Entrevista

Gabriel Trenzado: "Se van a seguir produciendo alimentos, la clave es quién lo va a hacer"

El director de Asuntos Europeos e Internacionales de Cooperativas Agroalimentarias participó en una nueva edición de las Jornadas Agrarias de Fraga, que giraron en torno al impacto de la guerra entre Rusia y Ucrania en el sector agrario.

Gabriel Trenzado.
Gabriel Trenzado.
Cooperativas Agroalimentarias

Gabriel Trenzado (Las Palmas de Gran Canaria, 1974). Es Licenciado en Derecho y Políticas y Diploma en Políticas Comunitarias Europeas, entre otras muchas cualificaciones en este ámbito. Desde hace 21 años desarrolla su labor en Cooperativas Agroalimentarias. Es vicepresidente del Grupo de Trabajo de Cadena Alimentaria del Copa-Cogeca, entidad que representa a las cooperativas ante la Unión Europea.

¿Puede hacer un pequeño resumen de su intervención en Fraga?

La guerra de Ucrania, que puede parecer un panorama sombrío, nos plantea, sin embargo, un reto. La producción de alimentos es algo estratégico. Se van a seguir produciendo alimentos, pero la clave es quién lo va a hacer. Hay que impulsar que lo hagan empresas familiares que puedan agruparse en cooperativas, porque el modelo alternativo es el de explotaciones que, sencillamente vienen a explotar económicamente las zonas rurales, pero que no asientan territorio, ni se preocupan tanto por el medio ambiente y no generan sostenibilidad social ni un entramado económico que permee en el territorio.

También hacen falta medidas de urgencia desde las instituciones. El sector no va a abandonar el discurso de la sostenibilidad, pero ha de hacerlo a un ritmo adecuado y generando un valor añadido en toda la cadena de producción. Desde luego, el sector no va a invertir en sostenibilidad ni cambiar su modelo productivo con números rojos.

¿La situación de Ucrania trastoca algunos de los retos planteados al inicio de este año por el sector?

La guerra en Ucrania ha sido una piedra de toque para darnos cuenta de que el abastecimiento no está tan asegurado. Incluso durante la pandemia, las cadenas de suministro funcionaron. Con la guerra de Ucrania algunas cadenas muy importantes se han roto. España importaba de allí el 30% del maíz y el 60% del girasol. Y eso ha dejado de existir y no va a volver. Otra consecuencia es que todo lo que no se exporte a Ucrania o Rusia se va a quedar en Europa y se puede colapsar el mercado comunitario. Sobre todo, cuando haya una cosecha normal de fruta de hueso. Hay que prepararse para esa circunstancia y diseñar la política agraria con previsión.

Para paliar esta situación hay que velar por que los productos que vengan de terceros países cumplan con las regulaciones europeas a través del establecimiento de cláusulas espejo.

¿España sería capaz por sí misma de compensar los déficits por la situación de Ucrania?

España está muy lejos de resolver su déficit estructural. Ahora aumentará la producción, sobre todo si los precios se incrementan. Pero esto sucederá principalmente en las zonas de regadío y con eso no es suficiente. Es necesario buscar otras fuentes de suministro, que van a ser más caras. Otro efecto colateral es que mientras en Europa el principal destino de los cereales importados es la elaboración de piensos, en el norte de África hay una dependencia de cereal de Rusia y Ucrania para consumo humano y esto podría producir una crisis alimentaria en esa zona.

¿Cómo ha afectado la guerra al mundo cooperativo?

Al mundo cooperativo le afecta como a cualquier parte del sector, pero tenemos muy claro que la estructura cooperativa va a ser fundamental para apoyar a explotaciones que por sí solas no tienen capacidad para invertir en los instrumentos necesarios para la sostenibilidad o para la innovación y también para planificar de una manera adecuada las campañas venideras. Como las cooperativas están acostumbradas a hacer sus planificaciones anuales y no en función de picos de necesidades, pese a la guerra de Ucrania han tenido disponibilidad de productos. El problema puede venir al año que viene, pero contamos con margen suficiente para planificar de manera adecuada y no dejarnos llevar por la especulación.

Cómo va a quedar el marco geopolítico o cómo abordar el cambio hacia un modelo de sostenibilidad medioambiental son algunos de nuestros retos, pero el reto fundamental es cómo hacer todo esto en un sector que está muy envejecido. En los próximos diez años el 60% de los productores estarán jubilados. Tenemos también un déficit de comunicación. Tenemos que ser capaces de contarle a la sociedad que llevamos muchos años trabajando por una producción más sostenible, más respetuosa con el medio ambiente y manteniendo la eficiencia económica.

¿Qué pediría a las administraciones para solucionar el relevo generacional?

Es un problema complejo. Hacen falta políticas que valoricen el sector. Esto también pasa por una buena comunicación que traslade lo que hace un sector en el que España es la octava potencia mundial. Es necesario apoyar sistemas de formación y estudios agrícolas, aportar servicios básicos en las zonas rurales… La rentabilidad del sector es solo una de las patas, pero hacen falta más cosas.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión