Zaragoza es la segunda diócesis que más sacerdotes ha ordenado durante el último año

El número de seminaristas en Aragón continúa aumentando y roza casi los 70.

Alguno de los seminaristas de la diócesis de Zaragoza durante estas Navidades
Alguno de los seminaristas de la diócesis de Zaragoza durante estas Navidades
Seminario de Zaragoza

La tendencia al alza que viven los seminarios españoles también se ve reflejada en Aragón. Durante los últimos años no ha hecho más que incrementarse el número de laicos que deciden seguir su vocación e ingresar en un seminario de la comunidad autónoma. En concreto, durante este último curso ha habido un total de 6 seminaristas más, llegando ya casi a los 70.


Este incremento en números absolutos se ha debido a la conjunción de unas pocas bajas, varios nuevos ingresos y un gran número de ordenaciones a sacerdote. De hecho, la diócesis de Zaragoza es la segunda de España que más sacerdotes ha ordenado durante el último año. En primer lugar se sitúa Madrid, con 13 nuevos sacerdotes, y posteriormente aparece Zaragoza con 9, cifra que comparte también con la diócesis de Toledo.


Estas nueve se han visto complementadas con tres ordenaciones en la diócesis de Tarazona y otra en la de Huesca, lo que suma 13 nuevos sacerdotes en la comunidad aragonesa. Por su parte, la incorporación de nuevos seminaristas también se concentra en estas diócesis, que han visto cómo en el último año 28 laicos han decidido empezar sus estudios en alguno de estos centros. La sede de Zaragoza es la que más ingresos tuvo, en concreto, 16. Esto provoca que en el total nacional sea la tercera que abrió sus puertas a más seglares. Tanto Huesca como Tarazona tuvieron un total de 6 nuevas incorporaciones cada una.


“En Huesca todos los actuales seminaristas son latinoamericanos, una tendencia que se está consolidando en algunas comunidades, en especial, en Aragón”, asegura José Alegre, rector del seminario de Huesca. Según explica, en los últimos años ha descendido considerablemente la vocación de las personas que viven en la comunidad aragonesa, mientras que muchos jóvenes de Latinoamérica ven en las diócesis españolas una oportunidad de ayudar. “En estos países hay más vocación religiosa y todos ellos vienen porque han conocido a algún seminarista español que les ha comentado cómo está la situación aquí”, recuerda.


Asimismo, recalca que es toda una alegría que en Aragón continúe aumentando el número de seminaristas, puesto que “en las comunidades del norte de España suele haber menos tendencia a plantearse el tema vocacional”, lo que tiene como consecuencia que haya menos ingresos.


A este incremento de nuevos seminaristas, se le une la escasa renuncia que existe. En el último año solo 10 laicos han decidido dejar su plaza en el seminario. La mitad de ellos provienen de Zaragoza, 3 de Tarazona y 2 de Huesca. “Casi todos los que deciden abandonar esta nueva vida son personas que se encuentran en su primer año y se dan cuenta de que realmente esta no es su verdadera vocación”, recalca Alegre.


Los estudios de un seminarista suponen más de seis años. Durante los dos primeros se estudia Filosofía, los cuatro siguientes se aprende Teología y después durante uno o dos años más se decide cuál es el camino que se va a tomar: si finalmente se convierten en diáconos o vuelven a su vida anterior como laicos. El paso final es el presbiterado, con la ordenación como sacerdote.