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¿Recortar el 15% el consumo de gas? "Haría bastante daño. Afectaría un 12,5% a la producción industrial anual"

La presidenta de Cepyme Aragón señala que la propuesta de Bruselas equivale a perder 45 días en las empresas y repercutiría en toda la cadena de valor. También la UCA advierte de sus consecuencias en los consumidores.

La presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, en rueda de prensa el pasado miércoles en Bruselas.
La presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, en rueda de prensa el pasado miércoles en Bruselas.
Efe

Los ministros de Energía de la Unión Europea tratarán de cerrar este martes un acuerdo político sobre el plan de Bruselas para reducir un 15% el consumo de gas con vistas al invierno, ante el temor a un corte total del suministro por parte de Rusia tras la invasión de Ucrania. En palabras del Josep Borrell, alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, este es el tercer choque asimétrico al que se enfrenta la Unión tras la crisis del euro y la covid.

España fue el primer país en rechazar la propuesta original (un recorte voluntario para mejorar las reservas energéticas y, en caso de que la situación se agravara, reducciones obligatorias). Una posición a la que se han sumado otras naciones, como Portugal y Grecia. Este domingo, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, era tajante en su posición y decía: "No podemos aceptar imposiciones sin debate.. Defenderemos nuestros intereses frente a soluciones impuestas que no son eficaces y estoy convencido de que habrá un acuerdo equilibrado y europeísta en los próximos días". Además, recordaba que nuestro país trabaja solidariamente con la UE compartiendo infraestructura de regasificación y enviando gas y electricidad.

En el último borrador de texto, aunque se mantiene el objetivo de un recorte del 15% en el consumo de gas, se han planteado modificaciones que permitirían a los países pedir derogaciones por una serie de motivos, como la situación geográfica. Lo que se busca es "permitir moderar las reducciones" a cambio de compromisos de los países de aumentar en lo posible las transferencias de energía entre Estados miembros.

"Hacernos pagar en el mismo precio que Alemania o Polonia, por ejemplo, es complicado. Tenemos que ser solidarios"

A María Jesús Lorente, presidenta de Cepyme Aragón, no le parece muy adecuado que la propuesta no tenga en consideración el grado de dependencia que cada país europeo tiene del gas ruso, siendo que en España esa interconexión es de solo el 2,8%. "Hacernos pagar en el mismo precio que Alemania o Polonia, por ejemplo, es complicado. Tenemos que ser solidarios; Europa lo ha sido con nosotros cuando lo hemos necesitado. Nada que decir y muy contentos de pertenecer a la UE, pero todo hay que verlo en su contexto y con un margen de negociación que dé alas a la industria española en general y al resto de las empresas", subraya.

En este punto, recuerda que dentro de la Comisión Europea está previsto un recorte del 5% para aquellas naciones que tienen una interconexión energética menor o nula con respecto a otras y, por lo tanto, habla de que hay margen de maniobra. "Necesitamos que el Gobierno español, junto a otros que también están en la misma línea, negocien otras condiciones. Habría que irnos a un 5%, más no. Entre el 15% y el 5%, que también prevé la legislación, hay margen para negociar", sostiene.

La presidenta de la Confederación de la Pequeña y Mediana Empresa de la Comunidad advierte de que ese recorte del 15% equivale a 45 días (un mes y medio en el sistema productivo), con las consecuencias que ello supone para el tejido empresarial. "Además, afectaría a proveedores, carburantes, la luz... Todo sería escalable; repercutiría en toda la cadena de valor. Con que a una sola compañía le afecte directamente, le puede afectar a otras 20-25 indirectamente. Si ya tenemos empresas que nos están diciendo que se ven ahogadas por hacer frente al precio del gas, los carburantes, la electricidad y las subidas de las materias primas -como vemos este verano-, imaginaos lo que supondrá a partir del 31 de agosto (si se aprobase la propuesta de Bruselas)", avisa.

Ahondando esta línea, María Jesús Lorente añade: "Recortar un 15% nos parece cuando menos que va a hacer bastante daño. Tendríamos que renunciar a 45 días de consumo al año y eso afectaría al menos directamente en un 12,5% a la producción industrial anual en España (trasladable a Aragón)".

Repercusión en el bolsillo de los consumidores

Por su parte, José Ángel Oliván, secretario general de la Unión de Consumidores de Aragón (UCA), destaca que en términos generales los grandes consumidores de gas son las instalaciones industriales y hosteleras, más que el consumidor doméstico. No obstante, advierte de que si las empresas españolas pasan problemas también los tendrán los consumidores, "que compramos sus productos". "Los consumidores tenemos un margen de flexibilidad alto con el gas; con bajar la temperatura del agua caliente y la calefacción y ponerlo menos horas. Si fuera un mero problema de volumen, pero es de precio", afirma.

"Lo que me preocupa es que las empresas energéticas prefieran vender el gas en Europa, porque se lo van a comprar más caro, que suministrar a los consumidores españoles"

Este recuerda que el porcentaje de electricidad que se produce con el gas en España es relativamente pequeño ("en torno al 10-12% de media", dice) y que el problema es que condiciona el coste de todas las demás energías. "Si el gas se pone muy caro, toda la electricidad sube de coste (en Aragón, hay 923.000 puntos de suministro eléctrico). A mí lo que me preocupa es que las empresas españolas energéticas de gas prefieran venderlo en Europa, porque se lo van a comprar más caro, que suministrar a los consumidores españoles. Es ahí donde el Gobierno tiene que poner alguna vigilancia y prevención, a parte de ser beligerante en Bruselas", indica Oliván, que alude a Cepsa y Repsol, "que son las que tienen las infraestructuras y controlan las reservas de gas". 

Asimismo, el secretario general de la UCA subraya que la propuesta de la UE es un "grito de socorro" de los países del Norte, que tienen su economía altamente gasificada. "Además, han sido perezosos en la transición ecológica y llega una situación de crisis y no están preparados. Nosotros tenemos que almacenar el gas y convertir el gas licuado en gas utilizable mientras que a ellos les llega a chorro por el oleoducto ruso", explica.

Mientras, el presidente del Colegio de Administradores de Fincas de Aragón, Miguel Ruiz, hace hincapié en que el costo del suministro de la materia prima marcará el sentido del ahorro energético. "Lo fundamental son los precios. Hay muchas comunidades de vecinos que han pasado el invierno cortando horas de calefacción, bajando temperatura y acabando la campaña antes de que terminara. Y sobre todo pasando recibos extraordinarios, que no le va bien a nadie y menos en la situación económica en la que se encuentra nuestro país", explica.

"Hay muchas comunidades de vecinos que han pasado el invierno cortando horas de calefacción, bajando temperatura y acabando la campaña antes de que terminara"

Según datos del Colegio, en la Comunidad hay alrededor de 50.000 comunidades de vecinos con calefacción central (de gas o gasóleo). Ruiz prevé un próximo invierno "muy duro" y con "muchas restricciones". "Si el gas sigue con los precios que lleva, y se espera que aumenten más, no se va a poder dar servicio de calefacción en muchos sitios. Entonces sí que vamos a tener reducciones. Todos los compañeros estamos intentado que las comunidades se vayan proveyendo ya de fondos", avanza.

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