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Un piloto estadounidense, a la sombra del Ala 31

La colaboración de EE.UU y España permite que haya compartido tres años con las tripulaciones del avión A400M. 

El piloto norteamericano George Whisler (con barba) lleva un avión A400m con unn compañero del Ala 31 de la Base de Zaragoza.
El piloto norteamericano George Whisler (con barba) lleva un avión A400m con unn compañero del Ala 31 de la Base de Zaragoza.
Heraldo

El piloto norteamericano George Whisler, de 40 años, acabó el pasado viernes una etapa de colaboración de tres años con los compañeros del Ala 31 de la Base de Zaragoza, tras pilotar el avión A400M en misiones por todo el mundo como parte de la colaboración entre los gobiernos de Estados Unidos y España.

Hay cuatro militares americanos que tenemos esta posibilidad en España: dos instructores, un piloto y un alumno que se encuentra en el Estado Mayor. He aprendido bastante en los tres años que he estado aquí porque esta es la mejor unidad de España”, señala el militar de las USAF. “Trabajan todos los días y a todas horas. No hay descanso”.

George Whisler reconoce que en su estancia en la capital aragonesa ha participado en misiones internacional o externas del Ala 31 en Senegal, Mali, Turquía. Irak, Bulgaria, Letonia, Lituania, Noruega, Alemania, Francia, Canadá y Estados Unidos. Además, también ha intervenido en las realizadas en España de entrenamiento y logística a lo largo de todo el país.

El piloto norteamericano, de pie y el primero a la izquierda, con sus compañeros del Ala 31 de la Base de Zaragoza.
El piloto norteamericano, de pie y el primero a la izquierda, con sus compañeros del Ala 31 de la Base de Zaragoza.
Heraldo

La misión más peligrosa fue en enero de 2020, cuando iba de comandante hacia Bagdad porque coincidió con la muerte del general Soleimani (un iraní líder de Quds, fuerza de elite de la Guardia Revolucionria, a quien lo mató el Pentágono por orden del presidente Donald Trump). El espacio aéreo estaba cerrado y había riesgo en ese vuelo”, admite el piloto norteamericano.

Aunque no ha participado en los vuelos que ha realizado el Ala 31 a un aeródromo polaco para llevar material a Ucrania, el piloto norteamericano tiene claro que “es bueno ayudar a los ucranianos con ese material de armamento que se lleva a Polonia”, aunque precisa que es su “opinión personal”.

Su intercambio le permite estar disponible para volar en todas las misiones asignadas al Ala 31.Tampoco le tocó ir al rescate de 2.200 afganos en el aeropuerto de Kabul, pero estuvo muy “al tanto” de todos esas entradas de sus compañeros españoles a Afganistán porque conocía bien el lugar.

Esta unidad de C-130/A400M tiene una sensación más familiar que mis escuadrones de Estados Unidos”, sostiene y agradece a sus colegas, que le brindaron una despedida de la Base de Zaragoza regándole bien con una manguera. “Mis compañeros del Ala 31 son buenos amigos, como los padres del colegio donde han ido mis hijos de 4 y 8 años”, afirma.

Aunque su costumbre es cambiar de su destino cada dos o tres años, explica que los militares norteamericanos que participan en España pueden quedarse hasta ocho años con los mismos compañeros. 

Al valorar la capacidad de los pilotos españoles, que se están acostumbrando al avión A400M que sustituyó al histórico Hércules, “destaca” su habilidad porque han realizado “todo tipo de misiones tácticas, como baja cota, lanzamiento y reabastecimiento en vuelo”.

George Whisler conocía el pasado norteamericano de la Base Aérea de Zaragoza, que se vivió entre 1953 y 1992 hasta la salida de las tropas de EE.UU. “Una buena amiga y compañera nuestra nació aquí en 1980 porque sus padres estaban destinados en la Base”, recuerda.

El piloto norteamericano en el avión A400M de la Base de Zaragoza.
El piloto norteamericano en el avión A400M de la Base de Zaragoza.
Heraldo

Cuando acaben el curso escolar sus hijos en junio se volverán a Estados Unidos, donde va a dedicarse a realizar una revista sobre las Fuerzas Aéreas. Aun así, ve su destino, antes o después, en pasarse a las aeronaves civiles de las compañías de pasajeros.

Su español puede ayudarle en ese futuro próximo porque reconoce que hablaba todos los días con sus compañeros pilotos y tripulación del A400M en castellano, aunque las listas de los procedimientos (los checklists) están estandarizadas en inglés.   

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