El Pirineo dispara su ocupación en el ecuador del verano tras un primer semestre histórico

El Pirineo aragonés llega al ecuador del verano en el momento álgido de ocupación. Aunque en julio costó algo arrancar, este fin de semana ha marcado ya un punto de inflexión y los empresarios turísticos confían en que de aquí a finales de agosto los porcentajes ya no bajen del 80% e incluso se cuelgue el cartel de completo.

Se redondearía así un año que va camino de ser histórico después de que en el primer semestre los hoteles de los valles pirenaicos sumaran 815.373 pernoctaciones, según las últimas cifras oficiales publicadas por el INE. Supone cuatro veces más que el año pasado (cuando aún estaban vigentes las restricciones de movilidad) y el segundo mejor dato de toda la serie, solo superado por las 827.845 del año 2017. Un balance que, a juicio de los hoteleros, demuestra que el Pirineo ha sabido desestacionalizar ya el turismo.

En Benasque, por ejemplo, la Gran Trail Aneto-Posets ha llenado el valle este último fin de semana. "Julio está siendo muy similar a 2021, ya que fue muy bueno, y para agosto las previsiones son bastante positivas, de hecho hay ya muchos establecimientos llenos y faltan habitaciones", afirma el presidente de la asociación turística, José María Ciria. "Estamos teniendo un verano como en la prepandemia", resume.

Pérdida de turistas ‘prestados’

El Pirineo ha recuperado el turismo extranjero, sobre todo franceses, belgas y holandeses. Así lo constatan en todos los valles, como el de Tena, que también disfruta de un alta ocupación gracias al festival Pirineos Sur. "Julio va a acabar mejor que 2021, que fue nuestro año récord, y agosto estamos casi iguales pero con mejores precios. Y eso que hemos perdido algún cliente ‘prestado’ porque el año pasado con la pandemia la gente optó por destinos de montaña que les parecían más saludable. Aunque lo hemos compensando recuperando extranjeros", valora Jesús Pellejero, presidente de la asociación turística.

Luis Terrén, su homólogo del valle del Aragón, coincide en que "a partir de esta semana vamos a estar al 80% y esperamos mantenerlo e incluso que aumente hasta finales de agosto. Las sensaciones son buenas, hay mucha gente y mucho movimiento en todo el valle, desde Jaca hasta Astún". A su juicio, el reto es "no solo incrementar las pernoctaciones sino también la calidad de las mismas".

Y en Sobrarbe, Paz Agraz, gerente de la asociación, señala que tras una ocupación en torno al 60% en julio "esta semana llega ya un considerable aumento y seguiremos al 80 y 90% hasta mediados de agosto combinando turismo nacional y extranjero y también las segundas residencias".  

Un mes de julio "flojo" en las provincias de Zaragoza y Teruel

Para las otras dos provincias aragonesas, julio no ha sido un buen mes turístico. Al menos, la primera mitad está siendo "flojo" con un 35% de ocupación en casas rurales, según señala Jesús Marco, presidente de Faratur, la Federación que las representa. Sin datos todavía de la segunda quincena, Marco confía en que se pueda llegar al 60% al cierre de mes. "Se ha juntado todo: la ola de calor, los incendios y los altos precios de la gasolina". Con la expectativa de que agosto sea mejor, sí se ve, según Marco, un descenso en los días de estancia: "No son semanas enteras las que reservan sino fines de semana largos". Por lo que respecta a los hoteles, Horeca Zaragoza rehusó dar datos hasta tener el 2 de agosto los resultados de la encuesta que hace a sus asociados.

En la provincia de Teruel, "julio ha sido regular tirando a bajo", dijo Roche Murciano, presidente de empresarios turísticos de esta provincia, quien anticipó un agosto mejor. "Normalmente otros años ya lo teníamos lleno. Las reservas tendrían que estar, pero con la inflación nos está costando llenar». No obstante, afirma, en Teruel capital la ocupación ha sido buena superando el 95% los dos primeros fines de semana con las fiestas de la Vaquilla y la Baja Aragón.