Iglesia católica
La Iglesia de Zaragoza llevará al sínodo un documento que contempla el celibato opcional y el sacerdocio femenino
Entre las propuestas de un "proceso de escucha recíproco" con casi 400 grupos sinodales (sacerdotales y laicos) figura también aceptar los nuevos modelos de familia, así como admitir los abusos cometidos.
Abrir un diálogo sobre el celibato opcional de los sacerdotes y sobre el acceso de la mujer a los ministerios son algunas de las propuestas recogidas por la Archidiócesis de Zaragoza en un documento que se presentarán en el próximo sínodo convocado el 11 de junio en Madrid. Las iniciativas se han extraído de las casi 400 reuniones celebradas en la fase diocesana, que se ha concebido como "un proceso de escucha recíproca con la sociedad" para conocer "las fortalezas y las debilidades de la Iglesia". Entre los temas que han salido en las reuniones figuran también la necesidad de admitir los abusos en la Iglesia y la conveniencia de acoger a los nuevos modelos de familia.
Estas y otras propuestas se recogen en un documento de 20 páginas que la Archidiócesis ya ha remitido a la Conferencia Episcopal. En la cita del día 11 en Madrid se debatirán también iniciativas llegadas de todas las diócesis de España (algunas muy similares a las zaragozanas), con la común intención de modernizar la Iglesia. "En este proceso hemos podido constatar que los grandes temas de debate a nivel interno (el papel de la mujer, la lacra de los abusos, la transparencia en la gestión económica, la excesiva verticalidad…) son también objeto de cuestionamiento y de crítica por parte de los alejados", explican desde la Casa de la Iglesia.
En la capital aragonesa, en el proceso se han constituido casi 400 grupos sinodales: la mayoría son parroquiales, pero también hay presencia de asociaciones laicas, de cofradías, de movimientos apostólicos, de comunidades de religiosos e, incluso, "de monasterios de vida contemplativa", como reconoce el arzobispo emérito de Zaragoza Vicente Jiménez, que será el encargo de recoger el Madrid "la síntesis de todos los documentos de las diócesis" y cuyas conclusiones se enviarán a la Santa Sede.
La fase diocesana del sínodo concluyó en Zaragoza con una asamblea el pasado día 13 y en el texto final de conclusiones han aportado propuestas 23 grupos (un 6,6% del total). "Zaragoza se ha sumado a la propuesta del papa Francisco de caminar hacia una Iglesia cada vez más abierta y participativa", explican desde la Archidiócesis, donde informan que las reuniones de los grupos se celebraron entre noviembre y abril "con una presencia notable de laicos, mayoritariamente de mujeres".
Temas y debates
En el proceso de participación de la Archidiócesis ha recogido planteamientos como la conveniencia de plantear el acceso de la mujer a los ministerios, incluido el diaconado y el sacerdocio pero no el episcopado. También se exige una mayor transparencia, tanto en la gestión económica de la Iglesia como en la admisión de los abusos cometidos. Se apuesta por una estructura "menos piramidal y más participativa" en la que "todos podamos crecer en comunión", en palabras de Jiménez, quien a felicito a la diócesis de Zaragoza por la amplia participación y sus aportaciones en "cómo tenemos que realizar el caminar juntos".
La Iglesia expresa así en el documento su deseo de modernizarse y abrirse a una sociedad plural, con el objetivo de atraer a su seno a todas las personas que se sienten cristianas pero que se han sentido apartadas por la institución por sus creencias, actitudes o decisiones. Ángel Lorente, responsable del equipo sinodial de la diócesis zaragozana, explica que están muy contentos de por la gran cantidad de participantes y cree que ha sido una experiencia eclesial "rica, comunitaria, ambiciosa para caminar juntos".
Entre los temas que han salido en las reuniones y que recoge la Archidiócesis de Zaragoza están las "incoherencias entre lo que se dice y lo que se hace en unas jerarquías que escuchan poco". Asimismo, hay un clamor común en lo que se refiere a "condenar, esclarecer y terminar con los casos de abusos sexuales y apoyar y reparar a las víctimas". En el texto, muestra "respeto, acogida e integración" a las personas que se han divorciado y se han vuelto a casar por lo civil, así como a "los cristianos homosexuales seguidores de Jesucristo y de otros modelos de familia que de hecho existen en la sociedad".
El proceso participativo que es la fase diocesana del sínodo también valora estudiar el casamiento de los sacerdotes en la Iglesia católica y de paso integrar y aprovechar la experiencia pastoral de los ya casados y plantear que puedan ejercer su ministerio, además de abrir el debate teológico sobre el acceso de la mujer a los ministerios, incluido el diaconado y presbiterado, pero no al tercer orden, por lo que no plantean que pueda llegar a haber obispas.
La Iglesia tampoco es ajena a la opinión de la sociedad sobre lo alejada que está en determinados aspectos sobre la ciencia y la cultura, "así como de los problemas reales que le importan a la gente y a la sociedad". Aboga por una mayor presencia de los laicos en general, y de las mujeres en particular, en los órganos de gobierno de la Diócesis y por eso defiende la posibilidad de alternar misas y celebraciones de la Palabra a cargo del personal laico consagrado y bien preparados, pero además una Iglesia menos piramidal, más participativa y horizontal, en la que caminen juntos Papa, obispos, sacerdotes, consagrados y consagradas y laicado.
Por último, en el documento enviado a la Conferencia Episcopal también trata la necesidad de utilizar nuevos lenguajes y métodos para transmitir el mensaje del evangelio y sugiere una revisión de las actuales estructuras parroquiales, subrayando la obligación de volcar esfuerzos en los jóvenes, el mundo rural y en quienes menos recursos tienen.
