Heraldo del Campo

Nuevos frutos de la innovación

Cultivos de cereza en cámaras frigoríficas, residuos del aceite para fertilizar y tecnología para reducir el uso de fitosanitarios son los nuevos proyectos de Campag.

Agricultura de precisión para reducir los fitosanitarios.
Agricultura de precisión para reducir los fitosanitarios.
H.A.

Se llaman Cherry Farm, Circóleo y Vitis Ap. Y son los tres proyectos innovadores con los que el Clúster Aragonés de los Medios de Producción Agrícolas y Ganaderos (Campag) ha conseguido financiación pública en la última convocatoria de ayudas del Plan de Desarrollo Rural de Aragón (PDR), que cuenta con un presupuesto de tres millones de euros. "El éxito ha sido del 100%", explican los responsables del clúster, que recuerdan que, como en anteriores convocatorias, el total de iniciativas presentadas por Campag han conseguido -junto con otros 23 grupos de cooperación- el visto bueno de la consejería de Agricultura para poner en marcha otros tanto proyectos cuyo objetivo es avanzar hacia una agricultura sostenible y una mayor rentabilidad de las explotaciones y empresas dando respuesta a problemas y necesidades concretas del sector.

Cultivo en cámaras frigoríficas

La innovación de Campag pone en esta ocasión sus ojos en los leñosos. Y uno de los grandes protagonistas de sus proyectos son los cerezos, un cultivo, con gran presencia en la Comunidad pero con excesiva estacionalidad, al que el clúster considera que podría sacarse una mayor rentabilidad.

Para ello pondrá en marcha Cherry Farm, una iniciativa con la que desarrollará un nuevo método de cultivo de este fruto rojo en cámaras frigoríficas. Y es así, como suena. Son los árboles los que ocuparán entre noviembre y marzo dichas instalaciones -inoperativas durante esos meses por falta de fruta- para conseguir aprovechar más tiempo de frío e intentar de esta manera obtener producciones fuera de la temporada habitual de comercialización.

Cultivos de cereza en cámaras frigoríficas.
Cultivos de cereza en cámaras frigoríficas.
Campag

Para ello, explica Juan Manuel Castell, gerente de Campag, no se utilizan los injertos se utilizan los injertos habituales sino unos plantones ‘especiales’ con menos porte, que se plantan en macetones y que ubican en las cámaras en los momentos en que estas están inutilizadas. Cuando la fruta llega a las instalaciones, estos cultivos se sacan a unas campas a la intemperie.

Y es que, la primera cereza de la temporada puede alcanzar en el mercado precios de hasta 30 euros por kilo, lo que significa, señalan desde el clúster, que si los agricultores fueran capaces de obtener producciones en los meses de febrero y marzo "tendrían una enorme ventaja competitiva que convertiría a la cereza aragonesa en la primera en llegar a los canales de venta". El proyecto tiene además otra bondad. Se ejecutará en instalaciones frutales que, debido a la temporalidad de la producción, tiene que estar gran parte del año vacías, por lo que son infraestructuras desaprovechadas, que, con esta iniciativa, podrían alargar el tiempo de uso y, con ello, la rentabilidad.

Este grupo está formado por Frutas Viejo Serrano, Viveros Mariano Soria, Frutas Latorre, Aemde, la Escuela Universitaria Politécnica de La Almunia, la Universidad de Zaragoza y Campag.

Residuos para fertilizar

El segundo de los proyectos lleva por nombre Circóleo y con él se pretende utilizar los subproductos que genera la elaboración de aceite de oliva en las almazaras para convertirlos en fertilizantes y bioestimulantes de alta calidad. Participan en esta iniciativa, que pretende contribuir a la implantación de modelos de economía circular en las explotaciones e instalaciones oleícolas, Campag, Arvensis Agro S.A, SCL-Borja, FITA y Velaber.

No solo se trata de dar una respuesta a la necesaria eliminación de residuos. Además, "la utilización de bioestimulantes mejora los rendimientos productivos reduciendo el uso de insumos en agricultura", explica Castell, que insiste en que estas sustancias, microorganismos o mezclas de ambos poseen un efecto positivo en el crecimiento de las plantas, ya sea mejorando la absorción de nutrientes o aumentando la tolerancia al estrés ambiental.

Precisión para sanar a la vid

También dispondrá de financiación pública el proyecto Vitis AP con el que se aplicará agricultura de precisión -pulverización electroestática y sistemas de geolocalización, teledetección e inteligencia artificial- en el tratamiento de las enfermedades fúngicidad de la vid. El objetivo es conseguir ahorrar un 60% en el consumo de fitosanitarios.

Euro Denker, la Universidad de Zaragoza, Campag, el CITA y la Cooperativa de Borja trabajarán conjuntamente en este proyecto que incluye el desarrollo de una máquina de pulverización que implemente procesos agroindustriales innovadores de acuerdo con las necesidades reales en cada punto de la finca.

Estos tres proyectos dispondrán -a desarrollar en poco más de tres años- de una ayuda de 450.000 euros, el 80% de la inversión total. 

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