Santiago Martínez: "Sin la guerra de Ucrania no hubiéramos visto esta inflación"

El jefe de Análisis Económico y Financiero de Ibercaja asegura que el primer paso para que baje el IPC es que se estabilicen los precios del petróleo y del gas

Santiago Martínez, jefe de Análisis Económico y Financiero de Ibercaja
Santiago Martínez, jefe de Análisis Económico y Financiero de Ibercaja
Francisco Jiménez

La inflación ha llegado al 10,7% en Aragón y el 9,8% en España ¿Qué sistemas correctores hay que aplicar para contenerla?

Es difícil atajar la inflación cuando proviene de fuentes externas como los precios de las materias primas, pero se está intentando que los precios de la electricidad sean menos dependientes de los del gas natural. Desde el año pasado, la correlación del precio de la electricidad con el del gas ha sido incluso superior a la del precio del gas con su propio suministro. También, si atendemos a las declaraciones del Banco Central Europeo, parece muy probable que vayamos hacia una política monetaria menos expansiva. En cualquier caso, parece recomendable afrontar el problema de la dependencia energética de nuestro país para evitar que dificultades similares se repitan en el futuro.

¿Tendría España esta inflación si no hubiera habido guerra?

Los precios ya se habían acelerado en el segundo semestre de 2021 por la recuperación más rápida de la demanda que de la oferta, tras la pandemia, en algunos productos como los semiconductores o buena parte de las materias primas, pero cabía esperar una normalización a lo largo de este año al aumentar la producción. Sin embargo, con el estallido de la guerra, al ser tanto Rusia como Ucrania importantes exportadores de materias primas (energéticas, industriales y agrícolas), el suministro mundial se ha vuelto a ver amenazado y existe una muy elevada incertidumbre sobre su evolución. Sin la guerra de Ucrania no hubiéramos visto la inflación que estamos padeciendo.

¿Cuánto tardarán en bajar los precios?

El primer paso para que bajen es que se estabilicen los precios del petróleo y el gas y se reduzca la incertidumbre sobre su evolución. Una vez que esto suceda, la desaceleración del IPC puede ser rápida (algo que por ejemplo también vimos en 2009 tras los precios récord de 2008), aunque no tanto como la subida por los denominados efectos de segunda ronda.

¿Estamos ya en esa segunda ronda tan temida de la inflación?

Los incrementos graves todavía se limitan a los precios de la electricidad (+80% interanual), el gas (+17%), los carburantes (+27%) y algunos alimentos (+5,6% para el total), pero es cierto que se comienza a observar una aceleración generalizada de los precios fruto de los denominados efectos de segunda ronda. Si los precios del gas y el petróleo no se vuelven a disparar estaríamos viendo los máximos del ciclo.

¿Pueden seguir incrementándose los precios incluso hasta final de año?

Los precios del gas, el petróleo y las materias primas están sujetos a una elevada incertidumbre porque dependen de opciones binarias como que se corte o no el suministro de gas ruso a la Unión Europea. Si estos hechos tan extremos no se producen cabe esperar una fuerte desaceleración del IPC (Índice de Precios al Consumo), sobre todo en el segundo semestre.

¿Habría que actualizar los salarios, al menos un mínimo, para evitar la pérdida de poder adquisitivo de los ciudadanos?

Lo lógico es que se produzcan incrementos salariales para minimizar los daños a la capacidad adquisitiva de los hogares. Conviene, en cualquier caso, mantener la visión de largo plazo porque si los salarios se desacoplan de la productividad, como en el ciclo previo a la crisis financiera, terminan provocando fuertes recesiones como ya comprobamos entonces.

¿Hasta que punto ve factible para aminorar el daño un pacto de rentas en España?

Un pacto de rentas exige un amplio consenso entre los agentes sociales siempre difícil de conseguir. Siempre es difícil distribuir el daño, y más cuando todavía no estamos más que empezando a cuantificarlo.

Desde el Gobierno de Aragón, ¿podría tomarse alguna medida específica para contener la inflación además de las que está adoptando el Ejecutivo central?

Se pueden tomar medidas paliativas para aliviar la situación de los más vulnerables, pero el grueso del problema sigue estando en el precio de las materias primas y en la traslación del precio del gas al de la electricidad, ámbitos que nos trascienden.

¿Cómo pueden lidiar las empresas mucho tiempo con estos precios energéticos sin que se resienta el empleo?

En términos agregados y pese a las dificultades que todavía atraviesan algunos sectores, las empresas han conseguido recuperar su capacidad de financiación (tras gastos e inversiones) hasta niveles no vistos desde 2016. Es decir, están en una situación muy saneada que nos hace ser relativamente optimistas con la evolución del empleo. No obstante, volverá a haber industrias que sufran, sobre todo las que no consigan trasladar el incremento de los costes a los precios finales.

Con la inflación en máximos, ¿se retrasará la recuperación económica tras la crisis sanitaria?

La recuperación ha superado las expectativas en muchos frentes, sobre todo en el empleo, pero es verdad que con las diferentes olas de la pandemia y con los actuales problemas de inflación se ha ido retrasando, sobre todo para algunos sectores, y que no está siendo todo lo completa y rápida que desearíamos.

¿Va a variar Ibercaja las previsiones de crecimiento económico para Aragón que tenía por todo lo que está sucediendo?

Estamos trabajando en la revisión a la baja de las previsiones. El entorno ha cambiado de forma muy considerable con la guerra de Ucrania y su repercusión en los precios de las materias primas. Próximamente, cuando hayamos completado este trabajo, comunicaremos las previsiones.

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