá líneas específicas para productos fritos, tostados, secos, crudos, chocolateados y caramelizados, además de golosinas.

130 millones comprometidos

Ambas edificaciones se encuentran en los extremos de la plataforma, que ocupa una extensión equiparable a la distancia existente entre la plaza de España y el hospital Militar, en Casablanca. Solo la urbanización ejecutada y las primeras instalaciones en curso suponen una inversión de 130 millones y aún faltan otros 270.

No obstante, la primera que se ha levantado es la nave de talleres, de 14.000 m2, que lleva en pie casi un año. Allí se centralizarán todos los trabajos de soporte técnico, mantenimiento y reparación que se requiera en la plataforma agroalimentaria, aunque ahora se está utilizando como centro de coordinación de las obras.

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